04 mayo 2013

Middlemay

Aîcliä aun sostenia la tetera en su mano. No podia creer lo desagradable que habia resultado aquella merienda, ¿por que Lady Arüora la odiaban tanto? 

- Querida... ¿estas bien? -pregunto su prometido, preocupado.
- No... ¿por que me trata asi? ni siquiera me conoce... puedo ser todo lo elegante que ella dice, es solo que en un ambiente familiar me relajo... tu me conoces... -trataba de explicarse la joven.

Su prometido poso un dedo sobre sus labios y la hizo callar.

- Aun no te has puesto el aderezo -sonrio.

La joven tambien sonrio. Tal vez no era tan grave que su tia la odiara y quisiera tener a esa estirada de Lady Synföny por sobrina... Vale, no la conocia, pero por su descripcion seguro que era una señorita fina que solo sirve de florero...

- ¿En que piensas? -pregunto el joven, admirando lo bella que estaba su prometida con aquel adorno.
- En nada, en nada... ¡es precioso! -respondio ella mirandose ante el espejo.
- Un adorno elegante para una dama elegante -dijo el sencillamente, besando su mano.


Unos dias mas tarde, Aîcliä estaba haciendo sus visitas de cortesia cuando a lo lejos vio un gran sombrero perteneciente a una señora que parecia admirar uno de los jardines de la zona. La mujer iba acompañada de una señorita muy refinada y Aîcliä se la quedo mirando. Era rubia, y su pelo  escapaba elegantemente del complejo moño que lucia. Sus ojos eran verdes, tenia una sonrisa muy atractiva y una figura fina y hermosa. Sus movimientos eran distinguidos. Seguramente era una mujer asi la que Lady Aruöra queria para su sobrino. Inconscientemente, Aîcliä se habia ido aproximando para observar mejor a la joven, y cuando estuvo lo bastante cerca reconocio a Lady Arüora, que la miro con una mueca de desagrado al percatarse de que llevaba puesto el aderezo.

- ¡Buenos dias, Aîcliä! -exclamo con una sonrisa, cambiando totalmente su semblante. La señorita que la acompañaba sonrio a su vez- quiero presentarte a alguien. Aîcliä, esta es Lady Synföny.

Aîcliä se quedo muda y la miro mientras la joven la saludaba cortesmente. Una señorita despeinada, con ojos demasiado grandes y que sonreia como si fuera tonta. Ademas, estaba delgaducha y se daba aires. ¿No habia criticado Lady Arüora su "belleza clasica"? ¿y no tenia nada que decir de la "belleza" de Lady Synföny?

- He hablado con mi sobrino y vamos a tener una merienda todos juntos esta tarde, ¿no es estupendo? mi sobrino esta deseando reencontrarse contigo, querida -dijo mirando a Lady Synföny, que sonreia sin parar. 
- Yo tambien tengo ganas de verle, hace algunos años desde la ultima vez...
- ¡Pues estupendo! alli nos vemos, ahora si me disculpan debo seguir con mis visitas -se excuso rapidamente Aîcliä. Menuda tarde le esperaba...


La joven daba vueltas, nerviosa. No queria recibir a Lady Aruöra despues de lo de la ultima vez, y menos aun a la otra... Su prometido sonreia divertido, su tia se habia disculpado ante el por su comportamiento, si bien no lo habia hecho con Aîcliä.

- ¡El timbre! ¡ay! -chillo la joven al oirlo. 
- Tranquila, todo saldra bien.
- Ojala estuviera tan segura como tu... -susurro ella para si.


La merienda no iba tan mal como habia imaginado. Lady Arüora la ignoraba y su prometido solo parecia tener ojos para Lady Synföny, aunque su mano nunca dejaba de estar entrelazada con la suya, asi que su estado de invisibilidad le resultaba relativamente comodo. De vez en cuando intercambiaba frias miradas con Lady Arürora y en mas de una ocasion tuvo que contener la risa ante los ademanes de la mujer, a la que se le notaba que le estaba costando contenerse. 

- Ha sido delicioso reencontrarte, ¡como cuando eramos niños! ¿te acuerdas? jugabamos a las meriendas y soñabamos con nuestro futuro.
- Si, lo pasabamos muy bien.
- Querido, ¿a que Lady Synföny esta preciosa? se ha convertido en una jovencita bellisima.
- Si, es muy hermosa.
- Lastima que no le pidieras la mano cuando debias... pero aun estas a tiempo.

Un curioso ruido ahogado les hizo girarse. Aîcliä se habia atragantado con el te y trataba de toser con elegancia. Al final se rindio y tosio hasta quedarse agusto.

- Disculpadme... -dijo retirandose antes de que sus ojos se llenasen de lagrimas. 

Aîcliä se escondio en una de las habitaciones y comenzo a llorar amargamente. ¿Por que? ¿por que esa odiosa mujer tenia que estropear su felicidad de este modo?

- Querida... ¿que te ocurre? -le pregunto su prometido, que habia entrado en la habitacion y la abrazo para reconfortarla.
- ¡¡Todo!! no aguanto mas, si quieres casarte con ella en vez de conmigo...
- ¿Que? ¿de que estas hablando?
- ¡Tu tia quiere que te cases con ella! ¡yo no soy digna! deberia quitarme de en medio...
- Pero esto no se trata de mi tia... sino de lo que yo deseo. Y no hay cosa que mas desee que pasar el resto de mi vida a tu lado.

Aîcliä se enjugo las lagrimas y le miro. Veia la sinceridad reflejada en sus ojos.

- Pero ella...
- Nada. Acabara aceptandote, ya lo veras.
- No, me refiero a Lady Synföny...
- ¿Que pasa con ella?
- ¿Te parece hermosa?
- No tanto como tu.

La joven sonrio y le abrazo con fuerza.

- Tiene los ojos demasiado grandes... -murmuro.
- ¿Que has dicho? -susurro a su vez su prometido, que no la habia oido.
- Nada... regresemos.
- Voy a pedir que nos traigan mas pastelillos. Ahora vengo.

Suspirando y recomponiendose, Aîcliä se acerco a la sala donde se encontraban sus invitadas y se quedo en el umbral. Estaban hablando en voz muy baja.

- Entonces, como hemos acordado, seduciras a mi sobrino hasta que olvide a esa frivola. Me encantaria tenerte como sobrina.
- Y a mi que usted fuese mi tia. No se preocupe, esa Aîcliä no tiene nada que hacer.

¡Bien, se acabo! ¿¿Donde estaba la tetera??



Dedicado a Alicia, ¡feliz cumpleaños guapa!

1 comentario:

Ali dijo...

Ohhh mil gracias eva, comp siempre precioso jajaja me encantaaaa!!! Q tal te va todo?
Muaaa