02 octubre 2009

My immortal

La luna aun brillaba en el cielo carmesi del amanecer iluminando los jovenes rostros de las siete sacerdotisas que se encontraban en el claro de aquel bosque reunidas en torno a Äpser.

Mîsaleü empezo a recordar. Desde el dia que hizo sus votos la vida habia sido muy distinta a como lo era en la corte. Vivia en una cueva protegida por una neblina que impedia ver algo que no fuera una solida roca para los ojos de aquellos que no sabian apreciar la magia y tenia un amplio conocimiento de los movimientos planetarios y las distintas artes adivinatorias. Conocia todos los caminos secretos del bosque, las propiedades de la mayoria de las plantas, la correcta elaboracion de pociones y ungüentos, y se habia iniciado en algunos de los rituales sagrados.

Lo que mas le gustaba era pasear en soledad por el bosque que rodeaba el castillo y atisbar de cuando en cuando lo que ocurria. En una de las ocasiones habia conocido a Böhn el Bohemio, sobrino de Äpser y experto arquero. Gracias a el habia aprendido mas sobre el arte de la belomancia y habia descubierto un interesante porvenir. Algo muy especial iba a ocurrir cuando sirio amaneciera a la vez que el sol, pero aun quedaban meses para ese evento. Y seria un gran momento para averiguar si realmente podia leer el futuro...


Pestañeo y desperto de su ensoñacion. Äpser y las demas sacerdotisas la miraban fijamente esperando que dijera algo.

- Eithin -dijo disculpandose en el dialecto.
- Äynin dê süala nidfe -contesto su mentor con voz suave.
- Unîm däy.

¿Donde estarian esos brezos? aun estaba demasiado oscuro para buscarlos. Silenciosamente, al estilo de las sacerdotisas, busco una rama en el suelo que pudiera usar de antorcha. Crash, crash, crash. Demasiadas hojas secas. Äpser le lanzo una mirada reprobatoria por hacer tanto ruido y ella sonrio inocentemente mientras encendia la antorcha. Se dirigio hacia un lado del sendero y recogio los brezos, aparte de algunas dedaleras y usneas. Despues volvio junto a los otros.

- Pôk ynnuren duy ösinag, Mîsa.

"Lo se", penso Mîsaleü cuando le entrego las plantas. Volvio a sentarse con las otras sacerdotisas y contemplaron el ritual que Äpser inicio cuando los primeros rayos del sol iluminaron el claro, con la luna aun presente en el firmamento. Su palidez reflejaba el sol y los rayos de este a su vez adoptaban una curiosa tonalidad plateada. El nombre de "Rayo de luna" encajaba perfectamente con el rito.
Al poco una densa neblina cubrio el lugar impidiendoles ver mas alla de sus manos, entrelazadas sobre sus regazos y Äpser comenzo a explicarles como crearla. Era parecida a la que protegia la cueva de Mîsaleü, solo que esta no creaba efectos opticos.

- Onûda liste ennat sow. Ûnyde fÿr dir kögn derei, göfel unis ÿbne sây. Ahora intentadlo vosotras.

Las sacerdotisas recrearon la magia de la neblina hasta que el sol estuvo demasiado alto y la luna desaparecio. Como siempre Mîsaleü les llevaba ventaja y dominaba con facilidad el hechizo, por lo que Äpser la felicito. Desde luego le encantaba ser sacerdotisa.

- Tras practicar la dafnomancia esta tarde quiero que vengas a visitarme Mîsa. Tengo algo que decirte.
- ¿Que es?
- Tendras que esperar a la tarde. Espero que accedas a ayudarnos a Böhm
y a mi en una mision que debemos hacer.
- De acuerdo, nos vemos despues -dijo Mîsaleü emocionada. ¿En que consistiria la mision?




Dedicado a Miasol, ¡feliz cumpleaños guapa!

1 comentario:

Anónimo dijo...

k conste k ha sido la mierda ñordo de ordenador k tengo k no me ha puesto el comentario, pero en su dia te di las gracias por escribirme esta historia k tiene precedente y tendra continuacion, espero, el año k viene, pork hija, me has dejado con la intriga a ver k mision imposible me embarca Asper. como siempre mordaz e ingeniosa, me encanta el titulo ahi elegido sutilmente jeje y nada, siento k no haya salido esto antes (espero k este si salga9