Creía en todas las teorías sobre su origen, aunque ella misma no podía decir cuál era su esencia. La teoría del mundo eclipse la conocía porque Astralia se había revelado ante ella hacía años y le había otorgado la visión; Una visión poco nítida, pues era un ser iniciático, que se había ido profundizando a lo largo de su camino como escritora de historias. En un principio creía crear nuevos relatos gracias a la influencia de aquel mundo, que agudizaba su imaginación y creatividad hasta límites insospechados. La teoría de las esferas. Sin embargo, su forma de narrar se había vuelto muy fluida y siempre le había parecido que no precisaba pensar para escribir. "Las historias se escriben solas", había dicho en tantas ocasiones. Por ello descubrió la teoría de las eternas historias, escritas por un ser supremo, que ella solamente canalizaba para que llegaran al mundo mortal, donde se volvían inmortales.
En cambio, hacía tiempo que esas historias llegaban fragmentadas, tanto que en ocasiones no sabía cómo escribirlas. Astralia parecía alejarse de ella, pero sabía que era su mundo, que nunca la abandonaría del todo. Tenía la sensación de haber demostrado ser digna de aquella visión, pues incluso encontraba historias ocultas en las melodías de su mundo. Tal vez ese era su auténtico destino, descifrar la música para mostrar el reino de Astralia a los seres mortales. Y aquello explicaría por qué últimamente solo la música lograba ponerla en sintonía con aquella realidad...
Dedicado a los seres de Astralia.