09 octubre 2015

All about us

Tenía que ser cauta y pensar con rapidez. Actuar impulsivamente no le iba a servir de nada. Aquella tonta solo quería divertirse un poco con ella, pero no le iba a dar esa satisfacción. 

- Bien, lo primero es cambiar un poco mi aspecto para poder moverme con libertad y que no me reconozcan... Veamos...

La meiga se trasladó al pueblo más cercano y se dedicó a ir de compras y cambiar su pelo. Estaba tan distraída con aquello que casi se olvida de cuál era su verdadero cometido.

- Ajá, con esta chaqueta de cuero y este nuevo peinado, aparte de más guapo estoy irreconocible. Ahora soy Sexy de Galleta. 

Una anciana que pasaba por el lugar la miró detenidamente para después alejarse a gran velocidad. Seguramente la había asustado hablando sola y refiriéndose a "sí mismo" como "Sexy de Galleta". Ahora solo le quedaba volver a encontrar al grupo e improvisar una actuación convincente para acercarse a ellos.


Los encontró bajo un tejo reunidos cerca de donde se habían materializado. Parecían absortos en una fascinante conversación, y no pudo evitar sentir cierta repulsión al ver cómo su homónimo coqueteaba con todos sus amigos. Incluso le pareció que flirteaba un poco con Princesa... Pobre chica, no tenía nada que hacer ante sus encantos. O los de Polvo de Galleta, vaya. ¡Qué jorror, qué terror!

- Como os decía, mis poderes son grandiosos y fascinantes. Puedo mover montañas, conjurar el tiempo y cautivar a todos los que me rodean -le oyó decir Märga a Polvo-. Puedo hechizar los elementos, embrujar los sentidos y encantar las esencias. Todo me pertenece, y pertenezco al todo. 
- Menuda labia tiene... -murmuró la meiga para sí.
- ¡Cuéntanos más, poderosa Märga! -suplicó Chico-chica, embelesado.
- ¡Queremos escuchar tus magníficas historias! -pidió Km3.
- Ojalá fuera tan hermosa como tu... -suspiró Princesa.

Märga no se lo podía creer. O Polvo de Galleta estaba tan hechizado que realmente se creía que era ella, o estaba echándole mucho cuento para presumir delante de sus amigos. No podría tener poderes a menos que alguien se los concediera, y empezaba a temer que Pänsy tuviera aquello entre sus planes... ¡Estúpida bruja..! Lo mejor sería acercarse y tratar de encajar en el grupo con su nueva apariencia. Esperaba que aquello funcionase...
La meiga se dejó ver entre las rocas y fingió contemplarse a sí misma con devoción. Polvo de Galleta sonrió complacido y los demás la miraron con recelo. Posiblemente no querían competencia para gozar de la atención que Polvo les brindaba. 

- ¡Hola..! ¿Vos... sois... la poderosa meiga de la que todos hablan?

Sus palabras parecieron ejercer el efecto deseado. El chico sonrió ampliamente, asintió y la invitó a sentarse junto a ellos. A Märga le costaba mirarse con veneración sabiendo que no se encontraba precisamente ante un espejo y que aquel tonto ocupaba su cuerpo. La adulación sería el único camino posible, sin embargo, así que jugó su rol con toda la maestría de la que fue capaz. 

- Estoy en el camino de recuperar mis poderes, que me fueron arrebatados cruelmente por vasallos indignos de mi condición... -le contó al poco rato el chico- Por una persona que de hecho se parece un poco a vos...

La meiga no entendía a qué venía aquella forma de expresarse tan medieval y grandilocuente de repente, pero decidió responderle de manera semejante.

- No me complace parecerme a un enemigo vuestro... pero sí a alguien sobre cuyos vuestros ojos se han posado.

Märga guardó silencio tras la frase, meditando que tal vez no tenía mucho sentido. Sin embargo, pareció encantarle a Polvo. Bien.

- ¿Queréis uniros a nuestra aventura? Sois bello y me encantaría conoceros más...

El sonido de desagrado que emitió Märga inconscientemente fue cubierto por los suspiros de protesta de los demás, viendo que empezaba a ser la favorita de "la meiga". Y por cierto, "sois bello", anda que no se quería Polvo... aunque había que reconocer que le había dejado bastante aceptable.

- ¿Y en qué consiste? ¿cómo pretendéis encontrar a ese joven?
- ¡Oh! bueno... cuento con magia de otras personas... una hechicera amiga mía, un encanto de chica.

La meiga sonrió a la fuerza. Un encanto de chica iba a darle ella...

- Nos encontraremos pronto en esta misma hondonada, cuando consiga atraer con mis artes al joven que me robó el poder.
- ¡Ah..! y... ¿cómo vais a...? ¿hacerlo?
- Ya lo he hecho. ¡Reducidlo!

Había subestimado al grupo. Entre todos la cogieron, la maniataron con una cuerda que ni siquiera sabía de dónde había salido y la sentaron en una de las piedras.

- Ahora... me vas a dar mis poderes. No hay vuelta atrás. Ríndete.



Dedicado a Marga, ¡feliz cumpleaños neni!

1 comentario:

Marga dijo...

Me encanta neni! Lo de "jorror y terror" menudo puntazo!!! Pero me has dejado intrigada con qué va a pasar!!!! Thank you!!!