28 diciembre 2014

Revelations (The Talisman)

Orav no sabía qué decir. No podía contarse a si mismo que era el... Oh, era demasiado complicado. No quería cambiar el curso de la historia, aunque con su viaje ya lo había hecho en un círculo eterno... Y su madre le decía que no tenía madera de filósofo, ¡anda que no! Si ella supiera...

- ¿Quién es usted? -repitió el niño, visiblemente nervioso.
- Nadie peligroso, pequeño... de verdad...
- O me lo dice o...
- O se lo dirás al chamán de la aldea...

En serio... ¿en qué estaba pensando? Cada vez se asustaba más... No recordaba haber tenido tan poco tacto cuando se visitó. 

- ¿Por qué parece saber..?
- Casualidad.

Su yo niño le miraba suspicaz. Tenía que llegar a la conclusión el solito, pero podía dejarle alguna pista, ¿no?

- Hábleme de la poción. 

El joven sonrió.

- Es una poción muy poderosa que concede deseos y actúa a voluntad. Quien la toma tiene el dominio absoluto sobre sus efectos.
- ¿Y si me convierto en lobo podré luchar? -preguntó el niño, ilusionado.
- Claro, pequeño. La aldea precisa de hombres fuertes que la defiendan.
- ¿Usted pertenece a la aldea?
- Si... fue mi hogar hace mucho tiempo... -Orav se perdió en sus pensamientos.
- No le recuerdo. Quizá mi madre sepa de su familia...
- ¿Aún no te fías de mi? -sonrió el joven.
- Sinceramente, no. Te pareces mucho a mi padre, eso me gusta.

El niño se le quedó mirando fijamente y pareció que algo en su mente se iluminaba.

- ¿Papá..? -tanteó. 
- ¡Oh! Yo... soy... tu padre... Jajajaja, ¡qué bueno! siempre quise que llegara este momento.
- No... tu... tu eres... 

El joven esbozó una sonrisa. Venga, pequeño Orav, un poco más...

- ¡Un ser de las estrellas!

Tampoco recordaba ser tan tonto de niño.

- No... no soy ningún enviado de las estrellas... -dijo el Orav adulto, frustrado.
- Pues ya me dirá... Ni que hubiera viajado en el tiempo o algo así...

Orav abrió mucho los ojos tratando de que el niño entendiera.

- Entonces... ¿yo?
- En efecto, pequeño...
- ¡Orav!

Su madre venía corriendo hacia él de manera que no podía ver el rostro al Orav adulto. 

- ¡Tengo que irme! No puede verme... ¡nos vemos en el bosque a media tarde, donde el arce frondoso al lado del río!
- Pero...
- ¡Orav!

Perfecto, ahora su madre le echaría la bronca por hablar con desconocidos... ¿Es que no pudo pensar en eso cuando viajó en el tiempo?



Dedicado a Álvaro, ¡feliz cumpleaños neno!

27 diciembre 2014

The Jaguar God

Justo al despuntar el alba, Pichu abrió los ojos. Había tenido un extraño sueño en el que unas figuras celestes hacían formas en el firmamento y le revelaban los misterios de la fabricación de los huevos de gallina en un recóndito lugar del África tropical. Al momento se despertó en él nostalgia por el chocolate, hacía bastante tiempo que no comía nada... 

- ¿Pichu?
- ¿Sí? -contestó él volviendo a la realidad.
- Ya estamos listos.
- ¿Así, sin desayunar? ¿No es muy temprano?
- Son casi las 11...

El joven arqueólogo miró en derredor. Debía de haberse vuelto a dormir mientras pensaba...

- Voy enseguida.


Un rato más tarde estaban frente a la caverna que había descubierto. Uno a uno fueron entrando despacio y observando las paredes, que no tenían nada de particular. Pronto llegaron a la bifurcación en la que Pichu había girado hacia la izquierda.

- Aquí fui hacia la izquierda...
- Bien, entonces dividámonos -propuso el arqueólogo del que sospechaba.
- No... quiero enseñaros cosas interesantes que hay por ese camino, lo mejor será permanecer juntos.

Nadie se quejó ni se opuso, lo que dificultaba su labor para descubrir al traidor o traidores. El camino era relativamente fácil de seguir porque al ir retirando la cuerda la primera vez que entró había dejado un rastro en el polvo del suelo. No quiso decir nada acerca de unas pisadas que había visto en algunos tramos, seguramente solo se trataría de algún animal que paseaba por allí, quizá algún camaleón...  

- ¡Mirad que dibujos! ¡Son una preciosidad! -exclamó una de las arqueólogas- ¡Y hay trazas de escritura!

Pichu sonrió. Le encantaba la arqueología, sobre todo cuando hacían descubrimientos de aquel calibre. La historia podía cambiar en cualquier momento dependiendo de lo que pudieran encontrar, y aquella cueva parecía clave en la historia de los incas, probablemente incluso más de lo que imaginaba...

- ¡Pi!

No se había dado cuenta de que el pokémon les seguía desde el principio y saltaba a su alrededor.

- ¿Qué pasa, amiguito? ¿Les enseñamos el resto de maravillas?

El pokémon saltó con alegría y les condujo por el pasillo que llevaba a la majestuosa "Sala Brillante" como la había nombrado Pichu en su mente.

- ¡Oooh! -exclamaron los arqueólogos al unísono al ver la piedra preciosa que recubría la cámara por completo.
- ¿A que es genial? 
- Pichu, es... ¡es increíble! ¡Debemos extraer muestras!
- ¡Nooo..! mi... tesss...oooroo...
- ¿Pichu?
- ¿Eh? No, que no quiero que toquéis nada, es demasiado bonita... tiene que haber algún rincón oculto donde podamos tomar muestras sin deteriorar la caverna.

Los arqueólogos trataron de ahogar sus risitas, aunque no pasaron desapercibidas para Pichu. Qué, a veces se le iba un poco la pinza, pero es normal en los artistas... Los artistas de la ciencia, qué. No todos los artistas tienen que ser pintores, músicos, escritores... Algunos simplemente se dedican...

- ¿Qué mascullas, chiflado?
- ¿Eh, qué? ¡Un poco más de respeto al jefe de la expedición!
- Mira. 

El joven le mostró una rara piedra que jamás había visto y no sabía identificar.

- ¿Qué es? ¿Dónde la has encontrado?
- Creo que hay una tumba en esta cámara... y lo más peculiar... -dijo mientras le indicaba el sitio dónde había encontrado la piedra- es que hay imágenes de deidades, sacrificios, y un pokémon...

Pichu se quedó boquiabierto. No era posible... no podía...

- ¿Pichu? -preguntó dirigiéndose al pokémon, que cerró los ojos a modo de sonrisa. 



Dedicado a Javier, ¡feliz cumpleaños bollu!

25 diciembre 2014

Yule time


Un año de descubrimientos y fuerza interior. ¡Feliz Navidad!



Dedicado a mis amigos.

19 diciembre 2014

Wanderlust wayfarer

La lluvia era muy fina y el prado hacía que se deslizasen entre el barro, ya que estaba bastante húmedo. Jeanpo se debatía entre la desesperación y la risa. Aquellas dos chicas, a pesar de ser de lo más agresivas, eran incapaces de luchar con gracia. Wherynn era muy torpe y a pesar de ponerle ganas sus golpes eran poco certeros, obviando el hecho de que siempre parecían dirigirse hacia la misma zona... lo cual no era tan malo. Srynna peleaba como una chica (ganándose que le volviera a llamar machista cuando se lo dijo) y la verdad, esperaba que le dieran una magia poderosa que no requiriera mucha puntería, porque había que ver... 

- No haces carrera de nosotras, ¿eh? -le comentó Wherynn.
- ¿Cómo?
- Quiero decir que no hay manera de enseñarnos a combatir...
- Bueno, tendréis la magia de Thöw... mientras aprendáis a emplearla...
- ¡Claro que sí! y si no a mí dame un arma con filo, les cortaré las manos y los pies... -dijo Srynna con un deje macabro.
- Antes tendrías que saber inmovilizarlos... -observó Jeanpo.
- Me los sujetáis y ya.

La lluvia arreciaba por momentos, así que decidieron parar y aprovechar para comer algo. A Jeanpo le gustaba mucho la comida que guardaban en esos recipientes de material extraño que llamaban "latas", aunque también le apetecía cazar algo fresco, pero al parecer no podía hacerlo en el parque. Una lástima, un poco de ciervo asado en la hoguera estaría delicioso...

- ¡Meca, meca, meca! ¡Me acabo de dar cuenta de una cosa! -exclamó Wherynn cuando estaban a punto de empezar a comer.
- ¿Qué?
- ¡La chica!

Jeanpo y Srynna la miraron con cara interrogante.

- La chica sabe que estamos aquí.

Los otros dos no hicieron ningún gesto.

- ¡Si está aliada con los Nö sabrá dónde encontrarnos! ¡y nos robará la piedra!
- ¡Uy, casi lo has pronunciado bien! suena parecido a cuando lo dice Jeanpo...
- ¿¿Cómo no nos hemos dado cuenta antes?? ¡Tenemos que irnos! -la interrumpió este.
-  En realidad no, ¿pero no os habíais dado cuenta antes? ¡Qué paleetos!
- ¿Cómo que no tenemos que irnos? ¿Lo dice Thöw?
- Si, la batalla será aquí. Lo que espero es que haga mejor tiempo, me da la vara luchar bajo la lluvia...
- ¿Por qué te lo tomas todo a risa? ¡Es muy serio!
- Porque Thöw me mandó una visión mientras ponía los platos.
- Qué mundano... jajaja, tendría que mandarte la visión en sueños o algo más épico... -rió Srynna.
- Jaja, como sea, vendrá luego.


Después de comer y reunirse en torno a la hoguera para secarse cuando la tienda de las chicas se vino abajo ("¡Es culpa de la ardilla cotilla, fijo!" dijo Srynna) Thöw apareció en el claro.

- ¿Qué passsaaa? -le preguntó Wherynn para sorpresa del mago.
- Déjala, está muy tonta hoy. ¿Vienes a darnos los poderes? -preguntó Jeanpo. 
- Si, conjuntarán con mi tatuaje guapo -añadió su amiga.
- En serio... ¿estás bien? -murmuró Srynna.
- Es que me siento poderosa. O me voy a sentir poderosa, vaya.
- En fin... es bueno que tengáis el espíritu tan alto. Venid aquí y os otorgaré una habilidad -pidió Thöw señalando cerca de la hoguera.
- ¿Así, ya? ¿Sin ritual chulo ni nada? -se entristeció Srynna.
- No tenemos tiempo para tonterías. Pídele a Wherynn que cante algo gótico de eso que está cantando todo el rato cuando cree que nadie la escucha.
- ¡Eh, me espías! -rió la aludida.

Al ritmo de 'The Mystic's Dream', Srynna y Jeanpo recibieron su magia. Luego Wherynn se acercó a Thöw, que la miró intensamente y le concedió otro poder.

- La fuerza mana de vuestro interior, así que vosotros mismos deberéis descubrir cuál es vuestro don.
- Osea que si viene alguien a freírme a leches no sé ni qué movimientos tengo que hacer ni si ocurrirá algo que me proteja...
- ¡Srynna! -la regañó Jeanpo.

El mago rió de buena gana y les explicó que la magia fluiría por si misma cuando fuera preciso.

- Un poco más de confianza, será algo grandioso... -le dijo Wherynn.
- No es justo, Whers, vosotros tenéis conexión y sabes lo que va a pasar...
- En realidad no, solo sé que, como dice él, la magia fluirá.

Sus palabras se vieron interrumpidas cuando una terrible angustia se apoderó de ella y cesó de respirar. Al momento se vio libre y, muy desconcertada, miró alrededor hasta dar con la mirada culpable de Jeanpo.

- Así que ese es mi poder...
- ¿¿¿Y tenías que probarlo conmigo, psicópata??? ¡¡Te voy a matar a patáes!! 
- ¡Para! ¡Yo quiero saber el mio! ¿Apunto a ese árbol? -preguntó Srynna a Thöw.
- Te lo recomiendo.
- ¿Cómo hiciste tu? -preguntó a su vez a Jeanpo.
- Solo pensé en qué haría si alguien me atacara.
- Vale.

Una terrible ráfaga de aire con cristales de hielo se clavó en el tronco del árbol.

- ¡Genial!
- Ahora yo...

Una tempestad de fuego abrasó el árbol reduciéndolo a cenizas.

- ¡Vaya! ahora me da pena... -comentó Wherynn.

Thöw hizo un movimiento con su mano y el árbol comenzó a florecer de nuevo.

- ¡Qué bonito! -exclamó Srynna.
- ¿Todo esto no lo estará viendo la ardilla cotilla o algún esbirro de los Nöh..? -observó Jeanpo.
- No os preocupéis, todo está despejado. Ahora, hablemos de la batalla...



Dedicado a Jeanpo, ¡feliz cumpleaños neno!

01 diciembre 2014

A New Age Dawns II


La tierra en la que aparecí era increíblemente hermosa y distinta de mi realidad. Las verdes praderas amarillentas se extendían por todas partes hasta el horizonte... Unas rocas talladas con motivos de animales resaltaban entre el verdor de la hierba. Pero sobre todo destacaban las grandes pirámides de piedra en honor a los dioses... Aquellos monumentos erigidos para adorarnos eran realmente preciosos y simbólicos, un lugar de conexión con nuestro mundo inmortal... Nacidos de una estirpe de guerreros con deseos de trascendencia, se alzaban a lo largo de todos sus dominios en aquella tierra mortal... Su efímera existencia quería obtener la gloria de nuestro poder eterno para perpetuarse y no morir jamás... 

Unas piedras esculpidas con nuestras figuras custodiaban la entrada a los templos. Estos a su vez estaban rodeados de pequeños montes cubiertos de vegetación y coronados de niebla... Era un paraje que parecía pertenecer a un olvidado edén terrenal donde sus habitantes vivían en paz y prosperidad. Y sin embargo, habían invocado a una de sus diosas para desvelar algún misterio que su visión no lograba dilucidar...

Fijé mi vista en el joven que me había reclamado con su canto. Sus ojos castaños parecían impresionados ante mi presencia en la pirámide de piedra. Miré alrededor y vi el fuego ritual con el que me había invocado. Ardía en un aguamanil de piedra junto a varias plantas aromáticas. La estancia era oscura pero la luz solar incidía en su interior y la magia ancestral fluía en el ambiente creando una atmósfera especial. La conexión entre ambos mundos se había forjado y me había trasladado hasta aquel hermoso lugar del mundo mortal.
El joven permanecía silencioso y sumido en sus pensamientos. No entendía su silencio si me había reclamado ante sí. Por fin me habló con una voz profunda y hermosa. Me narró los ritos de su cultura hacia los dioses, incluida yo. Era la única que había acudido a su presencia. La única que había regresado a la tierra ante sus miles de súplicas. Su pueblo moría en la guerra de conquista de la iluminación mística. Sus espíritus no descansaban en el más allá porque el sacrificio para parecerse a las deidades era su alma... Quedé en silencio... No podía ser... Sus almas eran demasiado preciosas... Debían volver... La eternidad era suya... Los errores no... No eran deidades... Pero podrían alcanzar la inmortalidad...

La luz solar relucía sobre el fuego del aguamanil iluminando su rostro. Era un joven misterioso y su personalidad ejercía un magnético atractivo sobre mi. Su pueblo precisaba de una salvación si no querían desaparecer en la historia. Sus tradiciones, sus preciosos secretos, nada debía ser ocultado a las generaciones posteriores. Era un pueblo valiente, aguerrido con sus enemigos, muy culto y próspero, y sus mitos y leyendas se extendían por toda la comarca. Como deidad haría que sus espíritus volviesen a mi mundo al abandonar la tierra. El joven sonrió y mi sonrisa iluminó la pirámide... 



Continuará...