La vieja Italia, el lugar mas artistico que podia imaginar. Era la Florencia plasmada en un lienzo que jamas existio y cuyo recuerdo embargaba a todos cuantos posaban sus ojos en el. Tenia algo especial, un encanto interior que lo hacian pasar desapercibido entre otras obras de arte... aunque pertenecia a un mundo donde era el rey, nadie podria hacerle sombra jamas.
Ya no hablaba del lienzo.
Era un autentico artista, y le admiraba. Le encantaba mirar como creaba su obra, la precision de sus trazos, la forma en que el dibujo plasmaba sus ideas, y sobre todo, la expresion de su rostro, sereno y concentrado, con un brillo en los ojos que delataba que le encantaba lo que hacia. Siempre le decia que le idealizaba... pero se equivocaba. Tan solo veia los fragmentos de su alma que compartia con ella, parte de su esencia interior, sus virtudes y sus defectos... se veia reflejada. En ocasiones acompañaba el proceso creativo de su obra con musica, melodias suaves y llenas de belleza que casaban a la perfeccion con sus bocetos, y de cuando en cuando ella cantaba para el, fundiendose ambos en el arte de forma que nadie mas entenderia. Adoraban la musica, la belleza de aquel paisaje inspirador, y solian perderse por aquellos mundos de imaginacion...
Arrugo el manuscrito y lo arrojo al suelo. ¿No podia ocurrirsele nada mejor?
Ya no hablaba del lienzo.
Era un autentico artista, y le admiraba. Le encantaba mirar como creaba su obra, la precision de sus trazos, la forma en que el dibujo plasmaba sus ideas, y sobre todo, la expresion de su rostro, sereno y concentrado, con un brillo en los ojos que delataba que le encantaba lo que hacia. Siempre le decia que le idealizaba... pero se equivocaba. Tan solo veia los fragmentos de su alma que compartia con ella, parte de su esencia interior, sus virtudes y sus defectos... se veia reflejada. En ocasiones acompañaba el proceso creativo de su obra con musica, melodias suaves y llenas de belleza que casaban a la perfeccion con sus bocetos, y de cuando en cuando ella cantaba para el, fundiendose ambos en el arte de forma que nadie mas entenderia. Adoraban la musica, la belleza de aquel paisaje inspirador, y solian perderse por aquellos mundos de imaginacion...
Arrugo el manuscrito y lo arrojo al suelo. ¿No podia ocurrirsele nada mejor?
Dedicado a Alfonso, un innovador linguistico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario