14 febrero 2019

Hit the lights

Epílogo

Todo era como muy dramático. La heroína -porque al parecer ya no tenía oportunidad de ser la mala, todas sus amigas eran malas- sola ante el peligro. Si fuera una peli Disney un apuesto príncipe a lomos de un caballo la salvaría. Ojalá viniera en moto, o mejor en coche, lo de montar a caballo no lo veía... ¿Pero en qué estaba pensando? Estaba en una cueva abandonada donde acababan las vías del tren rodeada de lunáticas. No tenía ninguna gracia. Ahora si era un buen momento para que Cuquito mutase y la protegiese... 

- ¡Chsss! ¡Por aquí! 

Una voz varonil desconocida la llamó desde la oscuridad de la cueva e instintivamente echó a correr en su busca. De repente, un brazo tiró de ella y la metió por un estrecho hueco en la roca despistando a todas sus amigas que la perseguían entre gritos. 

- Silencio -le dijo. 

Cuando sus ojos se acostumbraron a la oscuridad, vio que era uno de los muchachos del pueblo, de los que les iban a ayudar con la peli. El chico se llevó un dedo a los labios y Päu asintió. Los gritos de sus amigas se alejaban en la cueva... ¿Cuánta profundidad tendría? ¿Y cómo podían ver en la oscuridad? ¡Ah, bueno! Las pupilas...

- Vamos.

El chico la empujó con suavidad fuera de la oquedad y salió tras ella sacudiéndose la ropa del polvo y las telarañas. Era un muchacho muy guapo, moreno y con cejas extra gruesas, muy su tipo. Se sonrojó, seguro que Wherynn se reiría de ella.

- Tienes una araña en el hombro.

Päu gritó histérica mientras el chico se la quitaba de un manotazo y un ruido sordo se oyó en la lejanía.

- ¡No grites! Tus amigas las locas vendrán a por nosotros... ¡Por aquí!

El chico la guio a la vieja estación de tren y se escondieron en el interior de la marquesina, cuyas ventanas estaban rotas y la puerta no cerraba. Dentro había un montón de grafitis y en uno de ellos pudo leer algo bastante soez dirigido a una tal "Päu"... ¿Sería ella?
Fuera se oyeron murmullos furiosos y con cuidado observaron a través de unos agujeros en la pared. Sus amigas miraban a todos lados y se separaron corriendo en diferentes direcciones para buscarla.

- ¡Necesitamos mi dije! ¡No olvidéis la paja! -gritó la odalisca. Las demás le hicieron caso, regresaron un momento y cada una cogió un poco de paja como si fuera un amuleto. Qué cosa más extrañísima, de verdad...

Cuando se alejaron, Päu suspiró aliviada.

- ¿Qué esta pasando?

El chico la miró con culpabilidad y su gesto le pareció adorable. 

- Pues verás... Creo que se nos ha ido un poco de las manos lo de la película... -empezó.

Päu lo miró largamente.

- Se supone que para animar un poco la cosa y que pareciera más realista... Mis amigos pusieron cámaras por el bosque, la cabaña, vuestra casa e incluso esta cueva...
- ¿Cámaras en casa? -se escandalizó Päu- ¿En toda la casa?
- ¡No! Solo en sitios normales y corrientes, nada de la ducha, el baño...

La chica se sintió aliviada, aunque por alguna razón no le disgustaba pensar que el chico pudiera haberla visto en la ducha... ¡Qué loca estaba!

- ¿Y qué? ¿Cómo explicas toda esta locura? -señaló al bosque, donde sus amigas los buscaban con sed de sangre.
- Bueno... Los zumos y los cócteles... Llevaban...
- ¿¡Las habéis drogado!?

No podía creérselo. ¿Estaban mal de la cabeza?

- Se supone que las iba a excitar un poco y hacerlas parecer más salvajes, pero al parecer uno de mis amigos se pasó un poco con la dosis...
- ¿Y ahora? ¿Hay que esperar a que se pasen los efectos? -se desesperó Päu.
- Si... Durarán unos tres días...
- ¿¿Tres días?? 

Menudo fin de semana le esperaba.

- Es que también se los pusimos en la comida... La primera en dejar de sentir los efectos será la odalisca, que fue a la primera que le hizo efecto... Las últimas la vagabunda y la vampiresa... 
- ¡Y el hada! ¿Pero cómo habéis podido? 
- ¡Queríamos que tu fueras la protagonista indiscutible! -se disculpó el chico. Qué mono.
- ¿Y si yo lo hubiera tomado? -cuestionó Päu, halagada pero fingiendo enfado. Bueno, tampoco tenía mucho que fingir, realmente estaba enfadada por el miedo que había pasado.
- Tuvimos cuidado de ponerlo en productos que no te gusten pero a tus amigas sí...
- ¿Sabes que parecéis unos acosadores psicópatas, no?

El chico sonrió y Päu se derritió.

- Solo queríamos que la peli saliera lo mejor posible... Y tú eres la más guapa y la mejor de todas para ser la prota…

Vale, no tenía tiempo para noviazgos. Quizá cuando los efectos se pasasen le pidiera salir... 

- Como sea, ¿Y Cuquito y la espiral de nubes? ¿Y este dije? -preguntó necesitando aclarar todas sus dudas.
- Pues la espiral de nubes está creada con químicos, uno de mis amigos estudia química y avisó en el pueblo para que nadie se asustase... Cuquito es solo un robot suavecito y majo y el dije... El dije no sé, es de una de tus amigas, ¿no? Una reliquia familiar según he oído en las cámaras...
- ¿Y la maldición del dije? -siguió Päu, poco convencida.
- Cosas de abuelas -zanjó el chico- como las pobres están drogadas se vuelven paranoicas y peligrosas...

Bueno, en el fondo era un alivio que todo fuese causa de las drogas y la imaginación de sus amigas y que no estuviesen en una peli de terror real... ¿Cómo había podido llegar a dudarlo?

- ¿Peligrosas? -repitió dándose cuenta de la palabra.
- Si... Ya has visto que las pone muy agresivas, no esperábamos que hiciera tanto efecto, el fármaco es de liberación lenta pero... Es que otro de mis amigos estudia farmacia...
- Estáis muy mal, no podéis drogar a la gente para hacer una peli... -quizá salir con él no fuera tan buena idea, ¿Qué sería lo siguiente? ¿Drogas en huevos kínder?
- Lo siento... Sí, puede que no lo meditásemos bien... ¡Pero tenemos un material estupendo! -trató de alegrarla.

Päu intentó pensar. No podía dejar que sus amigas se hiciesen daño si no estaban en sus cabales, y Wherynn llevaba un cuchillo...

- Llévame con tu amigo el farmacéutico. Algo tendremos que hacer, no las podemos dejar sueltas así...

El chico asintió.



Efectivamente, el fin de semana había sido eterno. El amigo farmacéutico no pudo hacer nada por sus amigas, por lo que tuvieron que esperar pacientemente a que los efectos de las drogas se les pasaran... Al menos las anécdotas que les dieron servirían para un libro, que la propia Whers se ofreció a escribir con el relato de Päu, para que jamás olvidaran aquella loca aventura.

*******
* Päu comenzó a salir con el chico mono del pueblo, al que perdonó por drogar a sus amigas "por amor al arte".
* Wherynn prometió "matar a patáes y bofetás" a los chicos del pueblo. Ninguno fue asesinado, aunque si recibieron su justo castigo por parte de la susodicha.
* La vampiresa y el hada, últimas en caer, ayudaron a Wherynn en su venganza.
* La odalisca se ofendió tanto por ser drogada que retiró su palabra a los chicos del pueblo y amenazó con denunciarles por daños y perjuicios. Luego se vio en la peli y se le pasó un poco...
* El resto de amigas se tomaron con humor la película y lo narrado en esta historia.
* Todas las amigas recibieron un Cuquito de recuerdo. Wherynn se quedó el más grande y una de las crías porque si Päu tenía novio pues ella quería dos mascotas, ¡qué menos!

Fin.


Dedicado a Paula, ¡feliz cumpleaños primi!

2 comentarios:

Pau dijo...

Me encanto!que "cuquito"todo jaja!
vamos a tener que vernos para darte pie a una nueva historia jajaja!un besin!

Wherynn dijo...

Eso siempre es una opción! XD una excursión por sitios con fruta envenenada siemors da pie a nuevas historias jajsja