10 enero 2019

The Tower in the Well


El orbe iluminaba la estancia creando mágicas iridiscencias de aire etéreo e irreal... Encerraba un poder inimaginable, hermoso y terrible como un enigma indescifrable... Cautivaba los sentidos con sus visos como el amanecer en un tiempo de otra era... Embrujaba desde el interior y su tentación era imposible de eludir, una ambrosía utópica incluso para los dioses ancestrales... 

Nÿlumien tiuval, ïloyne öâl 
äery ûral, hôyume sämbhâl 
Yvâlu ywan, ôryawu…      

Los antiguos conocían su poder y por ello lo enterraron en un lugar oculto y secreto... Las sacerdotisas lo maldijeron y los hechiceros custodiaron desde entonces su torre... Ninguno de los reyes de aquellos tiempos supieron encontrarlo, y su secreto se perdió en la noche...  

Y llegó ella, el druida más poderoso de su tiempo, la magia ancestral corría por las venas de su linaje. Conocía la leyenda de la llegada de la heredera de Nÿrm, la única con poder para ostentar el dominio del orbe. El orbe maldito siglos atrás por las sacerdotisas. El orbe custodiado por los hechiceros más poderosos. El orbe que aquella noche sería suyo al fin... Cuando se erigiera reina suprema de los druidas oscuros... Vio el universo reflejado en aquella esfera, todos los deseos de su corazón, la magia desconocida que anhelaba, los ojos oscuros de sus sueños... Y solo si tocaba el orbe todo aquello seria suyo. Alargó la mano y lo acarició mientras la luz que emitía la cegaba... 


El orbe iluminaba la estancia creando mágicas iridiscencias de aire etéreo e irreal... Encerraba un poder inimaginable, hermoso y terrible como un enigma indescifrable... Cautivaba los sentidos con sus visos como el amanecer en un tiempo de otra era... Embrujaba desde el interior y su tentación era imposible de eludir, una ambrosía utópica incluso para los dioses ancestrales...

Äyrêmi, namäi sûle
kûmpai, yäle, ûmlai vöse
önday wêre, ônhay büre ÿnre…

La luz en las profundidades del pozo era tan hermosa que todas las demás luces palidecían con su belleza. No conocía aquel lugar místico del océano de la existencia, cuyo abismo insondable la atraía con su fuerza irracional. El orbe yacía lejos, en su lugar oculto, mientras los claroscuros del agua se movían al compás de la melodía del piélago, alejándola del mundo físico y sus leyes hacia otro plano de la existencia más allá de toda imaginación...


Dedicado a Eva, aunque no recuerde sus sueños.

2 comentarios:

Licaón dijo...

Me ha gustado mucho Wher =) El giro (que apropiado parece girar cuando se manejan orbes), la sensación desconcertada del lector, que no parece ser desconcierto también en la protagonista, ella parece estar encajando naturalmente las distintas incongruencias, ¿dejándose llevar en la ignorancia?

Dos dudas me dejas, un poco a parte.
- ¿El druida o la druida?
- Si alguien se pusiese a escarbar lo suficiente, ¿entendería esa poesía? ;)

Un abrazo

Wherynn dijo...

El orbe encierra una magia que nubla los sentidos y no te deja acercarte a él aunque por momentos parezca que estás a punto de lograrlo... Lo del "el druida" es porque hasta donde sé no había "mujeres druida", pero bueno, me apetecía que fuese femenina :P Y la poesía no, carece en absoluto de sentido, solo le da aire mágico.

Besos!