08 noviembre 2016

Immortal love

https://www.youtube.com/watch?v=5g5nJM7rDdA

La vida en la corte era sencilla, mundana... El Louvre era el palacio real soñado por todas las cortes europeas y el lugar donde toda la nobleza quería vivir. Los lujos y los banquetes se sucedían entre sus muros renacentistas, su belleza arquitectónica y su refinada decoración. Sin embargo, ocultaba secretos que ninguna persona salvo ella conocía, porque estaba ligada al palacio desde su origen en el S.XII. Cuando tan solo era un viejo castillo, los alquimistas eran encerrados en sus mazmorras junto con brujas, criminales y ladrones. Ella sentía una profunda atracción por la alquimia y los hechizos, por lo que reunió una corte secreta de alquimistas y brujas en las criptas para alcanzar lo que todos los mortales místicos anhelaban en aquella época, la vida eterna y la eterna juventud. La búsqueda de la piedra filosofal llevó varias décadas y cuando por fin la encontraron juraron guardar silencio acerca del descubrimiento de la legendaria esencia y sus poderes.

La inmortalidad era mucho más compleja de lo que había imaginado y no había valorado todo lo que significaba... Cuando todos sus seres queridos comenzaron a morir se dio cuenta de que la soledad sería su amiga de viaje para siempre. Nunca había tenido familia, pues era huérfana, pero se había desposado con un noble rico ante el cual ya no podía justificar su existencia. Su juvenil aspecto parecía no cambiar a lo largo de los años mientras todo a su alrededor era decadencia y muerte, pero ella se conservaba fresca como las rosas de los jardines y los heliotropos, tan bella  y perfecta como el primer día. Tuvo que alejarse un tiempo del castillo y vagar por los bosques cubierta por una túnica para que nadie la reconociera... Vivió en una cueva lejos de cualquier signo de civilización y cuando pasaron los años regresó a su Louvre como la hija de la anterior señora. Nadie dudó de su palabra, la mentira estaba justificada y los alquimistas guardaron silencio.

El castillo comenzaba a ser frecuentado por los nobles de la realeza y pronto tuvo que elegir un nuevo esposo... El amor no tenía cabida entre sus muros y las intrigas hacían que los matrimonios fueran de conveniencia, por lo que se conformó con un joven aristócrata de buena familia que dedicaba su vida a la guerra y apenas pasaba tiempo en el castillo. Sin embargo, los rumores acerca de su juventud volvieron a resurgir. Aunque los alquimistas y sus herederos mantuvieron el secreto, los demás nobles comenzaron a sospechar. Las brujas de las mazmorras fueron quemadas vivas en la hoguera por orden de su esposo, que temía la magia negra, y éstas la traicionaron revelando su secreto. Ella solo se rió cruelmente y las abandonó a su suerte, amenazando a los alquimistas con el mismo destino si conspiraban en su contra. Alegando un embarazo se alejó del castillo y adoptó a un niño de una familia pobre, al que confió su secreto y con el que vivió en Italia.

A su regreso casi un siglo más tarde, como heredera del Louvre, se encontró una terrible epidemia que azotaba el lugar. Los muertos se contaban por miles y el mal se propagaba sin que nadie lo pudiera eludir, ni siquiera sus alquimistas. La plaga penetró en el castillo y sus nobles y sirvientes comenzaron a perecer, mientras ella se mantenía sana y salva. Las campanas repicaban por los muertos y su palacio se convirtió en un lugar desolado lleno de cadáveres. Ella misma los enterró en los jardines hasta que pasó el horror y pudo reconstruir el castillo y volver a llenarlo de vida.

El Renacimiento fue una época hermosa en la que el palacio se llenó de artistas, opio y decadencia. El Palacio de las Tullerías, la Galería de arte y toda su belleza se concentró en aquella época, en la que nadie se fijaba en su eterna juventud y todo parecía inmerso en la somnolencia del lujo. La tormenta interior que ella vivía no la conocía ninguno de sus cortesanos, y la soledad cada vez hacía más mella en su cuerpo inmortal, en el que su espíritu anhelaba escapar de su jaula de cristal. En silencio miró todos sus retratos de cuatro siglos atrás...



Dedicado a Sedna, por su oscura belleza inmortal. 

4 comentarios:

Sedna dijo...

¡¡Jooo, no sé ni qué decir!! Me ha encantado la historia que ni te lo imaginas <3 Mil gracias, mi bella mística, por tus maravillosos escritos (por todos, aunque este es uno de mis favoritos sin duda). ^^

Wherynn dijo...

Una de mis musas, por eso salen cosas tan bonitas :)

Licaón dijo...

Buenísima Wher ;) la música encaja a la perfección con lo que describes, y también cambia a la perfección anunciando la plaga

Wherynn dijo...

Esta es una de mis favoritas de todos los tiempos :) aunque este año hay varias!