La dualidad y el equilibrio han existido desde siempre, desde los inicios de la realidad...
En el origen hubo dos seres antagónicos, enemigos desde la cuna... Su genealogía era el linaje del odio, pero su profundo amor les consumía...
En el origen hubo dos seres antagónicos, enemigos desde la cuna... Su genealogía era el linaje del odio, pero su profundo amor les consumía...
Ambos crearon dos realidades diferentes, dos mundos enemigos de luz y oscuridad. Silenciaron sus sentimientos e iniciaron una guerra sin fin... Ninguno cedía terreno y sus mundos se fueron alejando cada vez más hasta perderse en el silencio. Y ambos sabían que estaban condenados a encontrarse en los nexos de unión de ambas realidades.
Las miradas se cruzaban, rey y reina se contemplaban, el silencio decía más que cualquiera de sus palabras.
La unión de ambos creó un linaje secreto y prohibido. Criaturas místicas con poderes inimaginables, ocultos y sumamente peligrosos. Seres oscuros con una brillante luz interior poseedores del don de la profecía, el bien y el mal. Una profunda dualidad que reflejaba su ascendencia maldita...
Tu y yo pertenecemos a esa estirpe de blasfemia, condenada desde la eternidad. Los albores del tiempo aún nos recuerdan que el olvido del odio nunca creó verdadero amor. Yo siempre te he amado, y odiado con una intensidad que nunca llegarías a imaginar ni en tus peores pesadillas. Pero esa es nuestra dualidad, ¿no? El silencio que nos castiga...
Nuestros ancestros, su progenie y descendencia fluyen por el universo sin fin perdidos en la inmortalidad cuando nosotros elegimos morir... ¿Puedes revelarme la profecía que marca nuestro destino? ¿Entiendes algo de este caos sin sentido para ti y toda tu realidad? ¿Crees que puedes leer mi alma o que mi corazón aún te pertenece? No seas iluso, mortal, yo ya he encontrado la luz y tu sigues en mi oscuridad...
Aquellos dos seres amaron con una inmensa fuerza pasional que no existía en sus mundos. Se emponzoñaron con el veneno de la rosa mística y liberaron sus mentes de la fantasía. ¿Entiendes que debo encontrarla para poder liberar tu corazón? La dualidad nos está convirtiendo en nuestros ancestros, con sus errores y enigmas. Duerme ahora, mi amor, pronto despertarás...
Las miradas se cruzaban, rey y reina se contemplaban, el silencio decía más que cualquiera de sus palabras.
La unión de ambos creó un linaje secreto y prohibido. Criaturas místicas con poderes inimaginables, ocultos y sumamente peligrosos. Seres oscuros con una brillante luz interior poseedores del don de la profecía, el bien y el mal. Una profunda dualidad que reflejaba su ascendencia maldita...
Tu y yo pertenecemos a esa estirpe de blasfemia, condenada desde la eternidad. Los albores del tiempo aún nos recuerdan que el olvido del odio nunca creó verdadero amor. Yo siempre te he amado, y odiado con una intensidad que nunca llegarías a imaginar ni en tus peores pesadillas. Pero esa es nuestra dualidad, ¿no? El silencio que nos castiga...
Nuestros ancestros, su progenie y descendencia fluyen por el universo sin fin perdidos en la inmortalidad cuando nosotros elegimos morir... ¿Puedes revelarme la profecía que marca nuestro destino? ¿Entiendes algo de este caos sin sentido para ti y toda tu realidad? ¿Crees que puedes leer mi alma o que mi corazón aún te pertenece? No seas iluso, mortal, yo ya he encontrado la luz y tu sigues en mi oscuridad...
Aquellos dos seres amaron con una inmensa fuerza pasional que no existía en sus mundos. Se emponzoñaron con el veneno de la rosa mística y liberaron sus mentes de la fantasía. ¿Entiendes que debo encontrarla para poder liberar tu corazón? La dualidad nos está convirtiendo en nuestros ancestros, con sus errores y enigmas. Duerme ahora, mi amor, pronto despertarás...
Continuará...
1 comentario:
Que palabras mas bonitas!! me ha encantado. Espero con muchas ganas la continuación.
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