Tenía que escapar de aquel lugar antes de que fuera tarde. Estaba claro que la escritora había perdido interés en su relato, su imaginación se había extinguido o había olvidado aquella narración en la que le había abandonado a su suerte... Esperanzado, contempló a la narradora. Su imagen permanecía helada y no se inmutó. De acuerdo, cuestionar sus dotes literarias no iba a liberarlo... debía buscar otro camino.
De pronto, se percató de algo. Las siluetas informes habían adquirido una llamativa policromía que le hizo pensar que no estaba perdido en aquel mundo narrativo. El silencio le rodeaba, y el paisaje comenzó a configurarse en un bosque de neblina pigmentada que debía atravesar para abandonar aquel lugar para siempre. No tenía voluntad propia, pero sabía que era lo que ella quería, así que la dejaría guiar sus pasos. Por otra parte, la narradora ya no escribía, así que tal vez no era más que un recuerdo perdido en algún recóndito lugar de su memoria... ¡Oh, pero qué filosófico se estaba volviendo!
De pronto, se percató de algo. Las siluetas informes habían adquirido una llamativa policromía que le hizo pensar que no estaba perdido en aquel mundo narrativo. El silencio le rodeaba, y el paisaje comenzó a configurarse en un bosque de neblina pigmentada que debía atravesar para abandonar aquel lugar para siempre. No tenía voluntad propia, pero sabía que era lo que ella quería, así que la dejaría guiar sus pasos. Por otra parte, la narradora ya no escribía, así que tal vez no era más que un recuerdo perdido en algún recóndito lugar de su memoria... ¡Oh, pero qué filosófico se estaba volviendo!
Dedicado a Pelayo, ¡feliz cumpleaños!
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