19 diciembre 2013

Last of the wilds

El día amaneció lluvioso y desapacible. Srynna estaba de mal humor porque se había peleado con un grillo que no la había dejado dormir todo lo que quería, Wherynn trataba de no reírse del concepto de su amiga de "dormir poco" (casi nueve horas) y Jeanpo seguía meditando cuál debería ser su siguiente paso. No quería poner en peligro a aquellas dos locas, les había cogido bastante aprecio y sabía que con los Nöh no podía bromearse, a pesar de que ellas aún no lo entendieran...

- ¿Qué tal habéis dormido?
- ¡No me hables! maldito grillo...
- Mirad, la ardilla cotilla.

Jeanpo y Srynna miraron hacia el árbol que señalaba Wherynn, donde la conocida ardilla de capa negra disimulaba fingiendo que recogía unas nueces.

- En serio, si la van a mandar a espiarnos al menos que le quiten la capa... ¿o es que nos toman por estúpidos? bueno, a lo mejor los lerdos son ellos... -comentó Wherynn. La ardilla la miró y la chica hubiera jurado que le agitó una de sus patitas en símbolo de venganza. La chica agitó el puño a su vez y lo hizo de manera tan cómica que Srynna no pudo evitar soltar una carcajada.
- De verdad, tenéis que empezar a tomaros esto con seriedad. Tenemos que hablar de vuestras tácticas de batalla...
- ... delante de la ardilla ¡pues no andas tu muy fino tampoco! y suenas igual que Roszondas...-observó la chica.
- ¡Delante de ella no! ¿Roszondas? bueno, es igual, pensaba tirarle una piedra... -les susurró.
- ¡Maltrato animal! -gritó Srynna. La ardilla les miró, suspicaz.
- No es una ardilla común, fíjate -murmuró Jeanpo. Antes de que ninguna lo pudiera evitar, sacó una piedra de su bolsillo y se la lanzó a la ardilla, que se deshizo en una voluta de humo. 
- ¡Qué nice! ¿y ahora?
- Ahora ya no está. Aprovechemos... ¿qué sabéis hacer?

Srynna y Wherynn se miraron la una a la otra.

- Nada -contestaron al unísono.
- ¿Nada? lo suponía.
- ¿Y para qué preguntas? -dijo Srynna.
- No sé, por si acaso... Pues algo tendréis que aprender, puedo protegeros, pero es mejor que sepáis hacer algo aparte de correr y esconderos. Por ejemplo, ¿que harías en este caso? -preguntó cogiendo a Wherynn desprevenida y arrinconándola de manera que solo pudiera entrar en su tienda de campaña.
- ¡A que te clavo una llave en el ojo! -respondió ella con rapidez y rebuscando en sus pantalones -bueno, llevo la llave en el bolso, ¡pero no viene al caso! -se disculpó, agresiva.
- Está bien, al menos tienes genio...
- Si se llega a despistar lo mato a bofetás -comentó en voz baja a Srynna, que rió.
- Es muy probable que te ataquen, por lo del mapa de la mano...
- Vaya, ¡pues qué bien! entonces lo mejor será copiar el mapa, no sea que me corten la mano...
- Bien observado.

Jeanpo fue a por un trozo de papel y Wherynn le miró de soslayo. Sabía que eso no ocurriría, compartía los secretos de Thöw... como mucho la secuestrarían, pero no podían hacerle daño. Se lo contó al joven, que pareció tranquilizarse. 

- ¡Entonces me usarán a mi de cebo! o tratarán de borrarte el mapa de la mano... -dedujo Srynna.
- Eso si, asi que mejor... 

Wherynn se quedó en silencio con la mirada perdida. Los otros dos trataron de hacerla volver en si, pero no pudieron.

- ¿Qué pasa? ¡se ha quedado colgada!
- ¿Qué?
- ¡Aaaah! ¡hazla volver! ¿qué pasa? -gimió Srynna.
- Oye... es probable que tengamos varias crisis, deberías intentar tomarte las cosas con más calma...

Su amiga volvió en si y los vio discutiendo.

- ¿Qué hacéis, paletos? ¡tenemos cosas importantes de qué preocuparnos!
- ¡¡Wherynn!! ¡estás bien! -exclamó Srynna, abrazándola.
- ¡Si, oh! era Thöw, que me daba un toque mental -la tranquilizó.
- ¿Has hablando con Thöw? -quiso saber Jeanpo.
- No, pero me comenta que nos centremos en la misión del mapa, que de la batalla se encarga el.
- ¿Cómo? -preguntó Srynna.
- Pues va a ser algo muy guay, pero si os lo cuento arruinaré la sorpresa... -comentó la chica, sonriendo.
- ¿Vamos a estar bien?
- A ver... eso no se sabe, solo te digo que no vamos a estar indefensas... ¡nos va a dar magia!
- ¡¡GENIAL!! -Srynna estaba loca de contento, ¡siempre había soñado con tener poderes! 
- Pero tenemos que mantenerlo en secreto, no es algo que se esperen... así que nada de esto delante de la ardilla cotilla.
- ¿Dónde está, por cierto? - preguntó Srynna.
- Cuando atacas a esos seres tardar en recuperar su forma, y hasta que no están completos no pueden ejercer ninguna función. Mírala, está casi formada de nuevo en aquella rama -señaló Jeanpo, donde la figura de una ardilla se dibujaba lentamente con humo. Se la quedaron mirando y unos minutos más tarde la vieron de nuevo entera. Wherynn la saludó y esta vez la ardilla si que le agitó una patita, para después irse.
- A lo mejor era bueno seguirla...  -propuso Srynna.
- ¡Claro que no! no vamos a ir a por los Nöh, ¡sería una locura!

Wherynn se abstuvo de hacer un juego de palabras y Srynna se quedó pensativa, lo cual era muy peligroso. 

- En fin, ¿cuál es la siguiente misión? -preguntó Jeanpo dirigiéndose a Wherynn.

La chica se puso un dedo en los labios, cogió una piedra y la lanzó hacia los árboles. No ocurrió nada.

- ¿Qué haces?
- Nada, nada... pues de hecho nada, proteger la piedra y ya. No perderla, y si vienen a por ella... defenderla.
- No creo que vaya a ser tan fácil... -suspiró Srynna.
- ¡Por supuesto que si! y ahora, os enseñaré a luchar. Me fio de la magia de Thöw, pero es mejor estar prevenidos.



Dedicado a Jeanpo, ¡feliz cumpleaños majo!

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