19 julio 2016

Felix Felicis

Ninguna de las dos sabía que hacer. No podían entrar en la sala común y arriesgarse a que las expulsaran o a lo que fuera que les tuviesen preparado los Sly, pero tampoco podían quedarse en la entrada sin hacer nada y esperar a que alguien las descubriera.

- ¿No tendrás alguna poción multijugos travesti? -preguntó Wherynn.

- No se me ocurrió... pero podríamos convocar alguna... -sugirió su amiga.
- No, las tengo en un cofre bajo llave... no funcionaría...
- ¿Entonces qu...?

Thäis enmudeció ante el gesto de Wherynn, que le indicó que había oído algo. Ella no oía nada pero sabía del legendario finísimo oído de su amiga, así que lanzó un petrificus totalus a Sÿl y aguardó. Sin que les diera tiempo a reaccionar, un chico apareció por el recodo de la esquina.


- ¡Wher! por fin os encuentro -suspiró aliviado.

- Tú... ¿qué haces aquí? -preguntó Thäis, suspicaz.
- Escuché por error a unos Sly urdiendo un plan contra vosotras. Dijeron que habían hechizado a Sÿl y que ahora esperaban que entrarais en su sala común... no pude oír más, venía a advertiros. No entréis.
- ¿Y cómo..?
- No me fío, ¿cómo sabemos que no es un Sly? -cuestionó Thäis.

Wherynn negó con la cabeza. Lo conocía muy bien.


- Es él, tranquila.


Thäis pareció querer decir algo pero optó por guardar silencio. Su amiga entrecerró los ojos.


- No se me ocurría qué traeros pero sabía que no conseguiría haceros desistir de entrar en la sala... al menos a ti, ¿verdad? -dijo mirando a Wherynn.

- Me adivinas los pensamientos... -sonrió ésta.
- Así que aquí tenéis -continuó mostrándoles una pequeña botellita que parecía rellena de oro líquido.
- ¡Felix Felicis! -exclamaron ambas chicas al mismo tiempo.
- Sí. Vosotras hacéis vuestras multijugos y en Ravenclaw nos dedicamos al Felix Felicis -sonrió.
- ¡Por eso aprobáis siempre! -acusó Thäis.
- ¡No! nunca nos saltamos las normas... solo para ocasiones especiales... ¡como esta! -se defendió rápidamente, aunque algo en sus recuerdos le hizo sonrojarse. Wherynn rió quedamente pensando que le hubiera encantado ser buena en legeremancia en aquel instante... ¡o no!
- Por mi perfecto. Cambiamos un poco nuestro aspecto a base de hechizos y entramos... ¿Te apuntas? No está bien tentar a un prefecto a hacer estas cosas pero... ya que has venido a salvarnos...
- ¡Claro, no me lo perdería por nada del mundo! Si a ella le parece bien... -dijo mirando dubitativo a Thäis.
- Wherynn siempre ha querido tener el pelo caoba. A ver qué puedes hacer...

Con agilidad, ya que el muro seguía abierto, tomaron la Felix Felicis y enseguida se sintieron confiados y guiados por buenas intuiciones. Escogieron a tres alumnos de Slytherin que de alguna forma sabían que se encontraban lejos del lugar y se dispusieron a entrar.

- ¿Y qué hacemos mientras con Sÿl?

- La encerramos en un hueco tras la pared y la dejamos dormida. Así no sufrirá -respondió convencida Wherynn.
- ¿Y eso no es un poquito cruel..? -comentó Thäis.
- Escupirme y dejarme esta quemadura es cruel -dijo mostrándole su mano, que había empeorado notablemente- que se fastidie. Además nadie va a encontrarla y no se va a enterar de nada. Luego se pondrá triste por perderse la sala común de Slytherin, pero ya la compensaremos.
- Vulnera sanentum.

El chico lanzó el conjuro a Wherynn y su quemadura despareció al instante.

- ¡Oh! gracias, eres un encanto.


Tras dejar a Sÿl cómodamente instalada en una de las paredes de las mazmorras y dormida, regresaron a la entrada de la sala común de Slytherin, que permanecía abierta.


- Oye... ¿por qué siempre andamos con poción multijugos si podemos cambiar nuestro aspecto con magia? -se le ocurrió a Thäis.

- Ya, es verdad... yo qué se, porque es más rápida, como solo dura una hora no nos dan tentaciones de quedarnos cambiadas más tiempo del debido...
- Pero el tiempo de elaboración...
- ¡Waaaa! ¡entremos de una vez! -urgió la chica.

La sala común de Slytherin estaba tenuemente iluminada por lámparas de techo de color verde. Tenía sillones de cuero negros y sillas y mesas de madera tallada cubiertas de elaborados tapetes. Descubrieron que la estancia se extendía parcialmente bajo el Lago Negro, lo que le daba una tonalidad aún más verdosa. El ambiente era frío y mientras Wherynn contemplaba los tapices que ilustraban las aventuras de Slytherins medievales famosos, sus amigos observaban fascinados a las sirenas que se veían a través de los ventanales.

- Por eso hay tanta humedad en las mazmorras... -razonó el Ravenclaw.

- El sonido del agua es muy relajante... -suspiró Thäis.
- Dejémonos de divagar, vamos. Tenemos que torturar a los Sly para que nos digan cómo liberar a Sÿl.
- ¿Torturar? -alzó una ceja el chico.
- Whers y sus torturas medievales, luego te lo explico -le susurró Thäis.

Pasearon un rato por la sala curioseando y tratando de reconocer a Slytherins que pudieran estar relacionados con el maléfico plan hasta que encontraron a un grupo sospechoso reunido en los sofás que mencionaron la palabra "Gryffindor".

- Aguamenti -conjuró el Ravenclaw en una de las copas labradas de Slytherin y se unió a ellos como si nada.

- Vaya, eres bueno con la varita... -alabó Wherynn.

Las estruendosas carcajadas de Thäis llamaron la atención del grupo, que se la quedó mirando fijamente. Sus dos amigos se quedaron anonadados.

- Lo siento, es que eso ya lo había soñado... quiero decir, "oído" antes. En el club de duelo... -dijo enjugándose las lágrimas. Wherynn entrecerró los ojos y deseó echarle un crucio. Sÿl y Slytherin la malinfluenciaban...
- Bueno, ¿y cómo va el plan contra esas Gryffindor? -preguntó el chico con total naturalidad cambiando de tema.
- Estamos esperando a que lleguen... y entonces recibirán su merecido. Esperemos que las expulsen... -comentó una chica pelirroja con aspecto pícaro.
- No teníais que haber hechizado a esa tal Sÿl... yo hubiera escogido a Thäis, es más tonta -contestó él, en parte por venganza.

Thäis estuvo a punto de responderle pero la poción la hizo guardar silencio.

- O tal vez Wherynn... es bastante peligrosa -comentó un chico.
- ¿Ah, si? -preguntó ella, encantada- no parece para tanto...
- Pero es muy ágil y rápida en sus encantamientos. Y muy imaginativa. Tal vez teníamos que haber empezado por ella...
- Sea como sea estarán al venir. Salvo que Sÿl haya acabado con alguna de ellas con su veneno... -dijo el chico bebiendo un trago de agua. A Wherynn le fascinó la naturalidad con la que hablaba y lo cómodo y seguro de sí mismo que parecía. Luego le extrañó que Thäis no cesara de mirar su varita, que daba vueltas con ligereza entre sus dedos.
- Quizás deberíamos ir a por ellas... están tardando demasiado y me aburro. No tardarán en encontrar la sala común y la hemos hechizado para que se abra con cualquier contraseña...
- Es posible que eso les resulte sospechoso -observó Thäis.
- Cierto... pero bueno, son Gryffindor, jamás dejarían pasar la oportunidad de colarse en nuestra sala común -rió un chico fornido desde uno de los butacones.
- ¿Dónde está el contraveneno de lo que le disteis a Sÿl? -preguntó el Ravenclaw sin ningún tipo de sutileza.
- Lo tiene él a buen recaudo -señaló el fornido a uno de sus compañeros, un chico rubio y bajito con cara de rata.
- ¿Ese inútil? nos lo quitarán nada más entrar... Será mejor que me lo deis a mí y lo saque de la sala, lo lógico es que vengan aquí a buscarlo, de hecho por eso las estamos esperando, ¿no?

Wherynn estaba cada vez más admirada. Ella nunca lo hubiera hecho mejor, y eso que nunca solía ser muy sutil...

- Está bien... toma -dijo el chico entregándole una botellita de cristal con un líquido azulado en su interior.
- Vamos, chicas, alejemos el antídoto de aquí -dijo levantándose con decisión.
- ¿Y por qué tienen que ir contigo? -preguntó una de las chicas con suspicacia.
- Tenemos... asuntos pendientes. No me voy a perder ninguna diversión -dijo guiñándole un ojo de forma seductora. Las dos chicas se rieron coquetas y le siguieron mientras los demás murmuraban entusiasmados.

Cuando salieron de la sala, el muro se cerró tras ellos.

- A-lu-ci-nada. ¡Si lo llego a saber te invito a nuestras aventuras mucho antes! -exclamó Wherynn.
- Felix Felicis -dijo él simplemente guiñándole un ojo y tocándole el hombro. Ahora vamos a por Sÿl.


Dedicado a Sylvia, ¡feliz cumpleaños meón!

3 comentarios:

Sÿl dijo...

Me encanta la parte en la que los Slytherin te halagan. Te imagino escribiendo la historia mientras te ries al mas estilo "jijijiji" XD. Una vez mas te superas, me encanta tu manera de escribir!!!!

Wherz dijo...

Te quite protagonismo pero el año que viene cuando despiertes ya veras... nos la armas fijo! jajajaja

Sÿl dijo...

No espero menos eh!!! Siempre eres y seras, mi regalo mas original 💙💙 Ah, y he de decir que el Rave me tiene intrigada!