12 noviembre 2010

The veil of my dreams

Mis sueños continuan siendo inconexos aunque las imagenes comienzan a ser mas nitidas. En realidad hay escenas que estan perfectamente claras, pero pertenecen a la realidad de un sueño que carece de sentido completo. Lo que si he notado ha sido un nuevo cambio en el rumbo onirico: al principio, cuando comence a escribirlos, soñaba con bosques y mansiones, que tecnicamente muestran una inclinacion hacia la vida interior. Despues pase a soñar con mercados y ferias, que se supone significan una abertura al mundo exterior. Ahora he comenzado a soñar con cielos nocturnos cuajados de estrellas, luna llena (y ayer mismo un eclipse lunar y una lluvia de meteoritos) y en ocasiones planetas enormes que ocupan casi todo el firmamento, lo que simboliza buenos y malos augurios segun las imagenes que aparezcan. Lo mas curioso de todo es que realmente estos cambios coinciden con cambios en mi vida, sobre todo de perspectiva o emociones. ¿Tanto poder tienen los sueños?


Un sueño mitico:

Estamos en Avilés Eva, Paula, Sarita y yo. Vamos por la zona donde vivía antes y mi madre me dice que tengo que entregar en el colegio unos documentos. Los cojo y entro a una especie de hotelucho a ver si encuentro a alguien conocido. Miro en las habitaciones y en una un señor me intenta robar los documentos (que por alguna razón se han convertido en una toalla rosa) pero no le dejo. Me siento y aparece Michael el de Los Campos, le recuerdo quien soy y me alegro de reencontrarme con mi viejo amigo. Luego nos acercamos todas al colegio pero está cerrado, entonces hay que entregar los documentos (es decir, la toalla, xdd) en el centro de alto rendimiento (¿?). Hay que ir en coche, y Eva y Pau prefirieren quedarse en Avilés esperándonos a Sarita y a mi.
Cogemos el coche (conduce Sara) y la voy guiando, pero llegamos a unos montes que no conozco (y ella menos, que no conoce Avilés). Llegamos a un acantilado, le pido que frene pero no le da tiempo, y caemos (sin despegarnos del suelo). Cuando llegamos abajo me dice: “¿bueno, y ahora donde estamos?”. Le empiezo a echar la bronca por despeñarnos, y me contesta: “¡¡encima que no me despego del suelo!!”. La dejo, veo un río y le digo que siga la carretera que hay al lado.
Anochece y pasamos por delante de Parque Astur. Le digo que ya estamos cerca, pero en eso llegamos otra vez a un sitio desconocido. Le pido que gire (para orientarme por Parque Astur) pero no lo vemos. Bajo del coche y veo un cartel que pone “Pixil”. Subo de nuevo y le digo a Sara que no conozco esta zona y que por qué no llamamos a mis padres para avisar de que vamos a tardar. Me dice que no y entonces le pregunto: “¿Por qué no llamamos a los tuyos?” y contesta: “¡no, no, no, que si se enteran de que nos perdimos me riñen!”. Empezamos a discutir (ya es de noche cerrada) y me dice que ya nos encontraremos, que si hace falta me tira por otro precipicio (norma básica de orientación en mis sueños, al parecer, xdd).

Alassie oloori.



Dedicado a Saryna, a la que le encanta este sueño.

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