Caminaba silenciosamente por un bosque frondoso. El brillo de aquella luz la atraia y no podia dejar de preguntarse que tenia que tanto la fascinaba. Era como... bueno, no era nada que hubiera visto antes, nada que supiera describir con palabras.
A su alrededor oia multitud de voces, que resonaban con un extraño eco. Que raro, podria jurar que no habia nadie a su alrededor, que estaba sola en aquella inmensa oscuridad que amenazaba con ahogarla, mientras seguia a la luz como unica via de salvacion.
Un sonido rompio el silencio. Un momento, ¿silencio? acababa de decir que oia voces a su alrededor, pero realmente era como si estuviera en silencio. Sus voces eran vacias, carentes de significado, no existian... no en su realidad. El sonido en cuestion si podia identificarlo, era el inconfundible sonido de un montacargas. ¿Un montacargas en el bosque?
- Te estas volviendo loca...
- ¡No! es un montacargas, estoy segura. Escucha...
Aja, hablar consigo misma, mala señal. Pero no es normal que haya un montacargas en medio del bosque, ¡no señor! y pensaba averiguar de que se trataba.
Siguio caminando, esta vez guiada por el sonido del montacargas en lugar de por la brillante luz.
- Päu...
Dio un respingo. La habian llamado. ¿Quien? ¿se estaba volviendo realmente loca?
- Päu...
- ¿Si? -grito al silencio impregnado de voces- ¿quien eres?
- Päu...
- ¿Que? ¿quien eres, que quieres? ¿donde estas?
- Soy lo que deseas, quiero lo que anhelas y estoy mas cerca de lo que piensas.
- ¿Como..?
La luz le dio de lleno en los ojos y la dejo momentaneamente cegada. Una vez se acostumbro a ella, pudo ver algo que la dejo totalmente anonadada. ¡Un montacargas! ¡en medio del bosque! lo mas raro de todo es que dentro se encontraba Gëmran, un chico al que habia conocido en la discoteca. Vestia un traje de chaqueta, que ocultaba parcialmente una camiseta con una gran margarita en el medio y estaba al lado de una cama. Aja, era Gëmran y vendia camas. Muy normal todo. Si, estaba loca, decididamente, no habia otra explicacion, o... estaba soñando. Si, era posible, un sueño raaaro de esos. Vale, pues a ver en que degeneraba.
Siguio caminando, ignorando las sonrisas de Gëmran, hacia otra parte del bosquecillo, a ver que encontraba. Le picaba la curiosidad, al fin y al cabo si estaba soñando nada malo podia pasar, como mucho que tuviera una pesadilla y se despertara.
Llego a un pequeño claro y vio algo extraño que la hizo sonreir. Dos de sus mejores amigas estaban sentadas en una mesa jugando a las cartas, solo que tenian cuatro barajas en lugar de una y unos pequeños chorros de helado las rodeaban formando una boveda. El juego parecia consistir en hacer formas con los chorros de helado usando las barajas hasta que solo quedara una. Curioso, si...
- ¿Te diviertes? -pregunto la voz que anteriormente habia oido.
Päu se giro rapidamente y se encontro al lado de un chico alto con la cara oculta tras las sombras. Lo unico que podia apreciar es que tenia las uñas pintadas de negro.
- ¿Quien eres?
- Me llamo Dnîael.
- ¿Y que te cuentas, majo? -total, era su sueño, podia vacilarle, ¿no?- Se fijo en que su mano ocultaba parcialmente algo que parecia un rubi con forma de corazon.
- Me gustaria un tono mas respetuoso saliendo de tus labios.
- Ya ves tu... a mi me gustaria que mostraras tu rostro.
- No puedo, para eso necesito una palabra clave y solo me la podra dar el comodin.
- ¿El comodin?
- Si, el comodin de Uelooig, que sabe todas las palabras clave.
- Su nombre suena... raro.
- ¡Pero el tiene la clave! ¡no puedo enseñarte mi cara sin ella! ¡no lo entiendes! -dijo chillando cada vez mas alto.
- ¡Tu a mi no me gritas! -contesto abofeteando su rostro, aunque sintio como si tocara un metal frio y duro.
De repente el chico desaparecio. Una carcajada rompio el repentino silencio que se habia formado. ¿Silencio de nuevo? Gëmran se encontraba cerca y sostenia una maqueta de un bosquecillo con un montacargas en medio. Que raro... tal vez cerrando los ojos...
Cerro los ojos, oyo una cuenta atras desde tres y los volvio a abrir.
- Bueno, ¿que tal la sesion de hipnosis?
- Pues... ¿no se supone que la hipnosis nos ayuda a recordar el pasado? yo solo he imaginado cosas raras...
- Ya le iras cogiendo practica, no te preocupes.
- Bien, nos veremos pronto. Gracias por todo.
Dedicado a Paula, ¡feliz cumpleaños bolli!
A su alrededor oia multitud de voces, que resonaban con un extraño eco. Que raro, podria jurar que no habia nadie a su alrededor, que estaba sola en aquella inmensa oscuridad que amenazaba con ahogarla, mientras seguia a la luz como unica via de salvacion.
Un sonido rompio el silencio. Un momento, ¿silencio? acababa de decir que oia voces a su alrededor, pero realmente era como si estuviera en silencio. Sus voces eran vacias, carentes de significado, no existian... no en su realidad. El sonido en cuestion si podia identificarlo, era el inconfundible sonido de un montacargas. ¿Un montacargas en el bosque?
- Te estas volviendo loca...
- ¡No! es un montacargas, estoy segura. Escucha...
Aja, hablar consigo misma, mala señal. Pero no es normal que haya un montacargas en medio del bosque, ¡no señor! y pensaba averiguar de que se trataba.
Siguio caminando, esta vez guiada por el sonido del montacargas en lugar de por la brillante luz.
- Päu...
Dio un respingo. La habian llamado. ¿Quien? ¿se estaba volviendo realmente loca?
- Päu...
- ¿Si? -grito al silencio impregnado de voces- ¿quien eres?
- Päu...
- ¿Que? ¿quien eres, que quieres? ¿donde estas?
- Soy lo que deseas, quiero lo que anhelas y estoy mas cerca de lo que piensas.
- ¿Como..?
La luz le dio de lleno en los ojos y la dejo momentaneamente cegada. Una vez se acostumbro a ella, pudo ver algo que la dejo totalmente anonadada. ¡Un montacargas! ¡en medio del bosque! lo mas raro de todo es que dentro se encontraba Gëmran, un chico al que habia conocido en la discoteca. Vestia un traje de chaqueta, que ocultaba parcialmente una camiseta con una gran margarita en el medio y estaba al lado de una cama. Aja, era Gëmran y vendia camas. Muy normal todo. Si, estaba loca, decididamente, no habia otra explicacion, o... estaba soñando. Si, era posible, un sueño raaaro de esos. Vale, pues a ver en que degeneraba.
Siguio caminando, ignorando las sonrisas de Gëmran, hacia otra parte del bosquecillo, a ver que encontraba. Le picaba la curiosidad, al fin y al cabo si estaba soñando nada malo podia pasar, como mucho que tuviera una pesadilla y se despertara.
Llego a un pequeño claro y vio algo extraño que la hizo sonreir. Dos de sus mejores amigas estaban sentadas en una mesa jugando a las cartas, solo que tenian cuatro barajas en lugar de una y unos pequeños chorros de helado las rodeaban formando una boveda. El juego parecia consistir en hacer formas con los chorros de helado usando las barajas hasta que solo quedara una. Curioso, si...
- ¿Te diviertes? -pregunto la voz que anteriormente habia oido.
Päu se giro rapidamente y se encontro al lado de un chico alto con la cara oculta tras las sombras. Lo unico que podia apreciar es que tenia las uñas pintadas de negro.
- ¿Quien eres?
- Me llamo Dnîael.
- ¿Y que te cuentas, majo? -total, era su sueño, podia vacilarle, ¿no?- Se fijo en que su mano ocultaba parcialmente algo que parecia un rubi con forma de corazon.
- Me gustaria un tono mas respetuoso saliendo de tus labios.
- Ya ves tu... a mi me gustaria que mostraras tu rostro.
- No puedo, para eso necesito una palabra clave y solo me la podra dar el comodin.
- ¿El comodin?
- Si, el comodin de Uelooig, que sabe todas las palabras clave.
- Su nombre suena... raro.
- ¡Pero el tiene la clave! ¡no puedo enseñarte mi cara sin ella! ¡no lo entiendes! -dijo chillando cada vez mas alto.
- ¡Tu a mi no me gritas! -contesto abofeteando su rostro, aunque sintio como si tocara un metal frio y duro.
De repente el chico desaparecio. Una carcajada rompio el repentino silencio que se habia formado. ¿Silencio de nuevo? Gëmran se encontraba cerca y sostenia una maqueta de un bosquecillo con un montacargas en medio. Que raro... tal vez cerrando los ojos...
Cerro los ojos, oyo una cuenta atras desde tres y los volvio a abrir.
- Bueno, ¿que tal la sesion de hipnosis?
- Pues... ¿no se supone que la hipnosis nos ayuda a recordar el pasado? yo solo he imaginado cosas raras...
- Ya le iras cogiendo practica, no te preocupes.
- Bien, nos veremos pronto. Gracias por todo.
Dedicado a Paula, ¡feliz cumpleaños bolli!
2 comentarios:
muchas gracias evitaaaaa¡¡¡dios k imaginacion tienes tia enserio¡¡¡me ha enkanato y mas o menso he pillao tus metaforas k eso si k es un logro pork estan siempr super curradas¡¡jeje¡¡muxas gracias por la felicitacion mas original y feliz dia de san valentin¡¡:)bsits¡¡te kerooo
jajaja como mola Evaaaa mola xq adems se piya todoOo jajaja que simpaticoOo xD
pos na tia, que a ver cuando te veo... xq jo, no te veo nada de nada... vale si, te he visto estos dias jeje pero me sabe a pocoOo xq luego tardo 1ooo años en verte =(
pues nas, que un besin mu gandee
y que te queroOo!! =)
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