22 febrero 2017

Daemonia Nymphe


El antiguo cementerio aún adornado de rosas y heliotropos yacía en silencio en aquel lugar. El monasterio de piedra se erigía tan silencioso como él en la oscuridad de la noche. Los cantos de la hermandad velando su espíritu y su cuerpo en el más allá le conmovían. Aunque nunca habían creído en su inmortalidad pagana, se lo agradecía como gesto de bondad. 

Se había convertido en un arquetipo del mundo celta cuyo nombre recordarían las leyendas. Druida, bardo, hombre salvaje, chamán y profeta, el mago con mayor poder de la historia. Engendrado por la fuerza mágica de la antigüedad, el ciclo artúrico narró su vida. Siempre fue un misterio, un guía espiritual de su época y consejero de los grandes reyes del medievo... 

Siempre hubo un lado oscuro de su historia que no quiso compartir con ningún ser... Él dejó la espada mágica en la piedra para que Arturo de Bretaña la encontrara y fuera rey... Cambió el curso de la historia junto a las sacerdotisas de Ávalon por designio de los dioses... Pero la naturaleza estaba cambiando en los seres humanos y este mundo ya no les pertenecía... 

Conocía la esencia del todo, el Sol y la Luna, las nubes, el aire y el mar. Los demonios que envían sueños en la noche y la resurrección del fénix de sus cenizas. Por ello acabó sus días en Brocelianda, recluido en un árbol por Nimue, la Dama del Lago. El símbolo de la unión cósmica entre el hombre y la naturaleza en un mundo salvaje... Y desde allí todos le veneran, hasta el fin de los tiempos...



Dedicado a Marga, por la felicidad. 

2 comentarios:

Licaón dijo...

Qué bonito =) Aún sin mencionarlos, deja como una sensación de bosques y niebla.

PD: tuve que empezar dos veces porque al primer intento leí "adornado de rosas y helicópteros"

Wherynn dijo...

Jajajajjaja eso seria mas para historia de cumple de esas comicas mias... que bueno! XD