Tenia un sensacion de lo mas rara, estaba mareada... Le parecia como si su mente hormigueara, o como si tuviera algodones entre las neuronas. Estaba profundamente desorientada... Un rostro muy agradable se inclino sobre ella, y su primer impulso fue acercarse y besarle. Era tan atractivo...
- ¿Que..? Ërov... -susurro el joven, alejandose gentilmente.
- ¿Eeeh?
- Ërov...
¿Quien era Ërov? ¿por que la miraba de ese modo?
- ¿Ërov?
- No puede ser... ¿me recuerdas?
- ¿Que..?
¿Recordar? La joven se quedo muda por un instante. No habia nada. Vacio. Solo pensamientos.
- ¿Recor... dar?
- Nunca debi llevarte al desfiladero...
¿El desfiladero? La joven le miro fijamente. Aquel atractivo muchacho parecia estar francamente preocupado, pero no entendia por que. ¿Tal vez porque ella no tenia recuerdos? ¿No era eso normal? Al parecer no...
Un fuerte sonido hizo que abriera los ojos. Estaba echada en una comoda cama de dosel y alguien se habia arrodillado cerca suya, maldiciendo por lo bajo.
- ¿Que pasa..? -pregunto, aun medio dormida.
- Nada, nada, me... me he dado un golpe en la rodilla -gimio el hombre.
- Tio Vlädés... -suspiro Ërov.
- Si, soy un poco torpe a veces... ¿que tal has dormido? -pregunto su tio, que la miraba muy fijamente.
- Bien... he tenido un sueño extraño...
- ¡Oh! ¿sobre que? -dijo poniendo cara de preocupacion. Habia algo que no le encajaba...
- Nada en particular... -mintio la joven.
- ¿Estas segura?
- Si...
- ¿Y por que titubeas?
Ërov no entendia aquel interrogatorio, pero tenia la sensacion de que algo iba mal. Su instinto le decia que mintiera.
- Estoy dormida, tio... no puedo pensar con claridad -respondio fingiendo un bostezo.
- ¡Oh! de acuerdo, entonces te dejo descansar. Duerme cuanto quieras, los festejos no comenzaran hasta esta tarde.
- Gracias, tio -sonrio ella, acostandose de nuevo.
Cuando el hombre cerro la puerta y Ërov se aseguro de que sus pasos se alejaban, se levanto y contemplo el paisaje por la ventana, aquel profundo... oceano... ¿Quien era aquel joven de sus sueños? le resultaba muy familiar, y sin embargo no creia posible que pudiera conocerlo. ¿Como, si nunca habia salido de aquel castillo en el... oceano... de su familia debido a los peligros de la guerra? Y aquel joven parecia un guerrero...
- ¡Morcilla! ¿como se os ocurre? ¡no podemos servir morcilla a los invitados! -escucho a una de las sirvientas regañando a otra a traves de la puerta.
- Morcilla... Mor... ¿Mor..?
Vlädés acudio a las mazmorras. La oscuridad y el frio de aquel lugar le hacian estremecerse, y la antorcha que portaba no le daba ninguna confianza.
- ¡Idiota!
- Maestro... -se arrodillo tras casi dejar caer la antorcha con un pequeño gemido. Menudo golpe se habia dado antes...
- ¿Como ha podido despertarla antes de completar el hechizo?
- Lo siento, maestro, tropece...
- ¿Y que proponeis ahora? ¿que haremos si trata de recordar su infancia?
- No creo que eso ocurra, la he invitado a dormir durante la mañana, en un rato ire a visitarla y podre completar...
- Sereis severamente castigado si no lo lograis.
Un silencio aterrador fue toda la respuesta que Vlädés dio a su maestro, que sonrio satisfecho.
- Jamas debe recordar a Mordred, me preocupa el vinculo tan fuerte que los unia.
- No os preocupeis, maestro, no lo recordara...
Mordred... -susurro Ërov mientras contemplaba el oceano desde su prision.
Dedicado a Veronica, ¡feliz cumpleaños guapa!
1 comentario:
me encanta!!! muy intrigante, quedan ganas de más jajajaa Muchas gracias Eva :D
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