01 febrero 2011

Ancient winds IV


Los vientos antiguos me llevaron hasta una pequeña ciudadela medieval de piedra. Traspase la puerta hacia el interior del majestuoso lugar y llegue a un patio custodiado por grandes columnas de hermosos capiteles tallados con motivos complejos. Contemple cuanto me rodeaba y avance hacia otra puerta para llegar al corazon de aquel lugar.
El patio central tenia unas dimensiones enormes y estaba rodeado de ventanas, algunas iluminadas y otras a oscuras, que revelaban los misterios ocultos por sus dueños. Camine hacia la torre que dominaba la ciudadela y observe su reloj y las magnificas estatuas que lo guardaban. Realmente se trataba de un lugar fascinante de belleza sin igual.
Por un momento me fije en sus habitantes, que parecian reflejar la perfeccion de aquel lugar y paseaban tranquilamente con gran elegancia por entre aquellos muros. Unos ojos castaños que acompañaban a una figura casi divina se cruzaron con los mios y me miraron fijamente durante lo que parecio una eternidad, pues el tiempo se detuvo durante una fraccion de segundo que dejo de fluir en el espacio. Su mirada me guio hacia una puerta que aun no habia vislumbrado y me dirigi a ella atravesando el patio.

La cruce y me encontre con unas escaleras que descendian a algun lugar en el que parecia hacer aun mas frio que en el exterior. Tras bajarlas traspase de nuevo otra puerta y me encontre nuevamente en un patio, mas pequeño que el principal y en el que habia una fuente enorme. Estaba custodiada por un joven de mirada almendrada y seria que me miro de una forma que me hizo recordar un sueño que habia tenido no hacia mucho tiempo. Me acerque y me señalo la fuente, en la que una hermosa figura de marmol manaba agua ininterrumpidamente. Mire mas alla y pude ver los inmensos jardines que rodeaban aquel increible lugar, a traves de los cuales se aproximaba una tercera figura cuyos ojos se veian en la lejania, pues eran claros y destacaban entre el paisaje brumoso y gris que nos envolvia. Cuando estuvo a mi lado me miro y desvio sus hermosos ojos hacia otro lugar. Me gire y vi que la figura casi divina me habia seguido hasta aquel sitio. Los tres se dispusieron a mi alrededor y me miraron creando una atmosfera magica que nunca crei posible. Sus ojos me guiaron hacia mi destino en aquel lugar.

Me negue a cerrar los ojos y deje que los pensamientos fluyeran, me libere de las ataduras y desvie la mirada hacia un hueco en una de las piedras del muro. Introduje la mano en el y encontre un pergamino. Cuando lo desplegue comprobe que contenia la historia de aquel lugar, desde su fundacion hasta su exilio en un desierto lejano por parte de algunos de sus habitantes, que deseaban mantener la sabiduria del lugar en secreto y la forma mas sencilla era dividir su conocimiento. Mire hacia los tres sabios y me sonrieron. Busque entre los pliegues de mi tunica y cogi la hermosa talla del reino en el desierto que me habia regalado aquel anciano que en realidad era joven, muy joven. La sostuve durante unos instantes y despues me dirigi hacia el patio central tras subir las escaleras de marmol. Guiada por algo que no podia definir camine hasta la torre del reloj y vi que en su base habia un hueco en la piedra en la que la talla encajaba a la perfeccion. Note unos ojos miel que me observaban desde una de las ventanas del lugar y me di cuenta de que el pasado se habia fundido con el presente de forma que jamas habia imaginado y de que algun dia alcanzaria los secretos que habia buscado y los deseos que habia anhelado. Los tres sabios me observaron y les sonrei. Debia renunciar a la talla y dejarla en aquel lugar, donde pertenecia. El de los ojos claros se acerco a mi, me llamo por el verdadero nombre de mi alma y rozo mis manos por un instante, provocando que las runas de ese nombre, de mi nombre y algunas otras se iluminaran. Su mirada era indescifrable. Note que en el pequeño universo a escala de la caja que ocultaban los pliegues de mi tunica algunos planetas se movian formando conjunciones, una estrella fugaz cruzo parte de aquel firmamento y una nebulosa cobraba vida, pero no supe como fui capaz de sentirlo.

Un viento helado acaricio mi rostro y en contra de mi voluntad aparte la vista de aquella figura para proseguir mi viaje, pues los vientos antiguos me reclamaban para llevarme a mi proximo destino.



Continuara...

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