Las chicas estaban anonadadas. No podían creerse que la joven genio les hubiese robado el libro delante de sus narices y no haberse dado cuenta de su plan desde el principio.
- Quizá incluso sabía que no nos tenía bajo su poder... -observó Nälya.
- Eso no importa ahora, ¡tenemos que recuperar el libro! -urgió Shÿla.
- Vamos a usar el tablero y el péndulo... Yrguv ha dejado sus cosas en la habitación, alguna nos servirá... -sugirió Märy.
Shÿla fue en busca de algún objeto que perteneciera a la genio mientras sus dos amigas cavilaban en silencio.
- ¡Aquí está! -dijo a la vuelta- tengo un pequeño anillo que llevaba en el dedo meñique, no sé por qué se lo habrá quitado...
- ¿Será una trampa? -preguntó Nälya, suspicaz.
- No creo... de todas formas, tendremos que arriesgarnos.
La joven enganchó el anillo en el péndulo y lo dejó moverse libremente por el tablero hasta que cayó en una zona no muy alejada del hotel donde se encontraban.
- Parece algún tipo de cueva o lugar subterráneo... al fin y al cabo Sÿrmû no es una ciudadela muy grande...
- Bien, pues ahora tenemos que idear un plan para recuperar el libro...
- ¿Cómo? Saben que vamos a por ellos, nos estarán esperando...
Las chicas se quedaron en silencio hasta que Mâry lanzó una exclamación.
- ¡El hechizo de luz lunar!
Sus amigas la miraron con alegría.
- ¡Pues claro! ¿cómo no se nos ocurrió antes? ¡cuando era una genio concedió el don a Nälya para poder hacer ese hechizo! ¡los demonios no pueden encontrarnos con él! -exclamó Shÿla, encantada.
- Pero... Yrguv no es un demonio. Ella si podrá vernos y encontrarnos...
- De todas formas les será mucho más complicado atacarnos si solo ella nos ve, somos tres. Y seguro que estarán aliados con más demonios... ¡tenemos que intentarlo! hazlo -pidió Mâry.
Nälya pronució unas palabras en una lengua perdida y unos rayos de luz de luna aparecieron en la estancia llenando a las chicas de una sensación de paz indescriptible.
- Vaya... entiendo que se perdiera hace generaciones... ¿qué lengua era esa?
- Ni idea, Shÿ... pero ahora estamos protegidas y no pueden encontrarnos
Las chicas salieron del hotel y se dirigieron hacia donde les había indicado el tablero tratando de pasar desapercibidas. Como Mâry había supuesto, el péndulo les llevó a una hermosa mansión victoriana, y tras dar una vuelta a su alrededor vieron una trampilla con una cadena que parecía llevar a un sótano.
- Oigo voces... -susurró Shÿla.
Las brujas se quedaron en silencio tratando de escuchar la conversación.
- No entiendo lo que dicen, pero me parece reconocer la voz de Yrguv y al menos otras tres personas...
- Son demonios, Nälya, capto la oscuridad en sus corazones...
- Bien... tres demonios, tres brujas. Solo tenemos que dejar fuera de combate a Yrguv y lidiar con ellos -terció Mâry.
-¿Cómo? -preguntó quedamente Shÿla.
- Tenemos que hacer que Yrguv salga y dejarla congelada... será lo más fácil. Nos puede ser útil más adelante...
- ¿Y cómo..?
- ¡Ssshhh!
Nälya hizo un gesto para que guardaran silencio. Ya no se oían las voces, pero sí unos pasos que parecían acercarse a la trampilla.
- ¿Qué ha sido eso? -oyeron decir a una voz masculina.
Nälya cogió de las manos a sus amigas y antes de que pudieran decir nada las teletransportó dentro del sótano. Era un lugar lúgubre apenas iluminado por unas velas y lleno de pavorosas calaveras y diversos utensilios de magia negra. Mâry congeló a Yrguv antes de que pudiera verlas y los demonios se quedaron sorprendidos.
- ¿Quién anda ahí? -preguntó un hombre mayor de aspecto maligno. Aquel debía ser el prometido de la genio.
- "Silencia nuestras voces,
siléncialas de la noche,
siléncialas de la noche,
que nuestros enemigos no escuchen
lo que no les incumbe" -pronunció Nälya ante la estupefacción de los demonios que no podían verlas.
- ¡Muy buen hechizo Nälya! ¿Cómo se te ha ocurrido? -alabó Mâry.
- Ya lo tenía pensado, una cosa es que no puedan encontrarnos y otra que no nos oigan si estamos a su lado... míralos que confusos están -rió.
- Busquemos el libro y salgamos de aquí. Un momento -Mâry congeló a los tres demonios, que habían comenzado a lanzar bolas de fuego a diestro y siniestro- así mejor. No quiero que me chamusquen el pelo.
Las tres buscaron por el sótano el libro, pero no podían encontrarlo.
- Este sitio es horrible... ¿seguro que está aquí? tal vez lo hayan subido arriba... -comentó Shÿla.
- "Vuelve a nosotras
libro de las sombras" -dijo Nälya. No ocurrió nada.
- Démonos las manos -sugirió Mâry.
- "Vuelve a nosotras,
libro de las sombras",
"Vuelve a nosotras,
libro de las sombras",
"Vuelve a nosotras,
libro de las sombras" -repitieron las brujas. Una luz atravesó el techo del sótano y el libro apareció ante ellas.
- ¡Aquí está! -exclamó Shÿla, emocionada. Cuando se acercó y lo tocó, el libro se abrió solo y sus páginas comenzaron a pasar rápidamente hasta quedar detenidas en una en concreto.
Dedicado a María, ¡feliz cumpleaños, gatuna!
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