Dedicado a Mónica, ¡feliz cumpleaños reina!
24 enero 2021
Amber Enigma
01 enero 2021
Dunwich Macabre
- Incluso si fuera...
Sus pensamientos vagaban inconexos y plagados de déjà vu. Los árboles se le hacían familiares y sus espíritus acariciaban su alma. Apretó la gema verde contra su pecho y suspiró profundamente. Tenía que ser valiente y asumir la verdad, aunque doliera. El error de abrir el velo solo lo había cometido ella y ningún razonamiento al respecto aliviaría el mal. Jamás.
- Ödyhn...
No sabía cuántas lunas habían pasado. Cuando llegó a la linde del bosque se sintió reconfortada, como si hubiera dejado atrás todos los enigmas y secretos... Que en realidad portaba consigo. Suspiró nuevamente. Si el sino de Lady Blue era rescatar a las gentes de Ämsyar... consagraría su vida a ello.
- ¡Sêdnä!
La dulce voz de Ödyhn fue como música para sus oídos. Su mirada lo decía todo, su aspecto había cambiado. Sus ojos nacarados relucían inexpugnables. Quiso abrazarla, consciente de que no era posible. Y quiso atravesar el velo...
- Volvamos.
Ödyhn la llevó sana y salva hasta Ämsyar, que seguía siendo el lugar encantador de antaño. Los niños que una vez le habían dado la bienvenida acudieron a su encuentro, alegres y joviales... Y mayores. Sintió una punzada de aprensión hasta que vio a la señora de canoso cabello, envejecida pero aún llena de energía.
- Al fin regresáis, pequeña Diosa... -dijo acariciando maternalmente su larga melena- no esperaba menos de vos.
A Lady Blue se le llenaron los ojos de lágrimas en agradecimiento por la cálida bienvenida y el secreto que pesaba en su corazón, que no pasaron inadvertidos para la mujer.
- Yo...
- Ven, necesitas ropajes nuevos, ¡debes haber pasado mucho frío!
No sabía cuánto.
Ataviada con un vestido de terciopelo rojo oscuro y una túnica a conjunto, se sentía como una reina. Su rostro pálido le devolvía la mirada hundida y su nuevo corte de cabello le sentaba muy bien... Y se sentía culpable por verse hermosa. ¿Cómo podía pensar en tales detalles superfluos cuando el destino de aquellas gentes estaba en juego? Quizá era un escape mental al terrible mundo que la rodeaba...
- ¡Tan preciosa como siempre! -exclamó uno de los jóvenes- ¡y aún llevas el amuleto!
Lady Blue acarició el árbol de la vida con cariño y sonrió con sinceridad por primera vez en mucho tiempo.
- Me ha hecho mucho bien...
El muchacho se sonrojó y ella rió ante su timidez.
- ¡Cada día estáis más hermosa! La vida florece en vos -respondió la niña de bucles dorados, que ahora era una vivaracha y bella muchacha. El rostro de Sêdnä se oscureció. ¿He dicho algo malo? -se percató la muchacha.
- No, cielo... El viaje ha sido largo, estoy extenuada eso es todo -sonrió amable.
- ¿Cómo es Orión?
- ¡Basta de preguntas! -regañó con dulzura la mujer de cabello cano- nuestra bruja de Yör debe descansar. Toma -dijo tendiéndole una infusión con un aroma agradable y depositando un beso tierno en su cabeza -duerme, pequeña Diosa.
Lady Blue despertó al día siguiente con la mente despejada y el corazón oprimido. No sabía cómo enfrentarse a los habitantes de Ämsyar, que tantas esperanzas tenían depositadas en ella.
- ¿Qué ocurrió en la cueva?
La voz de Ödyhn era dulce, pero sonaba... ¿lejana? Sus ojos permanecían opacos, como si la conexión entre ambas se hubiera roto. O como si...
- Bien sabes que no puedo contártelo... -respondió cuidando de no parecer desconfiada.
- Me preocupo por tí. No pude acompañarte... y has estado ausente muchas, demasiadas lunas...
Ella era la que parecía en otro mundo, y no solo por el velo desgarrado. Algo en su espíritu había cambiado... ¿Habría sucedido algo en el pueblo que ella no sabía?
- Era mi destino, encontrar aquel lugar y...
El espíritu brilló con fuerza para apagarse de nuevo.
- ¿Y? -apremió la joven.
Parecía poseída. ¿Cómo era posible?
- ¿Ödyhn..?
- ¡Vamos, habla Sêdnä! ¿Qué es lo que temes? -su voz sonaba ahora grave y desconocida.
- ¿Quién demonios eres?
- Tu peor pesadilla -respondió la voz.
Dedicado a Sedna, ¡feliz cumpleaños reina!
28 diciembre 2020
When in Ylôwan (❄)
- ¡Gracias! Mi madre, que le gustan los nombres originales...
- ¡Oh, tu caballo es muy especial! Le fascinan las zanahorias...
- Dele un terrón de azúcar, se volverá loco...
- ¿Estás bien, muchacho?
- Vos sois un mago, ¿verdad?
- ¿Podrían cerrar la ventana? La corriente es inmensa...
Y entonces, Orav se desmayó.
Bajó las escaleras de la casita poniendo caras raras -pretendían ser sonrisas amables para compensar su mirada de antes- y cuando llegó a la cocina quedó petrificado. Zed estaba comiendo terrones de azúcar que le ofrecía la señora apestosa del bosque que recogía bayas.
- ¡Dioses! ¿Pero cómo podías estar tan tranquilo?
- ... en un remoto lugar de nuestro señorío... -completó inconscientemente Orav con voz tétrica.
- ¡La magia negra no se combate con fuerza bruta jovencito! Pero no hablemos más de ello...
- Quiero visitar el castillo -dijo para cambiar de tema.
- ¡Me parece estupendo! Vamos, muchacho, te va a encantar.
Orav suspiró y su humor volvió a ensombrecerse.
¡Sí! El castillo, como todo en Ylôwan, era magnífico. Maldita sea, si no estuviera en un momento tan aciago estaría disfrutando de todo aquello como nunca. Estaba orgulloso de su pueblo natal, pero aquel lugar era realmente genial. Digno de un lobo exiliado, del gran mago de la aldea... Sintió una punzada de nostalgia.
Cuanto más caminaban por las dependencias más se daba cuenta de lo que rico que era el hombre con el que habían comprometido a su amiga y por una vez suspiró con fastidio. Todo eso a ella no le importaba... Salones fastuosos, cubertería de oro y plata, un jardín interior con flores exóticas... Nada de eso le daría la felicidad.
- Y ahora, prepárate. Ahí está la gran dama, en el salón. Inclínate ante su gracia y belleza...
Orav iba tan distraído que no se había dado cuenta de cuánto habían avanzado y no estaba preparado para aquello. Su amiga estaba impresionante, parecía una auténtica reina. En lugar de caer de rodillas sentía que su espíritu se elevaba y no podía dejar de mirarla. Ni de anhelarla. Maldita sea, ¡Estaba enamorado!
- ¿Orav..?
Dedicado a Álvaro, ¡feliz cumpleaños Varo!
27 diciembre 2020
Quetzalcōhuātl
- 'Abandon hope all ye who enter here'... -susurró con voz sombría Pichu recordando el Infierno de Dante.
- ¡Bienvenidos a Guatemala! -bromeó el arqueólogo listillo para aliviar la tensión.
- ¿En serio? No estamos en la "tradicional" entrada de Alta Verapaz, eso seguro... -contestó Mama Quilla.
El mundo telúrico de Xib'alb'a estaba gobernado por unos ríos encantados con árboles espinosos -¡jicaros! presumió Pichu de conocerlos- que descendían de los barrancos por los que estaban penetrando en su interior. Lograron esquivar con suma cautela las profundas espinas que amenazaban con atravesar su piel y entonces llegaron al borde del río de la Sangre. En completo silencio pasaron por él y llegaron a un río de agua natural. Pichu trataba de recordar el Popol Vuh mientras observaba a su amiguito pokémon, que permanecía tranquilo y silencioso sobre su hombro. ¡Qué ricura!
19 diciembre 2020
Nightwish
- ¿Qué crees que será de Jeanpo?
- ¿Y las aventuras que vivamos me darán para otra novela? ¿Quizá una trilogía? -fantaseó Wherynn.
Fin.
Dedicado a Jeanpo, ¡feliz cumpleaños cuco!
05 diciembre 2020
Αἰθήρ *Ἠλύσια πεδία*
Ëdpôr se quedó pensativo. Si realmente la revelación de Éter era su destino... Ellas lo sabrían. ¿Pero cómo podían saberlo y dejar que ocurriese? ¿No iba totalmente en contra de su naturaleza?
¿Estaba desintegrando los cimientos de la propia realidad?
Los Campos Elíseos, las llanuras del lugar alcanzado por el rayo, eran un lugar realmente paradisíaco. Un enclave sagrado lleno de sombras, almas inmortales, de hombres y mujeres virtuosos y heroicos guerreros que al fin pasaban una eternidad dichosa y feliz. En sus verdes campos llenos de flores siempre hacía sol y llegar allí atravesando el inframundo más allá del río Lete era un recuerdo digno de atesorar en la memoria. Los dioses reposaban en aquellas praderas libres de pecado, maldad y deseos terrenales, pero su aterrador tío Tánatos no podía entrar en sus dominios por ser personificación de la muerte. Desde el palacio de Cronos hasta las aguas del río Aqueronte, no había nada que no fuera absolutamente hermoso y perfecto.
- ¡Oh, un Oniro!
Ëdpôr reconoció a Radamantis, juez de las sombras, y le saludó efusivamente.
- ¿Qué hace una encarnación de los mismísimos sueños en mis terrenos? ¿Os habéis perdido por el inframundo?
- No... Vengo a cumplir mi destino.
- ¡Oh! Habéis escogido el lugar más hermoso para hacerlo. ¿No os habéis encontrado con Tisífone en el camino?
El Oniro negó con la cabeza. No hubiera sido agradable cruzarse con ninguna de las Erinias de plateados cabellos de serpiente y vestimenta humedecida en sangre.
- No temáis a las Euménides -dijo Radamantis adivinando sus pensamientos- ¿Y cuál es ese destino que venís a cumplir a estos agradables lares?
- Nunca he temido a las diosas ctónicas -respondió Ëdpôr sin contestar a la pregunta. Radamantis sonrió y se hizo a un lado.
- Podéis pasear tranquilo, Oniro. Vuestros secretos pertenecen a los sueños.
Podía haberse perdido en aquella belleza durante toda la eternidad. Nunca había visitado las llanuras al no ser considerado una deidad y lo lamentaba profundamente. Guardaría por siempre en sus recuerdos aquel sitio y lo representaría en los sueños lúcidos que enviaba a los mortales para darles la promesa de una vida eterna llena de música y felicidad. No en vano los iniciados en los cultos del misterio de Deméter, Perséfone o Hékate sabían que si llevaban vidas virtuosas serían elevados a la condición de dioses tras su muerte y se convertirían en inmortales... Y al fin, entre sus cavilaciones, llegó al palacio de Cronos.
El dios de los calendarios, las estaciones y las cosechas tenía una morada digna de un rey en su edad dorada. Y como narraban los mitos, en su reino no existía la inmoralidad. Realmente era el merecedor soberano de aquel edén.
El Oniro penetró en su mansión y confió en que el dios apareciera pronto y no le turbase que su presencia no hubiera sido anunciada.
- ¿A qué debo el honor de la visita de un Oniro?
Êdpôr contempló al dios con guadaña y respiró hondo.
Nunca se había detenido a pensar en los dioses. En sus existencias, en sus historias, en el por qué de sus actos. Y aquel soleado día sempiterno, sintió simpatía por Cronos mientras emprendía rumbo a los Prados Asfódelos.
Dedicado a Pedro, ¡feliz cumpleaños majo!
13 noviembre 2020
True Love
Whatever souls are made of, his and mine are the same...
Tal vez tardamos en encontrarnos, pero la química fue instantánea. Nunca olvidaré aquella sonrisa bajo el árbol que cambió mi mundo. El saber que estaba delante de la persona con la que iba a compartir el resto del camino hasta la eternidad. El saber que nuestras almas al fin habían encontrado a su otra mitad. El mejor sueño del que no querría despertar porque tu y yo lo creamos único para nosotros. Aunque se cierna la oscuridad sigues siendo mi luz guía, mi dulse, mi pieza de puzzle.
¡Te quiero!
Dedicado a Cris, mi príncipe.
28 octubre 2020
The Witcher (Ignis Fatuus)
Sí que he visto barcos quedarse
anclados frente a la respiración
amenazante de lo eterno,
o acaso ante el bramido
colérico de la muerte...
- ¡Oh, mahraviyhoso! ¡Proshigue, muchahcho!
- ¡Eh, regresa! ¿Sí?
Däyn pestañeó confundido.
- Si, esto...
09 octubre 2020
Amoena orbis terrarium
- Parece que olvidáis que vamos por el mundo con un hombre desnudo...
- Está hechizado. No se le puede cambiar.
- Por supuesto.
Dedicado a Marga, ¡feliz cumpleaños bollín!
01 octubre 2020
The Heart of Everything (Holy Ground)
El heredero al trono de Nrym asintió y ambos iniciaron su último viaje juntos en la era de paz hacia Möryew, en busca de la hermana de Prôed.
Dedicado a Leandro y Pedro, ¡feliz cumpleaños, héroes!