26 febrero 2016

Symphonic dreams

Perdida en mis mundos sinfónicos de fantasía... La música no suele aparecer en mis sueños, aunque últimamente oigo melodías y canto, y mi voz llena todo el espacio vacío. Porque la música es hermosa, es belleza, y su cadencia nos devuelve el equilibrio...


Un sueño musical:

Estoy en una fortaleza enorme y oscura donde voy a clase. Se ha organizado una orquesta dedicada a El Señor de los Anillos y vamos a tocar todo el mundo. Me llevo el arpa conmigo (más pequeña que la real) y camino con los otros alumnos por el castillo antiguo y envejecido, lleno de humedades en la piedra y moho, con cuidado de no irme a las zonas que están prohibidas. Veo a algunos alumnos ir por pasillos y escaleras que no deben y trato de escabullirme con ellos, pero me encuentro con Lerdopiés, finjo estar despistada y voy por sitios conocidos bajando una escalera y atravesando unas enormes puertas que acaban de cerrarse. Llego al patio, me junto con el resto de arpistas (que tienen arpas idénticas a la mía) y estoy con Irene la prima de Eva, que también va a cantar estilo ópera. Me pregunta si también puedo cantar, le digo que sí y afino en voz baja. Empiezan a tocar (espectacular) y nos vamos acercando poco a poco al centro del escenario (con mi altura no veo al fondo, aunque sí a unos disfrazados de jinetes negros (o dementores). Acabo separándome un poco del resto de arpistas y frente a un muro (el escenario está detrás) y aparece un niño que empieza a hablarme en plan filosófico, aunque ya no recuerdo qué me decía. Toco el arpa, se rompen la mitad de las cuerdas y me quedo alucinada con ellas en la mano esperando que tenga arreglo e intentando juntarlas. El crío me pregunta que qué voy a hacer con las cuerdas rotas y le digo que aún puedo tocar, lo demuestro y me chistan para que no haga ruido mientras tocan los otros. Me intento subir al muro para ver el escenario, contemplo cómo tocan (repito, espectacular) y el niño me dice que ha visto a mi novio y no se qué más. Le busco con la mirada, no le veo y me doy cuenta de que la obra es demasiado larga como para representarla en esa hora de clase, por lo que la gente se está yendo. Quiero quedarme, pero como se van todos y dejan de tocar decido juntarme con los de clase. No los encuentro, estoy prácticamente sola en el patio y como está tan oscuro y nublado empiezo a pensar que alguien podría atacarme, así que me voy a paso ligero. Como cada vez hay menos gente y me quedo sola, empiezo a correr y voy por un sendero color ocre con árboles verde fosforito (estilo videojuego). Me desoriento, acabo en especie de cala en el mar y me doy la vuelta corriendo entre los árboles para ver si encuentro el camino al castillo. 

Alassie oloori.


Dedicado a Leandro, por la literatura fantástica.

14 febrero 2016

In the zone

Ir al pueblo no había sido una buena idea. Sus amigas la pirata, la gimnasta rítmica y la momia también las habían atacado, pero como no tenían fuerzas para reducirlas les habían intentado dar esquinazo. Como iban corriendo, los perros del pueblo se habían puesto nerviosos y las habían perseguido, aunque por fortuna también habían perseguido a sus amigas, que se asustaron y huyeron al bosque. No tenían las llaves de la casa, por lo que tuvieron que forzar una de las puertas usando una de las horquillas de Päu, y había anochecido mientras lo hacían. Después de comprobar que no había nadie en la casa, se habían atrincherado a oscuras y ahora estaban agotadas.

- No creo que nos busquen aquí... -comentó Päu mientras se acomodaba en uno de los sofás.
- Bueno... no se si hablan entre ellas ahora que están chifladas, pero esas tres saben que vinimos al pueblo y deducirán que estamos en casa.
- No pueden entrar...
- Pueden romper una ventana... 
- ... y de todas formas, alguien las vería. El pueblo parece tranquilo, no creo que nadie más esté poseído ni nada...
- No se, solo se que tengo mucho sueño y que habrá que hacer turnos. No me voy a dormir tranquila si alguien no vigila...
- Yo no tengo sueño, haré el primer turno.
- ¡Te lo agradezco! -suspiró Wherynn, que se acomodó en el sofá con una de las mantas y pronto se quedó dormida.

¿Qué podía hacer? No podía poner la tv, era mejor que no se viera ningún tipo de luz ni siquiera a través de las persianas o las cortinas. Poner música no sería prudente, no permitiría que oyera ningún ruido. No podía asomarse a la ventana a contemplar el cielo ni leer a oscuras. Empezaba a arrepentirse de haberse ofrecido a hacer el turno, sería muy aburrido...

Las horas pasaban y la casa estaba muy tranquila. Päu bostezaba y pensaba en sus sesiones de hipnosis y en por qué sus amigas estaban tan raras. ¿Estarían hipnotizadas? No parecía que fingieran por la película, eso estaba claro, pero no encontraba ninguna explicación lógica para lo que estaba ocurriendo. Tal vez no la había...

Un ruido en la puerta hizo que se pusiera en guardia. Alguien picaba. Miró el reloj, las 2:38. ¿Quién podía ser a esas horas?

- Whers... -susurró. La chica no se movió. Päu se acercó y la tocó suavemente en el hombro.
- ¿Qué? -preguntó su amiga medio dormida.
- Alguien está picando a la puerta...

Wherynn miró alrededor y vio que aún estaban a oscuras. Aún era de noche. Vio la hora del reloj, las 2:39.

- Vamos a acercarnos a la puerta e intentar mirar por la mirilla. No hagas ningún ruido.

Las chicas se acercaron sigilosamente a la puerta y Päu agradeció que su amiga se despertara tan espabilada. Los golpecitos habían cesado. Wherynn miró con cautela por la mirilla y le hizo un gesto de asombro a Päu. Esta no lo entendió y la chica dibujó unas letras en la puerta con el dedo. "Vampiresa".

- ¿Abrimos? -articuló Päu sin decir palabra. 

Wherynn se encogió de hombros y se volvió a asomar. La vampiresa miraba a su alrededor buscando algo a la escasa luz de las farolas. Probablemente quería forzar la puerta como habían hecho ellas. Parecía en sus cabales, pero Wherynn no se fiaba.

- Esperamos a que abra y la reducimos -susurró al oído a su amiga. Procuremos no hacer ruido.

Las chicas se pusieron frente a la puerta con un rollo de cocina y un cuchillo y aguardaron. Su amiga no tardó en abrir la puerta con mucho cuidado. 

- ¡Chicas! -exclamó con alegría en voz no muy alta.
- ¡Quieta! ¿cómo has llegado hasta aquí? -siseó Wherynn.
- ¡Me atacaron! ¡están todas locas!

Wherynn se acercó con cuidado y vio que sus pupilas estaban normales. No era peligrosa.

- Pasa... -la chica cerró la puerta tras de sí y las miró.
- Cuéntanos -instó Päu.
- Iba corriendo por el bosque -empezó la chica- con todas las demás y llegamos a una especie de cabaña...
- ¡La cabaña del bosque! ¡Qué mítico! -exclamó sin poder evitarlo Whers.
- ¡Tu! -exclamó a su vez Päu.
- ¿Qué?
- ¡Tu y los errores de las pelis de terror! ¿Cómo fuiste con ellas a la cabaña? -se escandalizó.
- ¡Iban todas y la odalisca me dio miedo! -se defendió su amiga.
- El caso es que entramos en la cabaña y nos dimos cuenta de que faltabas -dijo la vampiresa refiriéndose a Päu- pero ninguna, salvo Wherynn, quiso... se atrevió a volver a por ti. 

Wherynn asintió y la vampiresa se sonrojó un poco.

- ¡Teníamos miedo! el caso es que Wherynn buscó por la cabaña, encontró un cuchillo y fue a por ti. El resto nos quedamos pensando qué hacer hasta que la momia empezó a ponerse rara también y sus pupilas se dilataron. Echamos a correr otra vez y me separé del grupo sin querer porque me caí por una ladera del bosque empinada. Encontré unos arbustos densos y me escondí allí hasta que anocheció. 
- Lo que explica esos cortes... -interrumpió Päu. La chica asintió.
- No estaba lejos del pueblo, así que pensé en volver antes de que anocheciera, pero apareció la pirata rara 
y me persiguió. Me dio tanto miedo que me subí a un árbol (se que ella no sabe trepar) y esperé a que se fuera pero no se iba. Luego no se por qué echó a correr y me quedé allí por si volvía. Pensaba quedarme en el árbol toda la noche pero tenía mucho frío y las luces del pueblo me atraían, así que hace poco decidí bajarme y venir aquí.
- Corrió porque nos persiguió a Päu y a mi -le explicó Wherynn. 
- Entonces... ¿puedo quedarme?

Wherynn y Päu se miraron y asintieron.

- Chicas, yo tengo muchísimo sueño... ¿me puedo ir a dormir? -bostezó Päu. 
- Dormid las dos, yo me quedo vigilando -se ofreció Wherynn.

La vampiresa suspiró aliviada y se acomodó junto a Päu en uno de los sofás. Wherynn se sentó en un cojín en el suelo y suspiró. ¿Dónde acabaría esta historia?



Dedicado a Päu, ¡feliz cumpleaños psicóloga!

08 febrero 2016

Venom & Poison










Las luciérnagas brillaban en la penumbra de aquel lugar maldito. 

...

...Ambos negros como la noche... Uno de ellos se encontraba en mi hombro... el otro caminó por mi muñeca... hasta que alcanzó la palma de mi mano. Clavó su aguijón con fuerza... y no pude hacer más que sonreír... Su veneno fluía por mi interior desde hacía tanto tiempo... Una lluvia de manzanas rojas como la sangre... que se derramaba gota a gota por mis dedos... hizo que me diera cuenta de que sostenía una manzana rojo carmesí en la mano izquierda... Junté el escorpión de mi mano derecha... que acariciaba un precioso anillo de plata... cuyos brillantes relucían a la luz del sol... que comenzaba a atravesar los muros de aquel lugar sin fronteras... con la manzana de mi mano izquierda. Miré al escorpión de mi hombro... y comencé a reír de forma alegre, ligera... siniestra, eufórica...

...

La oscuridad... Esa eterna oscuridad... Había dejado mis ojos ciegos... sin la visión... Solo negrura a mi alrededor... Opresiva, inconstante, voluble... Sentía presencias... y a la vez... no sentía nada. Sentía el fuego azabache... con sus lenguas de llamas... corroer todo lo que rodeaba la nada... el todo... Ya había existido una vez... Podía volver... a la vida... Nunca había dejado de existir... realmente... No en mi interior... Una manzana rojo rubí rodó en la oscuridad...

...

Corrían lágrimas de sangre por sus mejillas... Los miles de escorpiones que paseaban a su alrededor eran testigos de ello...
...

Las luciérnagas... brillaban... en la penumbra... de aquel lugar maldito... mientras sus ojos se apagaban... y la visión regresaba...



Dedicado a Dani, por nuestra vuelta a Astralia.

01 febrero 2016

Visions (legacy) IV


Las sacerdotisas se reunieron en torno al fuego para comenzar su ritual visionario. Las llamas iluminaban la oscura cueva y creaban sombras en los muros... La sacerdotisa removió las cenizas en busca de las visiones que le traería el ritual... Invocó su poder desde lo más profundo de su interior y entonces el fuego cobró vida... Las llamas crepitaron con fuerza y brotaron por doquier. Podían notar su calidez llegando hasta sus corazones. El fuego ardía con la pasión incandescente del delirio sin dominio. La cueva era testiga de aquel frenesí que nacía de la locura, de aquella sensación que lo incendiaba todo y de aquel fuego ritual que traería consigo la sabiduría...

La llamas se suavizaron y las imágenes comenzaron a surgir... El Reino de los Sentidos dominaba a aquella joven presa del deseo y del caos que dominaban su espíritu. Su ser la había llevado hasta los límites de la realidad, al borde de la frontera de su mundo mágico. La sincronía perfecta la había hecho olvidar, pero su esencia permanecía oculta en aquel lugar. La pasión que daba vida a aquel paraje ensombrecía todo cuanto había sentido... La luz se había apoderado de ella y sus rayos iluminaban su interior, que ardía en las llamas. Las ideas fluían en caos, pero tenían más sentido que nunca en aquel mundo sin igual. La sacerdotisa removió las cenizas para crear nuevas imágenes en el fuego ritual del deseo...

Las visiones comenzaron a cambiar y mostraron un firmamento nocturno, un lienzo estrellado que revelaba todo su esplendor en el silencio. La irrealidad de sus sueños cobraba vida y la luz penetraba en su ser y sus emociones, iluminando el atractivo de aquel mundo único que la había cautivado. El firmamento creó una lluvia de estrellas y la luz brilló iluminando la oscuridad de la noche en aquel mundo demasiado hermoso para ser descrito y tan real que parecía un sueño... Una tormenta de fuego cubrió la escena y la tierra se abrió en ríos de fuego y lava ardiente. Un volcán lejano entró en erupción y su magma se fundió con los ríos de lava creando magníficos laberintos de fuego. La joven se volvía irracional por su apariencia de realidad; aquel reino dominaba su voluntad y sus deseos más profundos. Su cuerpo era de fuego y sus visiones le revelaban que ella y ese mundo pertenecían a un mismo origen. Quería sentir la tormenta en su interior porque deseaba su armonía y su caótica perfección. La lluvia ígnea acariciaba su piel, había conquistado su cuerpo con su ardiente pasión hacía tiempo...

La imagen cambió a un laberinto rodeado de un universo de nebulosas cuajado de estrellas. Un camino de plata la llevó hacia una puerta tras la cual encontró un escorpión con el que se adentró en el místico lugar. La esencia de todo y los misterios de la eternidad los compartían a través del veneno que fluía por ambos, pues estaban destinados a compartir esa realidad única... El escorpión y la joven se miraron, aquel universo les pertenecía y querían conquistarlo hasta sus más lejanos confines. Un paraíso perfecto que florecía a través de la sincronía perfecta que solo juntos sabían crear y que solo a ellos pertenecía. Un mundo de sensaciones en el que sus seres se fundieron en uno solo hasta vislumbrar todos los secretos del Reino de los Sentidos, que reflejaba su mundo interior...

La sacerdotisa sonrió sicalípticamente mirando el fuego.


Continuará...