01 marzo 2017

Yggdrasil

Aquel bosque era laberíntico. A pesar de las rimas de DarkShine Oak, tanto a Crälos como a Rasky les costaba seguir sus sencillas indicaciones. 

- ¡Mira, ahí hay más arándanos! ¡El camino no hemos errado! -exclamó Rasky al ver las frutas azuladas.
- ¿Quieres dejar de hablar en rimas? -suspiró Crälos.
- Lo siento, no lo puedo evitar, se me ha pegado. Ahora tenemos que encontrar... el riachuelo helado. ¡Esta vez tenía que decirlo! -rió su amiga.

Crälos se encogió de hombros y prosiguió caminando fijándose en los arbustos. Cuando dejaron de ver arándanos apareció ante ellos un pequeño río precioso adornado de carámbanos a su alrededor. 

- ¡Qué bonito! Me encanta... me gustaría vivir en este bosque para siempre... -dijo la zanahoria con voz soñadora. 
- Pues a mi no, hace un frío que pela. Y temo que los humanos pelen, si no, no dirían esas cosas... ¡sigue andando!
- Eres un borde.
- Lo sé. ¡Y un encanto!
- Si, como con la pobre chica...

De alguna parte del bosque se oyó un bufido y ambos vegetales se pararon en seco. ¿Habría algún animal salvaje siguiéndoles?

- Cuidado, Ëlybe, no queremos que nos descubran. Nunca se sabe cómo puede reaccionar un iluminado... -musitó el mago a la joven.
- Lo siento... -se disculpó ella.

Rasky miraba en derredor y recordó que aún tenía esa extraña sensación...

- Me da la impresión de que alguien nos sigue... desde que comenzamos a caminar por el bosque...
- ¡Qué va! Serán tus sentidos humanos, que no los entiendes...

Ëlybe y el mago se miraron. ¿Por qué mencionaban tanto la palabra "humanos" como si no lo fueran? ¿Quizá su iluminación?

- Tal vez se crean profetas, incluso magos...
- No creo, querían obtener magia.
- Cierto. Magos que han perdido sus poderes o algo por el estilo...

La berenjena se cansó de que su amiga no parase de dar vueltas sobre si misma tratando de ver algo más allá de las ramas de los árboles y tiró de ella.

- A ver, seguir el riachuelo y buscar campánulas...
- No, no hay que seguir el riachuelo. Dijo "hasta el riachuelo". 
- Si, y que no... ¡Vaya! No te muevas.

La chica se quedó quieta y con dificultad Crälos se agachó.

- Has pisado un círculo de hadas con el pie derecho. DarkShine dijo que no lo hiciéramos. Y hablando de él... ¿Será algún pariente lejano de Yggdrasil, el fresno perenne, árbol de la vida, fresno del universo..? -divagó la berenjena.
- ¡Tu y tu mitología nórdica! ¡No ha sido aposta! ¿Y ahora qué?
- Ni idea... solo has pisado la mitad, tal vez no ocurra nada...

Demasiado tarde. Un revoloteo de hadas y montones de polvo brillante que parecía purpurina aparecieron a su alrededor.

- ¡Ven con nosotras, se nuestra amiga!
- ¡Nuestro mundo es brillante y divertido!
- ¡Ven con nosotras!
- ¡Si, únete a nuestro círculo! ¡Ven!
- ¡Ven, ven!
- ¡¡Callaos!! -bramó Crälos haciendo que el silencio reinara en el bosque. Aquellas hadas le estaban volviendo loco con sus vocecitas agudas y chillonas.
- Borde...
- ¡Trato de salvarte de estas locas!
- ¿A quién llamas loca? ¡Caerás en nuestro hechizo! -dijo el hada que parecía estar al mando.
- ¡Somos amigos de un hada y si quiero puedo haceros desaparecer con un deseo!
- ¡No lo malgastes en eso! -advirtió Rasky.

Error. Las hadas comenzaron a dar vueltas y arrojarles sus polvos riendo alegres y los vegetales no sabían qué les pasaba ni qué hacer.

- ¡La única manera de salir del anillo si no lo has pisado por completo es pedir un deseo!  O pisarlo del todo y venirte a nuestro mundo -rió con alegría una de ellas.
- ¡Mentira! No os creo -dijo Rasky, asustada, y asustándose aún más cuando intentó levantar el pie y vio que no podía salir.
- No tienes que creerlo para que sea cierto -respondió el hada con malicia.

De repente, sin explicación alguna, las hadas chillaron y se desvanecieron en el bosque mientras que Rasky pudo sacar el pie. 

- ¿Qué ha pasado?
- No lo sé... ¿No..? Me da igual, vayámonos de aquí. ¿Cómo dijo el roble?
- "Proseguid..." ¡Mira, las campánulas! Tenemos que ir por allí.

Los dos amigos siguieron las campánulas y al rato se encontraron fuera del bosque.

- En menudos líos nos metemos... -suspiró Crälos, cansado.
- Y todo por querer ser humanos y tener magia...

Ëlybe y el mago se miraron significativamente desde la linde del bosque.

- Lo mejor será volver por fin a la huerta y estar tranquilos hasta dentro de doce días, con la próxima luna llena. Yo seré una berenjena, tu una zanahoria y todo irá bien. La vida volverá a ser lo que era.

La joven ahogó un grito y el mago le cubrió la boca con la mano.

- ¡Son vegetales! ¡Vegetales humanos! ¡Son unos monstruos!
- No te inquietes, muchacha. La magia está en todas partes. Tenía que haberlo imaginado...
- ¿Pero y ahora qué? -susurró ella, desesperada.
- Tendrás que asumirlo Ëlybe. Aunque quizá tus deseos se vean cumplidos y los suyos no... Porque esta vez la luna no será como siempre...


Dedicado a Carlos, ¡feliz cumpleaños majo!

2 comentarios:

Carlitos dijo...

Gracias de parte de Crälos! me dice que no quiere volver a la huerta. que como mucho quiere que le lleven al huerto.

Whers dijo...

Oido cocina para el próximo año, XDDDDD