01 marzo 2015

DarkShine Oak

Llevaban mucho tiempo caminando por el bosque y comenzaban a estar cansados. La luz disminuía cuanto más se adentraban en aquel laberinto de árboles y no parecía que hubiera ningún camino claro a seguir.

- "Atajemos", ¡buena idea! estamos perdidos... -se quejó Rasky.
- No estamos perdidos, yo nunca me pierdo... -dijo Crälos.
- Claro, ¿cómo vas a perderte? eres una berenjena de huerta, nunca te has movido de tu terrenito hasta ahora...

La zanahoria empezaba a desesperarse. Le gustaba mucho la naturaleza, pero aquel bosque tenía un toque siniestro que no le gustaba nada. Los árboles eran muy tupidos, el verde demasiado profundo, y a pesar de que el sonido de un riachuelo y el lejano piar de algunos pájaros era lo único que podía oír, le daba la impresión de que alguien les seguía... 

- No me contradigas, sé lo que hago. Además, quizá nos encontremos a alguien que pueda guiarnos...
- ¿Quién va a estar en lo más profundo del bosque? Aquí no hay hortalizas...
- Mira -señaló su amigo. Una figura femenina unos árboles más allá recogía bayas en los arbustos. Cuando se acercaron lo suficiente se dieron cuenta de que era la joven que les había recomendado hablar con el mago.
- ¡Hola! -dijo ella tras haberse girado al oír el ruido de sus pasos.
- Hola... -saludaron titubeantes.
- ¿Ya tenéis vuestros poderes? -preguntó mientras se comía a Crälos con la mirada.
- Pues no... -contestó este- al final hemos cambiado de opinión.
- ¿Por qué? parecíais muy interesados tu enamorada y tu...

Las palabras entremezcladas de "¿mi qué?" y "¿su qué has dicho?" hicieron que algunos pájaros cesaran sus cantos.

- ¿No estáis juntos? lo siento... -susurró ella con voz de no sentirlo en absoluto y atusándose el cabello.
- ¡Solo somos amigos! -aclaró Rasky.
- Me parece bien... ¿y hacia dónde vais? ¿estáis de excursión? -preguntó la joven muy coqueta.
- No, volvemos a casa -respondió Crälos. 

La muchacha hizo un mohín y le cogió del brazo.

- Si queréis puedo ir con vosotros un rato... 

Rasky se dio la vuelta para reír disimuladamente y Crälos no se enteraba de nada.

- Me parece bien, estamos un poco desorientados...
- ¿Aah? ¿no sabías exactamente dónde estabas? -apuntó Rasky con ironía.
- ¡Claro! nos he conducido hasta alguien que conoce el camino, lo he hecho bien.

La joven rió con fuerza y se asió aún más al brazo de Crälos.

- Decidme a dónde queréis ir y os llevaré... todavía estoy esperando mi pago en especias... -susurró con voz sensual.


El bosque era bastante más grande de lo que se esperaban. La muchacha les llevaba por diferentes caminos y hablaba de mil cosas que no entendían, hasta el punto de que Rasky se dio cuenta de que caminaban en círculos. Y aún notaba esa otra presencia, como si alguien les observara...

- Vamos caminando en círculos.

La chica dejó de hablar y Crälos exhaló un pequeño suspiro de alivio.

- ¡Uy, pues es verdad! -dijo al cabo de unos instantes- es que me distraje con vosotros, jajaja...
- ¿Qué diantres..?

La berenjena señalaba a un antiguo roble de rostro bonachón que les devolvía la mirada con hermosos ojos verde oscuro.

- Soy DarkShine Oak, roble del bosque / el más vetusto señor de la noche / de raza pura e indómito espíritu / ¿quién eres tú, que irrumpes mi retiro?
- Eh... soy... Crälos... -titubeó. 
- En verso magnífico sean tus palabras / si quieres mantener conmigo una charla / lo que no se rime en mi presencia / entenderé de modo que quizá no sea de tu complacencia. 
- ¿Qué dice? -musitó Rasky.
- He oído leyendas acerca de este roble... suele dormir casi todo el tiempo, pero al parecer le hemos despertado...

Todos se miraron unos a otros en silencio. 



Dedicado a Carlos, ¡feliz cumpleaños neno!