La feria constaba de multitud de puestos tipicos de esos lugares: tiro al blanco, juegos para golpear objetivos en movimiento con una maza, un puesto de algodon de azucar y muchisimas atracciones llenas de gente que parecia pasarselo en grande. Chary miraba hacia todos lados tratando de comprender por que ese estupido y extraño... por cierto, ¿que era? no sabia nada de sus origenes, de donde habia salido... le ofrecia ser reina de una realidad en un mundo fiestero... debia de estar loca para haber aceptado.
- ¡Aqui, guapa! -grito el borracho frente a una piscina repleta de agua.
- ¡Ah, no! ¡de eso ni hablar! -exclamo Chary, que veia venir la tipica escena en la que se subia en una silla, la gente tiraba con una pelota y acababa empapada en el agua. Con lo bonito que era su vestido...
- ¡Aqui! -señalo el hombre hacia un punto tras la piscina.
Chary se quedo boquiabierta. El hombre señalaba hacia un precioso trono de Ynus y plata decorado con otras piedras preciosas. Sonrio para si al darse cuenta de que no los habia llamado "zafiros". A lo mejor si que tenia que ser reina...
- Sube preciosa, es tu trono, ¡hip!
- Gracias -dijo Chary subiendose mientras sonreia. Le apetecia un monton saludar a la gente... ¡pero que ideas se le venian a la cabeza! ¡claro que debia saludar!
- ¡Woo! ¡veo que lo pasas bien!
- ¡Lauri! -grito Chary, lanzandose a sus brazos.
- ¡Que! ¿que haces?
- Abrazarte...
- ¿Y eso que es? -pregunto Lauri, completamente confundido.
- Es una forma de expresar... ¡ay, dejalo! ¡estoy muy contenta!
- ¡Aaah! vale. ¿Entonces... te quedas?
- ¿Pero esto no era una novatada?
- Si... este es tu mundo...
Un chasquido de dedos teletransporto a Chary, aun abrazada a Lauri, a un mundo en el que reinaba la oscuridad, iluminada unicamente por luces laser de diferentes colores. Dandose cuenta de que estaba en una especie de tarima gigantesca, Chary giro sobre si misma y pudo ver a su alrededor una pista de baile de enormes dimensiones.
- ¿Quieres el trono? -pregunto Lauri con voz sugerente.
- ¡Claro!
- Pero...
- ¿Si?
- Yo... hay una cosa que no te he contado.
- ¿El que?
Lauri miro hacia los lados, se acerco mas a Chary, que instintivamente se alejo, y la miro fijamente. Chary volvio a acercarse y Lauri le hablo en voz queda.
- Debes renunciar a tu mundo.
- ¿¡QUE!?
- ¡Sssh! ¡no grites! se supone que no debo contarte esto...
- Pero... ¿por que nos engañais? -se ofendio Chary.
- No es... bueno, si. Cada reino necesita a su reina, y los elegidos... nunca mejor dicho, podeis elegir.
- Pero no nos dais opcion.
- Claro que si, os enseñamos los mundos que os pertenecen y decidis si os los quedais.
- Pero sin decirnos la otra parte...
- Ya... me has caido muy bien, no quiero hacerte esto. Tu decides.
"Tu decides". Claro que le gustaria quedarse, completamente libre, simplemente disfrutando de la fiesta...
- No puedo.
- Entiendo. Te llevare a casa.
Otro chasquido de dedos la dejo en su casa. 16:32, la verdad es que estaba muy cansada y no tenia hambre, lo mejor seria dormir e intentar aclarar sus ideas mas tarde. Aun vestida con el vestido que Lauri le habia regalado se acomodo en el sofa y al poco rato se durmio mientras acariciaba la tela.
La luz de una farola en su cara hizo que abriera los ojos. ¿Cuanto habia dormido? Fuera ya era de noche. Se desperezo y noto que algo se le resbalaba y caia en el suelo. Era una tarjeta. La contemplo, era negra y tenia unos fuegos artificiales que se movian debido a una ilusion optica. Le dio la vuelta, tenia una pequeña llave pegada:
"Has pasado la prueba, la realidad numero ocho te pertenece. Usa la llave en tu armario siempre que quieras visitarla. Llamame si te apetece quedar, Lauri".
Chary la contemplo por unos instantes y rapidamente cogio su movil. Marco y espero al tono de llamada.
- ¿Si?
- ¡Lauri! ¿nos vamos de fiesta?
Fin.
Dedicado a Chary, ¡feliz cumpleaños maja!