12 abril 2018

Eidola (II)


Un mundo telúrico y misterioso apareció de la oscuridad ante sus ojos. Una selva exuberante en toda su gloria. La naturaleza y el esplendor le rodeaban con sus mil tonalidades. Los pájaros entonaban sus melodiosos sonidos desde los verdes árboles. Y toda esa perfección parecía irreal, utópica, oscura en su interior. Quizá no perteneciera al tiempo, o había existido desde siempre.
Caminó sin rumbo por la espesura, mirando lo que le rodeaba. La selva era mística y la atravesaba un rio azul como el cielo. Y en él se reflejaban los rostros de aquellos que ya no pertenecían a la tierra. Entre la selvática fauna vio una serpiente que le miraba fijamente. Xibalba le daba la bienvenida con murciélagos y criaturas nocturnas a la luz del día. Su memoria evanescente reconocía el lugar por los mitos de su pueblo, aunque ya no recordase a donde pertenecía. 

El silencio se volvió más profundo en un instante en la selva. Las divinidades de Xibalba cambiaron la atmósfera en un ambiente tenebroso. Su corazón latía con fuerza mientras la noche caía sobre el lugar. El cielo tachonado de estrellas no se parecía a los de su mundo. Cerró los ojos.
El amanecer rojizo y dorado dejó paso a la noche. El tiempo transcurría hacia atrás inexorable. Las deidades demoniacas querían su locura en la selva donde la oscuridad yacía en su interior. Pronto lo conseguirían. La serpiente le miraba fijamente como una profecía. Moriría con su veneno en una pirámide. No entendía aquella repentina visión... Parecía tan auténtica y real...
Las divinidades oscurecieron su visión, solo quedó el cielo cuajado de estrellas y la remota sensación de lo que ocurriría en la pirámide una noche como aquella por culpa de unos ojos negros como el ónix. Su magia invocaría a su espíritu para conocer el más allá y no podría eludir su seductor embrujo. Xibalba ya no sería un secreto para los vivos. La selva dejaría de tener sentido en los mitos y leyendas del pueblo para simplemente desaparecer... El hilo del destino se rompería... Los espíritus no tendrían eternidad... La serpiente le miró con sus ojos negros. El viaje astral le llevaría a aquel mundo donde conocería la mirada de ónix que acabaría con todo si caía en su embrujo por culpa del olvido...


The end.

2 comentarios:

Licaón dijo...

Ok, ahora despierto sí lo tengo más claro =) pero es enrevesada la línea temporal, creas un bucle que no se deshacer al decir que el tiempo corre inexorablemente hacia atrás ;)

Entiendo que el tío se mete en Xibalba, y las deidades no quieren y entonces ha de ser sacrificado. Ha de ser sacrificado como ya fue sacrificado sin darse cuenta, en la primera parte, con las serpiente y los ojos de ónix. Y entiendo que la atracción de la chica obedece a las las divinidades de Xibalba, si es que no son ellas mismas. Aunque parece que la segunda parte es consecuencia de la primera, es al revés. O las dos cosas son ciertas a la vez.


¿Qué tal ahora?

Wherynn dijo...

Mucho mejor! El tiempo transcurría hacia atrás inexorable... Él tío tuvo una visión de como moriría, aunque irónicamente ya estaba muerto, porque las deidades de Xibalba básicamente le están vacilando y mágicamente dándole la oportunidad... de no cambiar su destino. Y que nadie me pregunte por qué respondo a esto a estas alturas de la película, estaba repasando todas las entradas desde 2014 para ver por qué he entrado en un bucle infinito de repetición... XD