23 septiembre 2013

Use your illusion

* Era el lugar más hermoso que había visto jamás. Verdes bosques, arroyos que murmuraban al compás de la melodía del viento, brillantes nubes de polvo de hada que daban luminosidad al aire... Ni en sus mejores sueños hubiera podido imaginar un lugar tan bello y acogedor. Las hadas la guiaban por aquel espléndido paraje bailando y riendo, y si alguna vez había sentido alguna preocupación, se le había olvidado. Se sentía feliz y ligera, mucho más contenta y alegre de lo que... Las hadas la rociaron con su magia y no pudo hacer más que sonreír y unirse a su danza. * 

- Estoy pensando... tiene que haber una forma de liberarla -dijo Ttudo.
- Ya os lo he dicho... otro debe entrar al círculo.
- Si, por eso, engañar a algún viajero...

Fairy le miró fijamente con expresión sorprendida.

- ¿Os atrevéis a insinuar que mentiríais a alguien por salvar a vuestra princesa?
- La misión es demasiado importante para olvidarla. 
- ¿De que misión se trata? mencionasteis un tesoro... -comentó Fairy con voz inocente.

Un susurro de voces agudas inundó el bosque y el Reotipo guardó silencio. Aquel hada empezaba a darle mala espina.

- No me habéis contestado... -dijo ella, ocultando un deje de curiosidad.
- Andre ha sido hechizada, tenemos que salvarla.
- Tu princesa se encuentra bien... -contestó Fairy de forma siniestra- ¡Baila con las hadas! -exclamó esta vez con voz alegre y jovial, para después volar al ritmo de una música que solo ella podía oir.

El Reotipo empezaba a temer por lo que aquellas criaturas podían hacerle a su bella princesa, de modo que la cogió en brazos y se alejó con ella. Fairy le siguió, al igual que un pequeño grupito de hadas de vistosos colores que revoloteaban felices y ajenas a todo lo que ocurría. 

* Bailar, reír, cantar... Se sentía maravillosamente bien, podría pasarse así toda la vida, con sus nuevas amigas las hadas en su mundo perfecto lleno de alegría. *

- El bosque de Yngre es muy poderoso, no puedes luchar contra el... -dijo Fairy al Reotipo.
- Yo quizás no, pero conozco a quien puede... -contestó Ttudo.
- ¿De verdad? -preguntó el hada con curiosidad.
- Un príncipe. Un beso de amor.
- Vos sois delegado del Clan Siniestro, ¿no cuenta eso como si fuerais un príncipe?

Ttudo se detuvo y miró al hada, ilusionado. ¡Claro que sí! Bueno... no del todo, pero le daría un beso encantado a aquella princesa, valga el juego de palabras. Un beso que la liberaría de su hechizo. El joven la posó sobre una gran roca llena de musgo y esparció sus rizos por la piedra, alisó su túnica y le cruzó los brazos como si de una princesa de cuento se tratase. Después se aproximó a ella y se inclinó suavemente...


~ Beso de amor que sus labios reclaman ~



Dedicado a Andrea, ¡feliz cumpleaños chuli!

1 comentario:

Andre dijo...

Muchas gracias por dedicarme esta historia, Eva. Como siempre, me ha gustado :) A pesar de ese final tan siniestro! jajaja. Era broma; me ha gustado todo mucho. Mil besitos ;)