El invierno estaba siendo inusualmente largo. La nieve cubria desde hacia meses la aldea y la comida empezaba a escasear, por lo que la mayoria de los hombres habian salido de caza en busca de presas. Bêah paseaba entre el denso manto blanco, reflexionando. Ultimamente tenia sueños de lo mas extraño y no era capaz de interpretarlos.
- Buenos dias.
- Buenos dias -sonrio la Suma Sacerdotisa a Libethaze Arec, que le sonreia ampliamente a su vez.
- Hace frio esta mañana, ¿quereis pasar a tomar un te? -pregunto señalando la taberna.
- De acuerdo, me vendra bien algo caliente.
Ambas se aproximaron a la taberna, donde un hombrecillo enjuto despejaba la nieve de la entrada, que no cesaba de acumularse cada noche.
- ¡Oh! ahi esta Mârtha Mäthîu, perfecto para mi consulta.
- ¿Una consul..? ¡hola! -saludo Bêah a la mujer.
- Buenos dias, Suma Sacerdotisa -contesto ella con voz solemne.
- ¡Un te de hierbas, por favor! -pidio Libethaze a la tabernera.
- ¡Plis, put ol yor carpets in the flor!
- ¿Como..?
- Estoy aprendiendo el dialecto de Gÿrn, las hierbas son dificiles de encontrar en esta epoca y uno de los muchachos me las acerca desde el pueblo, pero no habla el dialecto, asi que he tenido que aprenderlo yo misma -les conto Mâyk.
- La nieve esta durando demasiado... -comento Libethaze, mirando por la ventana hacia el horizonte.
- Es el secreto que debemos desvelar.
Bêah miro a ambas mujeres, que tenian una expresion que no era capaz de interpretar. Por el tono que usaban parecia que todo se tratase de una gran conspiracion, y por un momento se acordo de Bjäro y su teoria sobre los osos polares que se comian la nieve, si bien eso solo habia sido una alucinacion...
- Suma Sacerdotisa...
- Si, perdon, me he distraido.
- Mirad...
Mârtha señalo a la barra, donde acababa de sentarse un extranjero, y a Bêah le dio un vuelco el corazon.
- ¡Lemuel!
El hombre se giro al oir su nombre, que Bêah habia pronunciado en voz demasiado alta, y se las quedo observando.
- ¿Le conoceis?
- Si... y no... disculpadme.
La Suma Sacerdotisa se acerco al hombre, que la contemplaba sorprendido.
- ¿Como sabeis mi nombre?
- ¿Vos sois Lemuel, un explorador de paso por la aldea e hijo del sabio de vuestro pueblo?
- En efecto, ¿como lo sabeis? si no es mucha indiscrecion...
- Yo... os he visto... en mis visiones...
- ¿Ah? ¿y sabeis a que he venido?
- Ehmhmh... ¿algo que ver con los osos polares? -pregunto Bêah bajando la voz, avergonzada.
- ¿Osos polares? en realidad venia a hablar con la Suma Sacerdotisa.
- Soy yo.
Lemuel se levanto inmediatamente e hizo una reverencia.
- Disculpadme, mi señora, no os habia reconocido...
- No importa. Decidme, ¿que queriais contarme?
- Venia a hablaros de la intensa nevada y los ciclos lunares. Cada cientos de años la luna se alinea con mercurio...
- ...y provoca que la nieve disminuya en densidad, os lo enseño vuestro padre, guarda calendarios lunares desde hace decadas, si.
- ¡Vaya! pues si, exactamente eso. ¿Os revelo vuestra vision como solucionar todo..?
- Disculpadme, ¿quereis algo mas? -pregunto Mâyk, ofreciendoles una bandeja llena de aperitivos.
- No, gracias Mâyk, eres muy amable. Creo que deberiamos hablar en un sitio mas privado... -susurro a Lemuel- ¡Oh! un momento, he dejado a... ¡vengo enseguida!
El hombre sonrio al ver a Bêah acercarse precipitadamente hacia las otras dos mujeres, que les observaban disimuladamente.
- Ya creiamos que no volveriais... -comento Libethaze, ligeramente ofendida.
- Ese extranjero ha venido a consultarme sobre la nevada, posee informacion de gran interes.
- ¿Es de fiar? -pregunto Mârtha, suspicaz.
- Si, esta en mis visiones.
- ¿Reales o producidas por las pociones..?
La Suma Sacerdotisa le dirigio una mirada fria a Mârtha.
- Esas pociones fueron destruidas, como bien sabeis. Fue un simple error, ademas vos no tuvisteis que sufrir sus consecuencias, aun no os la habiais tomado...
- Lo se, pero aun asi... bueno, no importa, la cuestion es que si vos confiais en el, nosotras tambien.
- De acuerdo. ¿Que me queriais consultar, Libethaze?
- Es igual, puede esperar. La nieve es mas importante.
- Muy bien... entonces dejadme traer a Lemuel, os lo presentare.
Dedicado a Beatriz, ¡feliz cumpleaños Matriarca!