23 septiembre 2010

Silver side up

Ser princesa no es una tarea facil. Hay dias en los que tienes que lidiar con los avatares de la vida comun y mediar entre las gentes del pueblo y creeme, es algo complicado cuando tu reino se compone de cuatro pueblos diferentes. Por la mañana resolver la pelea entre los Feros y los Gvis por el territorio de la frontera. "Las fronteras no existen en mi reino, es solo una forma de separar vuestras viviendas y otorgaros poder". Pero no, no lo entienden. Y quieren hacer una justa. Y yo les digo: "justas las justas" pero no les hace gracia. ¡Bah!

- ¿Y ese mohin, princesa?
- ¡Capi! ¿que haceis aqui? -pregunto Andre al paje del pendiente, pues nadie debia entrar en sus aposentos a menos que ella lo ordenara.
- Venia a traeros unos pergaminos de parte de los lideres de los Reotipos. Quieren que interpreteis el lenguaje en el que estan escritos, pues no lo conocen.

Andre suspiro profundamente e inclino las manos para que Capi le diera los manuscritos.

- Tambien queria deciros que un extranjero pregunta por vos, dice que a sido enviado por la princesa Iêrne para servir en el castillo.
- ¿Podriais ir a buscarlo y traerle? no tengo ganas de bajar a la sala del trono.
- ¡Gracias, princesa! sois gentil.

La princesa sonrio ampliamente al paje y este hizo una reverencia para despues salir de sus aposentos. En cuanto estuvo fuera de la vista Andre estallo en carcajadas. ¿Por que llevaba medias y calcetines? que hombre mas raro, pero cuanto mas lo conocia mas cariño le tenia. Aunque dijera frases fuera de lugar, como la ultima que habia pronunciado.
Despues empezo a perderse en sus ensoñaciones recordando como Capi habia llegado al castillo y todas las anecdotas que habia protagonizado. Era un tipo encantador, a su manera.
Tan perdida estaba en sus pensamientos que no oyo la puerta cuando se abrio tras haber sido golpeada durante un buen rato. 

- ¿Princesa?
- ¡Si! ¡hola! -dijo Andre dirigiendose al desconocido que acompañaba al Capi- ¿asi que usted es el enviado de Iêrne?

El desconocido la miro confuso y se dirigio a Capi.

- ¿Quieeen yeeee? -grito usando el conocido acento de los pueblos del norte.
- Es la princesa Andre, ahora sois su siervo.
- ¡Que guapina! -dijo haciendo una reverencia. Andre le observo detenidamente y pudo comprobar que no era demasiado joven -pero tampoco tan mayor- y que debia de estar un poco sordo. ¿Por que Iêrne siempre trataba de engañarla? o al menos le cedia servidumbre mal preparada...
- Sed bienvenido a mi reino.
- ¡Noo! ¡no estaa!
- ¿Como?
- Esta un poco sordo, princesa -corroboro el paje.
- Que bien, lo que me faltaba. Quiero...

Unos golpes en la puerta hicieron que dejara su frase a medias e invitara a quien fuese a entrar. Desde luego hoy parecia que todo el mundo queria subir a sus aposentos, que poco respeto. Tendria que hacer una ley que lo impidiera-rio ante su propia idea. Un chico -¿o era una chica?- entro timidamente en la sala y la miro de arriba a abajo con cierto descaro. Su aspecto era curioso, pues vestia ropajes pasados de moda y su constitucion era bastante cuadrada. Andre le miro fijamente a su vez tratando de adivinar si era hombre o mujer para no equivocarse en la forma de tratarlo y como no encontro nada que le diera pistas decidio mirar disimuladamente hacia cierta parte de su anatomia. Nada. No habia podido determinar nada. Y llevaba mucho tiempo sin decir nada, asi que sonrojandose decidio hablar de forma neutral.

- Bienve... eh... buenos dias, ¿quien sois?
- Soy delegado del Clan Siniestro, de la zona de los Reotipos. Venia a hablar acerca de los manuscritos.
- Acaban de llegar hace poco, no he tenido tiempo de mirarlos.
- ¿Quieeen yeee?
- ¡Callese y vaya a la cocina! alli le enseñaran su trabajo. Capi, acompañele por favor.
- ¿Cocinar al vapoor? ¡eso daseme muy bien! 


Capi abandono los aposentos mientras reia y Andre se desesperaba ante la imposibilidad de tener un servicio competente. Al menos la hacian reir. ¡Oh, vaya! ya estaba otra vez pensando sin decir nada, el Reotipo iba a creer que era muy rara. Bueno, el tampoco era muy normal. 

- Veamos esos pergaminos, tal vez sean interesantes.

Durante las siguientes horas Andre se concentro al maximo en tratar de descifrar aquel complejo lenguaje sirviendose de gruesos glosarios e ignorando las miradas aburridas del Reotipo, que empezaba a tener hambre y se preguntaba como la princesa era capaz de estar horas y horas trabajando sin siquiera moverse. 


- ¡Lo tengo! ¡es... es increible!
- ¿Que dice?
- Habla de las leyendas de vuestro pueblo y de un tesoro perdido de gran poder. Escuchad, os lo voy a leer- dijo Andre tomando aliento para enfrascarse en la lectura.


Dedicado a Andrea, ¡feliz cumpleaños pitina!

1 comentario:

Anónimo dijo...

oins me ha encantado el quien yeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee?????

y la aparicion magistral de chico/a???? y la mirada furtiva hacia su entrepierna???

BRAVOOOO!!! BRAVO!!!

Felicidades Andreita!!!

Un sal(i/u)do de Jacinta y no tengo novio. xDDDDD