01 febrero 2021

Break the Silence IV

... 'Cause after the darkness it comes the light... 


Continuará...

24 enero 2021

Amber Enigma

Epílogo

La arena cubría poco a poco la pirámide ocultándola de la vista de aquellos que nunca la habían contemplado, pues se hallaba perdida en el desierto. Ya nada quedaba de los jardines repletos de flores, del lujo de la corte, de ninguno de sus antiguos habitantes...

Solo el silencio.

***

"El mundo tal y como Atum-Re lo había creado acabaría por culpa de su voluntad". Con estas palabras en mente, Akinom se encontraba en un estado caótico. Ya no se sentía reina, ni poderosa, ni digna de sus antecesores. El oasis de los perdidos... realmente portaba consigo una maldición que no había querido ver dada su soberbia. Y pensar que había considerado un refugio a aquel lugar que era en realidad su prisión...

- No lo sabías. No puedes culparte -dijo Ark-los.

¿Aún la amaba? 

- Soy... "Era" la futura reina de Imlan. Debía haber entendido las señales cósmicas, los jeroglíficos... Pero estaba cegada de amor y era incapaz de verlo... -lamentó Akinom.

Ark-los sintió una punzada en el corazón.

- ¿Me culpáis, mi señora?

Sí. No. 

- No. Solo a mí, a mis decisiones. 
- Os faltaba conocimiento... -comenzó el consejero de nuevo.
- ¡Exacto! Ahora hablo desde mi tumba, por desconocimiento. No hice las consultas adecuadas, malgasté poder en...

Contempló el cuerpo sin vida de Hahsuc, que la miraba fijamente desde su descanso eterno.

- Todos estamos muertos Akinom. Desde el nacimiento, es nuestro destino. Mi cuerpo volverá a portar a mi espíritu si me perdonas la vida, pero ya sabes qué significa ese sacrificio... ¿Estáis dispuesta a tomarlo? -susurró mirándola con lujuria. La antigua reina de Imlan tuvo un escalofrío.

Ojalá pudiera volver en el tiempo.


Am-näir había cruzado victoriosa el desierto junto a Berthal y Kârmne, a la que mantenía dócil y tranquila bajo sus órdenes gracias a las diversas pociones. Quería el poder y ese era el único lugar donde tomarlo.

El oasis de los perdidos... Un vergel digno de los dioses que eran, al fin ante sus ojos. Las leyendas eran ciertas. El poder supremo se había liberado como rezaba la profecía, al menos eso creía viendo su cielo dorado y oscuro. Y necesitaban de una sacerdotisa para dominarlo. 


- ¿Y bien?

No sabía qué contestar. No quería responder. Aquello se había tornado en una pesadilla de la que no podía escapar.

- Akinom...

Podía sentirlo. Su llegada. El fin de los tiempos.

- La decisión está tomada. 

***

La arena cubría poco a poco la pirámide ocultándola de la vista de aquellos que nunca la habían contemplado, pues se hallaba perdida en el desierto. Ya nada quedaba de los jardines repletos de flores, del lujo de la corte, de ninguno de sus antiguos habitantes...

Solo el silencio.

Mientras, en el oasis de los perdidos, la vida era como un jardín del Edén primigenio. Akinom había sido desposada con Hahsuc, vuelto a la vida, pero jamás compartían tiempo juntos. La joven residía en la majestuosa pirámide que una vez compartiera con Ark-los para dar rienda suelta a sus pasiones y conspiraciones -y con el que compartía lecho y existencia cada día y cada noche- mientras Hahsuc vivía en unos aposentos lujosos y retirados de su visión, en el extremo opuesto del oasis. Juntos compartían el gobierno del reino, siendo Akinom el eje principal de poder y habiendo Hahsuc consentido en tener a Ark-los como consejero. A cambio, todas las riquezas que una vez pudo desear y el secreto de su descendencia a salvo. 

Berthal se había desposado con Am-näir, y siendo legítimo miembro de un linaje tan poderoso había conseguido que ella ascendiera a la cumbre social, haciendo sus sueños realidad. Tanto Am-näir como Kârmne, obligada a tomarla como discípula, era las sacerdotisas que custodiaban los enigmas de aquel lugar maldito que ya nunca más sería la perdición de nadie. Imlan  y su pirámide, así como su sociedad, se perdió en los anales de la historia y desapareció de las crónicas para siempre, dejando a los habitantes del reino un hogar en el oasis, en el que vagarían por el resto de la eternidad, inmortales, olvidados del mundo. 


Fin.

Dedicado a Mónica, ¡feliz cumpleaños reina!

01 enero 2021

Break the Silence III

... True love appeared in the end so pure and perfect... 


Continuará...

Dunwich Macabre

Regresar a Ämsyar no era tan sencillo, incluso si la guía era su propio corazón. ¿Puede errar la intuición? ¿Podemos tomar el camino e
quivocado aún conscientes de que no es nuestro destino, por las razones menos loables? Hacer el bien, custodiar el secreto de la nebulosa estaba en su mano, pero a su vez no podría llevar aquel peso sobre los hombros a cuestas lo que le restaba de vida... Incluso si fuera la única manera de salvarlos.

- Incluso si fuera... 

Sus pensamientos vagaban inconexos y plagados de déjà vu. Los árboles se le hacían familiares y sus espíritus acariciaban su alma. Apretó la gema verde contra su pecho y suspiró profundamente. Tenía que ser valiente y asumir la verdad, aunque doliera. El error de abrir el velo solo lo había cometido ella y ningún razonamiento al respecto aliviaría el mal. Jamás.

- Ödyhn...


No sabía cuántas lunas habían pasado. Cuando llegó a la linde del bosque se sintió reconfortada, como si hubiera dejado atrás todos los enigmas y secretos... Que en realidad portaba consigo. Suspiró nuevamente. Si el sino de Lady Blue era rescatar a las gentes de Ämsyar... consagraría su vida a ello. 

- ¡Sêdnä!

La dulce voz de Ödyhn fue como música para sus oídos. Su mirada lo decía todo, su aspecto había cambiado. Sus ojos nacarados relucían inexpugnables. Quiso abrazarla, consciente de que no era posible. Y quiso atravesar el velo...

- Volvamos.


Ödyhn la llevó sana y salva hasta Ämsyar, que seguía siendo el lugar encantador de antaño. Los niños que una vez le habían dado la bienvenida acudieron a su encuentro, alegres y joviales... Y mayores. Sintió una punzada de aprensión hasta que vio a la señora de canoso cabello, envejecida pero aún llena de energía.

- Al fin regresáis, pequeña Diosa... -dijo acariciando maternalmente su larga melena- no esperaba menos de vos. 

A Lady Blue se le llenaron los ojos de lágrimas en agradecimiento por la cálida bienvenida y el secreto que pesaba en su corazón, que no pasaron inadvertidos para la mujer. 

- Yo...
- Ven, necesitas ropajes nuevos, ¡debes haber pasado mucho frío!

No sabía cuánto.


Ataviada con un vestido de terciopelo rojo oscuro y una túnica a conjunto, se sentía como una reina. Su rostro pálido le devolvía la mirada hundida y su nuevo corte de cabello le sentaba muy bien... Y se sentía culpable por verse hermosa. ¿Cómo podía pensar en tales detalles superfluos cuando el destino de aquellas gentes estaba en juego? Quizá era un escape mental al terrible mundo que la rodeaba...

- ¡Tan preciosa como siempre! -exclamó uno de los jóvenes- ¡y aún llevas el amuleto!

Lady Blue acarició el árbol de la vida con cariño y sonrió con sinceridad por primera vez en mucho tiempo.

- Me ha hecho mucho bien... 

El muchacho se sonrojó y ella rió ante su timidez.

- ¡Cada día estáis más hermosa! La vida florece en vos -respondió la niña de bucles dorados, que ahora era una vivaracha y bella muchacha. El rostro de Sêdnä se oscureció. ¿He dicho algo malo? -se percató la muchacha.
- No, cielo... El viaje ha sido largo, estoy extenuada eso es todo -sonrió amable.
- ¿Cómo es Orión?
- ¡Basta de preguntas! -regañó con dulzura la mujer de cabello cano- nuestra bruja de Yör debe descansar. Toma -dijo tendiéndole una infusión con un aroma agradable y depositando un beso tierno en su cabeza -duerme, pequeña Diosa. 


Lady Blue despertó al día siguiente con la mente despejada y el corazón oprimido. No sabía cómo enfrentarse a los habitantes de Ämsyar, que tantas esperanzas tenían depositadas en ella.

- ¿Qué ocurrió en la cueva?

La voz de Ödyhn era dulce, pero sonaba... ¿lejana? Sus ojos permanecían opacos, como si la conexión entre ambas se hubiera roto. O como si...

- Bien sabes que no puedo contártelo... -respondió cuidando de no parecer desconfiada.
- Me preocupo por tí. No pude acompañarte... y has estado ausente muchas, demasiadas lunas...

Ella era la que parecía en otro mundo, y no solo por el velo desgarrado. Algo en su espíritu había cambiado... ¿Habría sucedido algo en el pueblo que ella no sabía?

- Era mi destino, encontrar aquel lugar y...

El espíritu brilló con fuerza para apagarse de nuevo.

- ¿Y? -apremió la joven.

Parecía poseída. ¿Cómo era posible?

- ¿Ödyhn..?
- ¡Vamos, habla Sêdnä! ¿Qué es lo que temes? -su voz sonaba ahora grave y desconocida.
- ¿Quién demonios eres?
- Tu peor pesadilla -respondió la voz.


Dedicado a Sedna, ¡feliz cumpleaños reina!