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- ¿Por que nos detenemos? -pregunto Princesa por sorpresa antes de ser guapa.
- Tenemos que pensar que haremos -respondio la meiga con la ronca voz de Polvo de Galleta.
- Claramente, hemos de encontrar al que hechizo a nuestro amigo -comento Km3.
- Si... la pregunta es como.
- Conozco a alguien que puede ayudarnos.
Todos se giraron para mirar a Chico-chica. ¿Como podia saber el a quien acudir y la meiga no? Märga estaba empezando a ofenderse.
- El brujo sin nombre -continuo al ver que todos parecian expectantes.
- ¡Anda! ¡claro! pero es un ermitaño dificil de encontrar...
- Se donde se asienta ultimamente.
- ¿Como?
- Me debe un favor.
Märga le miro dubitativa. No estaba segura de querer saber que tipo de lazo los unia... pero que mala era, tendria que confiar en el y no pensar cosas raras.- ¿Me puedes decir el sitio exacto? puedo teletransportanos.
Con las indicaciones de Chico-chica, que conducian a una cueva cerca de un bosque que la joven conocia, aparecieron alli mediante un conjuro en tan solo unos instantes. El otoño habia llegado al lugar hacia mucho tiempo y las hojas danzaban con la brisa a su alrededor creando una hermosa sinfonia de colores calidos. La entrada de la cueva se encontraba parcialmente oculta por la hojarasca y Chico-chica los guio hacia su interior, puesto que habia que pronunciar unas palabras para que la autentica morada del brujo apareciese. El joven les obligo a taparse los oidos para que el secreto no fuera revelado y para asombro de todos una estancia amplia y lujosa se abrio ante sus ojos surgida de varios haces de luz que emitia la propia piedra. Un hombre de pelo canoso y revuelto que llevaba unas gafas redondas y muy gruesas discutia animadamente con un grupo de compañeros, que parecian disfrutar de sus charlas filosoficas.
- ¡Bienvenido, mi querido amigo! -exclamo en cuanto vio a Chico-chica.
- ¡Compañero! -saludo Chico-chica a su vez, para despues presentarle a todos los demas. Märga se quedo atras sintiendose intimidada sin razon alguna, aquel hombre tenia algo extraño...
- ¿Y quien es esta bella dama? -pregunto el brujo.
- Es un amigo al que han hechizado, pero su aspecto pertenece a Märga la meiga, muy conocida en los caminos -dijo El doble de chico-chica mirandole como si lo idolatrara. Y eso que no lo conocia de nada.
El brujo hizo una reverencia, Märga le sonrio amablemente y le tendio la mano, que el apreto amistosamente para despues besarsela. La meiga lucho contra su deseo de limpiarse en la tunica y sonrio de nuevo, extrañada de que le hubiera besado la mano teniendo aspecto de hombre. El brujo invito al Clan siniestro a sentarse con sus compañeros y filosofar un rato para poder hablar con Märga en privado, la joven le siguio hasta lo que parecia su aposento y se puso en guardia.
- Os tenia por ermitaño, sin embargo pareceis asentado en este lugar... disculpadme, no... -comenzo.
- Soy ermitaño y no tengo nombre, vago por el mundo sin pertenecer a ningun lugar y a la vez formando parte de todos... -el hombre se perdio en sus razonamientos y Märga le observo en silencio. No tendria nombre, pero a ella se le venia uno: Milla Nautica. Si, tenia que dejar de poner apodos a todo el mundo, aunque si no tenia nombre...
- Fascinante...
- Conozco el motivo de vuestra visita y se quien ha hechizado a vuestro amigo, que por cierto, ha ganado con el cambio...
- Muchas gracias... ¿quien ha sido?
Dedicado a Marga, ¡feliz cumpleaños guapa!
1 comentario:
jajaja, me parto con la historia, como siempre, ¡muchas gracias neni!
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