La leyenda del dragón había permanecido silenciada por mucho tiempo... Nació en una pagoda del amor prohibido entre un fénix y una serpiente... Durante siglos su existencia fue ocultada y sus poderes yacieron dormidos en las aguas que le rodeaban para que nadie descubriera su origen... Las leyendas sobre una magnífica criatura que surcaba los cielos nocturnos en las noches de eclipse lunar antes del amanecer aparecieron... Pero el fénix y la serpiente fueron cautos y encerraron a su vástago en la pagoda para que nunca más fuera visto en la tierra... El dragón se vio condenado a una existencia solitaria soñando con el firmamento rosado y violeta que veía desde su cautiverio, con poder volar libre y alcanzar las estrellas; pero aquella libertad le había sido negada y no podía escapar de la pagoda, por lo que comenzó a urdir un plan para cambiar su sino...
Sus poderes florecieron y los cuatro puntos cardinales le dieron sus dones. El fénix y la serpiente no pudieron contener a su retoño y juraron acabar con su descendiente para que nunca se descubriera su secreto. El dragón se convirtió en una pequeña brisa de aire, otorgada por el este, y con ella logró su libertad...
El dragón surcó los cielos que tanto amaba y llegó a las nubes, donde deseó habitar por siempre entre su belleza imperecedera. El fénix le rogó que regresase a la pagoda, pero el dragón se negó y se convirtió en lluvia, que cayó sobre el lago cercano a su antigua morada. La serpiente le siguió en el agua y le suplicó que regresase a la pagoda, pero el dragón no quiso y se convirtió en una voluta de fuego que se elevó en las aguas cual fuego fatuo. El fénix volvió a implorarle que regresase a la pagoda pero el dragón se negó, convirtiéndose esta vez en una roca de tierra que trató de ocultarse bajo la hojarasca cercana al lugar de su prisión. La serpiente le rodeó y le pidió por última vez que regresase a la pagoda, pero el dragón se negó y se quedó quieto en aquel lugar esperando que se rindiesen. El fénix y la serpiente le dijeron entonces que sería libre si eso era lo que anhelaba de verdad, pero que para ello tendría que recuperar su cuerpo de dragón. Cuando cayó la noche ambos cumplieron su juramento y le dieron viandas envenenadas para que muriera. Sin embargo, con su traición solo lograron que se volviera más poderoso y los desterrara de aquel lugar para convertirse en el guardián sagrado de la pagoda, un ser cósmico en espera que simboliza la muerte y el nacimiento de un nuevo orden universal. Los moradores del lugar comenzaron a adorarlo como a un dios y a ofrecerle sacrificios de doncellas, aunque el dragón les hizo ver que solo era un puente al otro mundo para aquellos cuyas almas debían ascender a la nueva vida inmortal. Se erigieron templos en su honor y nadie conoció jamás su origen...
Sus poderes florecieron y los cuatro puntos cardinales le dieron sus dones. El fénix y la serpiente no pudieron contener a su retoño y juraron acabar con su descendiente para que nunca se descubriera su secreto. El dragón se convirtió en una pequeña brisa de aire, otorgada por el este, y con ella logró su libertad...
El dragón surcó los cielos que tanto amaba y llegó a las nubes, donde deseó habitar por siempre entre su belleza imperecedera. El fénix le rogó que regresase a la pagoda, pero el dragón se negó y se convirtió en lluvia, que cayó sobre el lago cercano a su antigua morada. La serpiente le siguió en el agua y le suplicó que regresase a la pagoda, pero el dragón no quiso y se convirtió en una voluta de fuego que se elevó en las aguas cual fuego fatuo. El fénix volvió a implorarle que regresase a la pagoda pero el dragón se negó, convirtiéndose esta vez en una roca de tierra que trató de ocultarse bajo la hojarasca cercana al lugar de su prisión. La serpiente le rodeó y le pidió por última vez que regresase a la pagoda, pero el dragón se negó y se quedó quieto en aquel lugar esperando que se rindiesen. El fénix y la serpiente le dijeron entonces que sería libre si eso era lo que anhelaba de verdad, pero que para ello tendría que recuperar su cuerpo de dragón. Cuando cayó la noche ambos cumplieron su juramento y le dieron viandas envenenadas para que muriera. Sin embargo, con su traición solo lograron que se volviera más poderoso y los desterrara de aquel lugar para convertirse en el guardián sagrado de la pagoda, un ser cósmico en espera que simboliza la muerte y el nacimiento de un nuevo orden universal. Los moradores del lugar comenzaron a adorarlo como a un dios y a ofrecerle sacrificios de doncellas, aunque el dragón les hizo ver que solo era un puente al otro mundo para aquellos cuyas almas debían ascender a la nueva vida inmortal. Se erigieron templos en su honor y nadie conoció jamás su origen...
Dedicado a Celia, por sus experiencias en Asia.