Love just is

Aîcliä apoyaba la mejilla en su mano derecha mientras contemplaba con desinteres las idas y venidas de aquellas damas. Las visitas de cortesia solian ser de su agrado pero ya tenia ganas de volver a casa para poder ponerse a escribir un rato.

- ¿Que hace usted aqui sola, señorita..?
- Aîcliä, señorita Aîcliä.
- ¡Unase a las demas! estamos manteniendo una conversacion deliciosa.

Aîcliä se dirigio de mala gana pero con una sonrisa en el rostro hacia el grupo de damas que conversaban mientras tomaban el te. La escritura tendria que esperar aun un buen rato.

Aquella noche, provista de unas manzanas y un bote nuevo de tinta, se puso frente a las hojas de su borrador y comenzo a escribir:

"La doncella miraba por la ventana mientras la luz de la luna iluminaba su palido rostro"- ¿Queda bien? ¿no seria mejor "la palida luz de la luna?". Bueno, no se, voy a continuar:

"Esperaba y esperaba, pero el principe no aparecia. ¿Acaso estaba destinada a que nadie la amara? ¿acaso debia conformarse con los pretendientes que pedian su mano sin conocerla solo por su dote? No, ella queria un principe, al principe azul" -Esto no hay quien se lo crea. Nadie espera que el principe azul venga a tu puerta y te salve de la soledad. Bueno, yo si, jaja, pero claro... estoy algo anticuada. Ahora que lo pienso, este relato me esta quedando autobiografico, aunque bueno, en mi familia ya se hacen a la idea de que sea una solterona. Tengo que agradecer que aun crean en los matrimonios por amor, si no no se que seria de mi... a ver, voy a seguir:

"No tenia por que ser el tipico joven alto, fornido, de pelo rubio y ojos azules..." -No, eso es muy moderno. La gente medieval no se expresaba asi...

-¡Aîcliä! -grito su madre abriendo de golpe la puerta.
- ¡AAH! ¡no se le pueden dar estos sustos a la artista! -grito Aîcliä.
- Perdona hija... pero "alguien" te esta esperando a la puerta, dice que ha venido a buscarte para ir a la puesta de largo de...
- ¡Ay! ¿ya esta aqui? ¿ya es la hora? ¡y yo sin vestir!
- Jajaja, tranquila. Te disculpare, le hare pasar y luego subire a ayudarte.

Una media hora mas tarde, tras aspavientos, busqueda de guantes y muchas horquillas, Aîcliä estuvo preparada.

- Disculpe la tardanza, estaba escribiendo y...
- ¿Disculpe? ¿aun me tratas de usted? nos conocemos desde los siete años...

- Bueno... -contesto Aîcliä sonrojandose.

- Estas magnifica.

Aîcliä ante esto sonrio satisfecha. Se habia puesto su traje nuevo de seda rosa claro con sencillos adornos de muselina. El escote no era demasiado pronunciado y resaltaba su palido cuello, adornado con un lazo. El efecto lo completaban unos zapatos de tacon bajo blancos, unos guantes nuevos y un recogido con rizos y un par de rosas blancas entrelazadas en su cabello.

- Ahora, si me haces el favor...

Aîcliä le cogio del brazo y con una gran sonrisa salio de la casa. ¿Como que el principe azul no viene a tu puerta? este en concreto la subio a su elegante carruaje y la hizo reir de camino a la señorial mansion en la que se celebraba la puesta de largo de una de sus amigas.

- Lo cierto es que estos ambientes no son especialmente de mi gusto... -comento el joven mientras la ayudaba a bajarse del carruaje- pero nos debemos a la invitacion.

- Bueno, mientras podamos seguir hablando sera entretenido -contesto divertida Aîcliä.

Tras los saludos de rigor se acercaron a la pista de baile y bailaron durante un buen rato. Cuando Aîcliä vio que un muchacho le hacia gestos insinuantes para que bailara con el, agarro precipitadamente del brazo a su amigo y con una sonrisa de disculpa se alejaron hacia uno de los balcones.

- Cada dia bailas mejor, te estas conviertiendo en una mujer encantadora.

- Gracias... -contesto Aîcliä sonrojandose ligeramente- tu tampoco lo haces mal.

El chico le sonrio de una forma que la desconcerto y le cogio suavemente la mano.

- ¿Como van tus escritos? -pregunto dulcemente.

- Ahora mismo estoy inmersa en un romance medieval, pero no me esta quedando tan bien como quisiera... -se interrumpio ante la intensa mirada del joven.

- Tal vez necesites inspiracion de la vida real.

- ¿Que quieres decir? -pregunto Aîcliä, cuyo sonrojo era perfectamente visible a estas alturas.

- No ignoras que estoy enamorado de ti...

- ¿QUE? -involuntariamente Aîcliä habia alzado demasiado la voz y un par de señoras se alejaron del balcon comentando cosas acerca de "el descaro de la juventud".

- Jajaja, eres una chica de lo mas divertida. No puedo creerme que nunca te hayas dado cuenta -contesto el mientras el sonrojo tambien se hacia evidente en su rostro-.

- Bueno... ya sabes que soy un desastre... el amor solo lo veo en los libros o a mi alrededor...

- Pues yo te propongo ser la protagonista de una verdadera historia de amor. Nos conocemos desde siempre y te he amado desde el primer instante, la primera sonrisa y la primera confidencia. ¿Me harias el honor de ser mi esposa? -le pregunto suavemente mostrandole un precioso anillo labrado.

Por fin, todo lo que habia querido oir de los labios de su amor se estaba haciendo realidad.

- Si.

Dedicado a Alicia, ¡feliz cumpleaños maja!