28 julio 2013

The Art Of Thought











Sobre el mediodia, vio en lontananza la silueta de su castillo. La luz solar le conferia un brillo especial a la roca haciendolo parecer muy hermoso, digno de un rey. Fônsö sonrio y espoleo a su caballo. Tenia ganas de comer y encerrarse en sus aposentos a pensar. El amuleto con forma de caliz se le clavo en ese instante en el pecho y sintio calor.

Cuando llego a la fortaleza, los serviciales criados le tenian preparado un festin a base de carnes variadas, sopa, fruta y vino especiado. Al terminar pidio que le llevaran un poco de hidromiel a sus aposentos y una vez se vio satisfecho cerro la puerta con llave y se quito el amuleto, que comenzo a girar entre sus dedos.

- ¿Que secreto ocultas? -murmuro para si mirandolo fijamente. Era de color rojo sangre bordeado de oro, y aqui y alla tenia unos brillos oscuros que le daban un aspecto mistico. Lo unico que realmente parecia especial acerca de el era su origen. Fônsö se puso a pensar en el espiritu del bosque... Se habia manifestado ya dos veces en su presencia, lo cual era de lo mas inusual, y habia reconocido que queria algo de el... ¿Pero que? 
Estaba tan perdido en sus pensamientos que apenas noto como el cielo se oscurecia fuera. La potente luz de un rayo le hizo levantar la vista y el sonido de un trueno le distrajo de sus cavilaciones. Cautelosamente, se asomo y vio la conocida silueta de Lady Whers, que paseaba por los alrededores de su castillo completamente ajena a la lluvia que ella misma estaba creando. La joven lo miro y sintio como sus penetrantes ojos castaños se le clavaban como puñales, dejandole entrever todos los secretos que guardaba y jamas compartiria con el...
- Hermoso dia para una tormenta -le dijo, y Fônsö sintio como esas palabras encendian una luz en algun lugar de su mente.


Unos años antes.

Un joven que acabaria de cumplir los veinte se encontraba solo en medio de un bosque. Silencioso, avanzaba entre el ramaje a la espera de una presa a la que dar caza. Demostraria por fin que merecia su titulo de Lord, y que no era solo su linaje lo que le convertia en alguien digno de reinar algun dia. Un ruido entre la hojarasca hizo que se girara, pero antes de que pudiera reaccionar una deslumbrante luz le cego y cayo desmayado. Tuvo una vision acerca de un meteorito, una joven de ojos castaños que le guiaba hacia... Imagenes inconexas, un lago... Mas imagenes inconexas, un caliz del que surgia un leon... Abrio los ojos y vagamente vislumbro una figura femenina que reia... 


- ¡Eras tu! -grito a Lady Whers, que ahora paseaba por sus aposentos.
- Siempre pareces tan seguro en tus afirmaciones... y te equivocas tanto... -le respondio cripticamente la joven.
- ¿Eras tu, verdad? -pregunto algo mas calmado.
- Si.
- ¿Por que no te he reconocido hasta ahora?
- No eres capaz de verte...
- Habla claro por una vez.
- No. Piensa.

Fônsö la miro, empezando a exasperarse. No sabia si aquel espiritu era misterioso en si o lo hacia por molestarle... Ademas, siempre estaba con esas extrañas insinuaciones de que ambos eran... ambos... eran... 
Recordo un espejo. Recordo haberse mirado en el, y en lugar de ver su reflejo vio otro mundo. Era un mundo hermoso, magico, antiguo... Al otro lado, una joven miraba impresionada el mundo al que el pertenecia.

- Hola -dijo Fônsö, y se fijo en que la joven no parecia del todo corporea.
- Hola...
- ¿Que es esto? -pregunto Fônsö, señalando al espejo.
- Un portal.

El joven se quedo callado, esperando a que ella continuara, pero no lo hizo.

- ¿Un portal hacia... donde?
- El mundo de las almas. Mi mundo refleja el alma del tuyo, y el alma de aquellos que la habitan...
- Entonces... tu...
- Soy tu espiritu.

No era posible. Estaba vivo, ¿como podia..?

- Nada tiene que ver con la vida o la muerte -sonrio ella, adivinando sus pensamientos.
- ¿Y... por que mi espiritu es una mujer? -pregunto Fônsö, incapaz de contenerse.
- Soy esencia, la forma en que me ves es la forma que tus ojos han querido darme. 

Estuvieron conversando un buen rato, hablando sobre cualquier tema que se les ocurria. Resultaba de lo mas interesante, ya que eran pedazos de la misma persona, pero aun asi capaces de aportarse diferentes perspectivas.

- Tu... soy el...
- Si, el espiritu del bosque. Tu alma se ha escindido porque era mi deseo visitar esta tierra, y el tuyo visitar la mia.
- Pero yo... 

El meteorito, el caliz... Fônsö lo comprendio todo. 



Dedicado a Alfonso, ¡feliz cumpleaños leon!

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