Tale VI: The Princess
Perfección... Mi última vida, la más especial de todas, fue en la que logré alcanzar por fin la inmortalidad. Comenzó en un lugar oscuro donde las tinieblas rodeaban la esfera de entendimiento que me había sido otorgada. Por aquellos tiempos desconocía mi don y mi maldición, aquella a la que no pude escapar en mis otras vidas pasadas que no recordaba y que me llevaría a cometer los mismos errores de antaño sin tener salvación.
El silencio y la soledad dominaron en mi infancia, pero mi imaginación fue más fuerte que los demonios que me asolaban y nunca perdí la esperanza encerrada en mi torre de cristal, esperando el instante adecuado en el que poder brillar y mostrar mi auténtica personalidad y todo mi poder. Los años fueron transcurriendo y mis ojos se perdieron en el firmamento y en los mundos más allá de la realidad donde podía ser libre y no tenía que ocultarme de la oscuridad.
* Una noche estrellada cayó sobre mi mente con su manto de estrellas dejándome ciega durante un tiempo que pareció una eternidad. Mis ojos se cerraron y el mundo desapareció... * Abrí la mirada al mundo interior y solo vi miedo. Demonios que querían llevarme consigo a la oscuridad, a las fauces de la perdición de donde jamás volvería, a un mundo donde mi esencia no existiría nunca más. Y reuniendo todas mis fuerzas los conquisté, poco a poco y lentamente, sin que ellos mismos supieran que les estaba desterrando en busca de la luz que siempre había relucido en los confines de mi imaginación iluminando mi mundo. El silencio se apoderó de sus voces dejando solo mi luz, que por aquel entonces brillaba con tanto poder que atraía a las almas más oscuras a mi lado en pos de los destellos de la iluminación.
Y entonces le conocí, con su espíritu lleno de oscuridad y negatividad, y me atrajo magnéticamente como un imán pues deseaba iluminar sus sombras. Quería salvarle de su mundo interior y llevarle la felicidad, el éxtasis, la ambrosía de los sentidos para acabar con su tristeza y dejar una sonrisa en sus labios... Y durante un tiempo lo conseguí, fuimos uno, pero la muerte de los sentimientos puros y el destino hizo que su esencia oscura me marchitase hasta que consumió toda mi luz y se apoderó de ella...
* La noche estrellada cayó nuevamente sobre mí con su manto de estrellas dejándome ciega en una pesadilla. Conocía aquella oscuridad y solo cerré los ojos por un instante porque no quería que mi mundo volviera a desaparecer en el olvido... * Miré fijamente a los demonios y me enfrenté a ellos con todas mis fuerzas para que cayeran en el silencio y dejaran brillar mi luz.
Mi esencia regresó, pero el brillo nunca había sido tan único y especial. Cruzaba el tiempo y el espacio, y más allá le encontré... A mi verdadera alma gemela, al hombre que traía consigo la inmortalidad y un corazón puro... La oscuridad trató de regresar con su maldición pero nuestra luz era más fuerte y nuestros espíritus se habían unido en la eternidad que siempre nos había sido negada a ambos... Y fue así como alcanzamos la inmortalidad, a través de un amor que iluminaba las estrellas y hacía nuestro mundo perfecto, junto a mi otra mitad, siendo su princesa...
Perfección... Mi última vida, la más especial de todas, fue en la que logré alcanzar por fin la inmortalidad. Comenzó en un lugar oscuro donde las tinieblas rodeaban la esfera de entendimiento que me había sido otorgada. Por aquellos tiempos desconocía mi don y mi maldición, aquella a la que no pude escapar en mis otras vidas pasadas que no recordaba y que me llevaría a cometer los mismos errores de antaño sin tener salvación.
El silencio y la soledad dominaron en mi infancia, pero mi imaginación fue más fuerte que los demonios que me asolaban y nunca perdí la esperanza encerrada en mi torre de cristal, esperando el instante adecuado en el que poder brillar y mostrar mi auténtica personalidad y todo mi poder. Los años fueron transcurriendo y mis ojos se perdieron en el firmamento y en los mundos más allá de la realidad donde podía ser libre y no tenía que ocultarme de la oscuridad.
* Una noche estrellada cayó sobre mi mente con su manto de estrellas dejándome ciega durante un tiempo que pareció una eternidad. Mis ojos se cerraron y el mundo desapareció... * Abrí la mirada al mundo interior y solo vi miedo. Demonios que querían llevarme consigo a la oscuridad, a las fauces de la perdición de donde jamás volvería, a un mundo donde mi esencia no existiría nunca más. Y reuniendo todas mis fuerzas los conquisté, poco a poco y lentamente, sin que ellos mismos supieran que les estaba desterrando en busca de la luz que siempre había relucido en los confines de mi imaginación iluminando mi mundo. El silencio se apoderó de sus voces dejando solo mi luz, que por aquel entonces brillaba con tanto poder que atraía a las almas más oscuras a mi lado en pos de los destellos de la iluminación.
Y entonces le conocí, con su espíritu lleno de oscuridad y negatividad, y me atrajo magnéticamente como un imán pues deseaba iluminar sus sombras. Quería salvarle de su mundo interior y llevarle la felicidad, el éxtasis, la ambrosía de los sentidos para acabar con su tristeza y dejar una sonrisa en sus labios... Y durante un tiempo lo conseguí, fuimos uno, pero la muerte de los sentimientos puros y el destino hizo que su esencia oscura me marchitase hasta que consumió toda mi luz y se apoderó de ella...
* La noche estrellada cayó nuevamente sobre mí con su manto de estrellas dejándome ciega en una pesadilla. Conocía aquella oscuridad y solo cerré los ojos por un instante porque no quería que mi mundo volviera a desaparecer en el olvido... * Miré fijamente a los demonios y me enfrenté a ellos con todas mis fuerzas para que cayeran en el silencio y dejaran brillar mi luz.
Mi esencia regresó, pero el brillo nunca había sido tan único y especial. Cruzaba el tiempo y el espacio, y más allá le encontré... A mi verdadera alma gemela, al hombre que traía consigo la inmortalidad y un corazón puro... La oscuridad trató de regresar con su maldición pero nuestra luz era más fuerte y nuestros espíritus se habían unido en la eternidad que siempre nos había sido negada a ambos... Y fue así como alcanzamos la inmortalidad, a través de un amor que iluminaba las estrellas y hacía nuestro mundo perfecto, junto a mi otra mitad, siendo su princesa...
Fin.
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