28 octubre 2013

Beyond the dawn

La luna crepitaba en el firmamento, aún iluminado por el cálido sol del atardecer. El viaje se estaba demorando ya demasiado tiempo, pero sabía que su fin se acercaba. Y eso no era más que el inicio de la aventura.

Däyn caminaba a través de los bosques de madreselva meditando. El desierto debía estar muy cerca, pero la brújula no le guiaba hacia su destino. Solo se movía desorientada, quizás fruto del magnetismo. Tenía que llegar antes del anochecer, así que cerró los ojos y se quedó inmóvil. El viento susurraba entre los arboles la dulce melodía de la naturaleza. Con los ojos cerrados, continuó avanzando. 

Alcanzó el desierto cuando las primeras estrellas comenzaron a brillar. La brújula volvía a oscilar sin rumbo, de modo que decidió guardarla. Este viaje debía realizarlo por si mismo. 

Los últimos rayos de sol relucían entre las estrellas cuando llegó al Pueblo de las Dunas. Las casas de piedra, repletas de antiguos grabados y complejos símbolos solares y adornadas con piezas de orfebrería parecían muy acogedoras. Sus habitantes le dieron la bienvenida y le invitaron a pasar la noche en una de las moradas más alejadas. Sabían que necesitaba estar solo para dedicarse a su labor.

La noche transcurrió plácidamente mientras labraba su talla. Debía grabar todos los secretos de aquel reino en el desierto, la historia de sus orígenes y todos los enigmas que ocultaba. El amanecer ya había dejado paso a un cálido y hermoso día cuando la vio aparecer en la lejanía. La llevaba esperando fuera desde que el sol comenzó a brillar en el horizonte. Le sonrió y señaló la pieza que estaba creando. Mientras la joven se acercaba, un espejo movido por la brisa reflejó la luz solar desde una de las paredes y Däyn quedó deslumbrado. Cuando el espejo regresó a su posición original, vio su aspecto envejecido. Había vertido parte de su alma en aquella pieza, era lógico. Pronto volvería a ser joven.

La muchacha llegó hasta él y contempló su talla. Veía por su mirada que la entendía, y que no se le escapaba ninguno de sus detalles. Después le miró, y percibió que notaba que en realidad era alguien joven. Le sonrió a su vez y le ofreció la pieza. Debía trasladarla a su lugar original. Cuando la joven la tocó pareció entrar en trance. Su mirada se perdió, estaba alcanzando la iluminación. Tardaba en reaccionar, por lo que Däyn le rozó la mano, apartándola de sus pensamientos. Volvió a sonreirle y vio como ella se daba la vuelta y contemplaba a los habitantes del pueblo, que habían comenzado su jornada hacía tiempo. Tal vez no se había dado cuenta antes. Le miró de nuevo y le tendió la talla, pero se la devolvió con una sonrisa, era para ella. En algún momento lo comprendería, debía custodiarla hasta entonces. El viento comenzó a arremolinarse entre ellos lentamente, debía partir. La muchacha cerró los ojos, se unió al viento y desapareció en su abrazo. Suspirando, Däyn se acercó a los habitantes del desierto y contempló como se dedicaban a su artesanía, aparte de conversar con ellos. 

Después del mediodía, decidió que era hora de emprender el camino de regreso, por lo que se despidió de aquellas gentes tan amables. Sin embargo, mientras se alejaba, uno de los niños del pueblo se aproximó a él, le tiró de la manga y le hizo inclinare para susurrarle algo al oído.

- ¿Estás seguro de eso?

El niño asintió con los ojos muy abiertos.

- ¿Dónde lo habéis encontrado? -preguntó Däyn, viendo que los demás niños también se acercaban.

El pequeño le guió hasta las afueras del pueblo, cruzaron unas cuantas dunas de arena dorada y en lo alto de una de ellas señaló hacia un pequeño oasis que había pasado desapercibido a su vista al llegar al lugar. Däyn le dio las gracias y fue hasta el sitio, preguntándose cómo había podido pasar. Debajo del árbol que el niño le había indicado, había un pequeño hoyo excavado a mano con huellas diminutas a su alrededor, y con una fina capa de arena que ocultaba su interior. El joven retiró la arena con suavidad y vio una hermosa caja de madera con adornos de cristal. Reconoció la orfebrería del lugar, era inconfundible. La abrió y comprobó que estaba vacía. La cerró y notó como algo pesado se movía en su interior. Cuando volvió a abrirla, una reproducción en miniatura del cosmos le mostró toda su belleza y esplendor. 

- No puede ser...

Ese universo pertenecía a otro lugar y otra época. Los sabios de la ciudadela, exiliados por voluntad propia en el desierto, lo había ocultado en un lugar remoto y helado a la espera de que su verdad fuera descubierta y custodiada por un corazón puro durante toda la eternidad. Pero ahora ella no lo encontraría, porque no estaba en el lugar preciso, ni podría llevarlo a su auténtica naturaleza. 

Däyn alzó los ojos y miró al horizonte. Tenía que llegar al norte antes que ella. 



Dedicado a Dani, ¡feliz cumpleaños Licaón!

26 octubre 2013

Towards the truth (II)



Making off: Towards the truth (II)

- También le concedes gran importancia a tus sueños... ¿por qué?
Mis sueños son muy divertidos, aunque depende de la época. A veces son muy fragmentados y otras increíblemente nítidos y originales. No sé, son una gran fuente de inspiración y soy consciente de que no todo el mundo es capaz de recordarlos, así que compartir algunos de ellos me parece una buena forma de que la gente me conozca a nivel más subconsciente e inconsciente, ya que en los sueños la mente se libera. Son la forma más auténtica de ver hasta dónde puede llegar mi creatividad. 

- ¿Por qué el último año escribiste algunas poesías, cuando sueles dedicarte exclusivamente a la prosa?
La poesía no es mi fuerte. Solo la escribo cuando me siento vulnerable, cuando no estoy inspirada pero de todas formas quiero escribir y librarme de algún sentimiento que me retiene. Me gusta la poesía que rime de una forma muy determinada, pero no me gusta encadenarme. Me siento más libre creando en prosa, porque la poesía me obliga de alguna forma a tener más en cuenta la parte estética y la prosa no necesita ser hermosa en su forma mientras lo sea en su contenido. Es mi opinión. Para mi, la poesía es mucho más complicada, y por ello me resulta irónico que es precisamente a la que acudo cuando no tengo inspiración. Contradictorio. 

- Tus relatos suelen contener mucha fantasía, ¿es tu género predilecto?
Obviamente. La fantasía te permite crear de forma totalmente libre. Puedo introducir magia, elementos y criaturas fantásticas... También me agrada mucho describir las historias en un contexto medieval, antiguo... En ese sentido soy muy clásica, aunque también tenga relatos en los que introduzco magia en un contexto moderno. 

- ¿Por qué tiendes a describir épocas antiguas?
Para mi la literatura y la escritura son evasión. Escribir te permite ser dueño de un mundo que creas a tu gusto, ¿qué interés tendría crear un mundo semejante al nuestro cuando puedes crear algo totalmente diferente? De todos modos, por curioso que parezca, me gustan mucho las novelas de costumbres. Simplemente, cuando soy yo la que escribe, prefiero que todo sea fruto de la imaginación, por eso suelo describir otras épocas en las que los hechos que relato parezcan sacados de una leyenda. 

- Tu lenguaje suele ser bastante arcaico, ¿por qué?
Como me gusta describir épocas antiguas, quiero que el lenguaje sea acorde a lo que escribo. Si, ciertamente entra en conflicto con mi eterna búsqueda de la originalidad. Sería mucho más original escribir sobre un héroe antiguo que habla de forma moderna, pero la parte clásica que domina en mi no me permite cruzar ciertos límites, aunque nunca se sabe... Lo más lejos que he llegado de momento es a ser un narrador arcaico en historias modernas. El arcaísmo es una parte esencial en mis escritos. Por otra parte, las palabras están escogidas con una precisión tal que nadie jamás alcanzaría a entender... No pongo "cuadro" si puedo poner "lienzo", o "grande" si puedo poner "majestuoso". Son los detalles que definen el estilo de cada uno como escritor.

- ¿Alguna vez has pensando en escribir una novela larga?
Esa es una idea que me ronda la mente desde hace años... pero no me veo capacitada. Adoro demasiado los cambios argumentales y la libertad creativa, y me parece que en un libro no podría desarrollarlo. Escribí un capítulo de una posible novela larga una vez, pero no la continué porque no me apeteció. Me gusta cambiar y escribir de forma variada, un libro tiene que estar bien planificado y la improvisación es la fuente de mi escritura, así que me seguiré dedicando a los relatos cortos, son más de mi estilo. Curiosamente, tiene gracia que para leer prefiero las novelas larguísimas, si he leído relatos cortos ha sido exclusivamente como lectura universitaria.

- ¿Podrías explicar el título del blog, de las secciones y el logo? ¿Y por qué los títulos de las historias están en otros idiomas si escribes en castellano?
El título del blog hace alusión a la búsqueda de la verdad como escritor, a ser capaz de escribir con total libertad. De hecho, el título original era 'Something inside me called freedom came alive', pero decidí expresar algo parecido y con mayor exactitud de forma más concisa. Ambos pertenecen a canciones que me gustan, así como los títulos de las secciones son títulos de canciones de uno de mis grupos favoritos, Within Temptation, que ilustran su contenido. El logo también es de ese grupo. En cuanto a los títulos de las historias, como filóloga me encantan los idiomas, así que me pareció oportuno reflejarlo de ese modo. Ya que menciono la estética del blog, es de color morado porque es uno de mis colores favoritos y porque las fotos quedan bastante bien con ese fondo oscuro. 

18 octubre 2013

Towards the truth (I)



Making off: Towards the truth (I) 

- ¿Cuáles son los motivos por los que empezaste a escribir?
No lo recuerdo, a decir verdad. Al principio escribía canciones, que al fin y al cabo guardan cierto parecido con la poesía. Una vez escritas, las destruía. No conservo ninguna. Después escribí algunos poemas, pero no sentía que captaran todo mi potencial. Coincide con la época universitaria en la que escribíamos en grupo el fotolog. Supongo que mantener al día aquella página me hizo querer embarcarme en una aventura propia un poco más ambiciosa. Tener mi propio espacio, donde crear a mi manera sin ninguna directriz. Me gusta hacer las cosas a mi modo. 

- ¿Cómo se te ocurrió escribir las historias de cumpleaños? ¿Y por qué cuando coinciden dos cumpleaños el mismo día a veces las personas comparten historia y otras no?
Me pareció una forma bonita de felicitar a la gente, otorgarles su propia historia, su propio mundo, donde fueran los protagonistas absolutos. Las historias se comparten desde el principio, y si de repente conozco a alguien que quiere un relato y ese día ya tengo otro cumpleaños, creo una historia nueva, porque de ese modo les hago protagonistas y no simples personajes añadidos a una narración previa.

- Será complicado escribirlas de año en año... ¿Cómo ideas esos cambios argumentales tan originales?
(Risas) No debería decir esto... pero siendo sincera, la gran mayoría de cambios argumentales son fruto de mi incapacidad para continuar el hilo del año pasado. Simplemente no se cómo continuar la historia desde ese punto, y la cambio. Como bien has dicho, transcurre un año entero hasta que vuelvo a escribirlas, y como persona evoluciono y vivo experiencias que cambian mi perspectiva sobre el mundo, lo que afecta a mi escritura. 

- ¿Cuáles son tus fuentes de inspiración?
Depende. Pueden ser personas, paisajes, experiencias, sueños... también libros, series fantásticas, música, y en muchas ocasiones material literario que dábamos en clase. No es tanto que leyera una novela o un relato corto y quisiera "copiarlo" o darle mi punto de vista, sino que esas narraciones me hacían pensar y me daban ideas. Por eso escribo mejor cuanto más activa estoy a nivel mental. Si me dejas libre, no se me ocurre qué escribir. No es casualidad que en verano solo me dedique a las historias de cumpleaños... 

- ¿Cómo es tu proceso creativo? 
Caótico. De hecho, incluso diría que no hay "proceso". Simplemente me siento inspirada, veo imágenes en mi mente y las describo. Es curioso cómo ocurre en las historias de cumpleaños sobre todo. A veces simplemente leo la anterior y dejo que la acción transcurra sin más. No me lo pienso mucho, solo escribo. 

- En las historias que van acompañadas de música, ¿escribes el relato y le pones música, o es la música la que crea el relato?
La música crea el relato, sin lugar a dudas. Cierro los ojos y escucho sin pensar, dejando que la melodía evoque las imágenes en mi mente. Las sagas musicales son mis favoritas, porque aúnan dos de mis grandes pasiones: la música y la escritura.

- ¿Hay alguna razón especial por la que escribas las sagas musicales para el primer día de cada mes? ¿Y por qué algunos meses no tienen saga?
La saga musical es el hilo conductor de la escritura de todo el año. Es como una tradición, la forma más sutil en la que expreso cómo me siento a lo largo del año y las personas que son más relevantes para mí en ese momento, o los estados anímicos que más me dominan. Me parece adecuado que aparezcan al principio de cada mes, y si algunos meses no tienen historia es porque hay un cumpleaños ese día o cerca de ese día o porque es verano. Septiembre es una excepción, ya que es cuando comencé a escribir el blog y me parece bonito mantenerlo como mes especial en el que hacer balance de lo escrito.

09 octubre 2013

Apricot stone

Todos la estaban mirando, así que trató de serenarse y saludar a la recién llegada

- ¡Hola! -contestó esbozando su sonrisa más falsa. Esperaba que no se notara mucho, era solo que aún no había superado la caída de ojos.
- Me llamo Pänsy, me han dicho en el valle que me buscabais.

"Caída de ojos a lo Pänsy", pensó Märga. Al ver que no respondía, Polvo de Galleta le dio un codazo poco disimulado. Märga le miró y después se dirigió a la hechicera.

- Debo hablar con vos de un asunto muy importante... -la joven sintió un escalofrío cuando vio que la otra se atusaba el pelo de forma... ¿sexy?
- Lo se. Estás muy guapa, Märga la meiga.

Märga comenzó a enfadarse. Aquella tonta sabía perfectamente quién era, se habían conocido hacía años cuando estudiaban el arte de la magia y, a pesar de su amabilidad, aquella joven no era amiga suya. Se había juntado con otras brujas que no le caían bien y... bueno, ¡qué mas daba eso ahora!

- Ya se que me conoces... ¿por qué has hecho esto? -preguntó armándose de paciencia.
- Necesitaba verte.

Más escalofríos. ¿No podía parar con el pelo..?

- ¿Por qué?
- Con un motivo muy claro...


La joven la contempló con sus grandes ojos saltones y Märga esperó a que continuara. No lo hizo.

- ¿Y bien? -estaba perdiendo la paciencia...
- Alguien se acerca.

La meiga miró al novio de Princesa y se quedó pensativa. Le daba la impresión de que era la primera vez que hablaba en años...


- No hay nadie... -dijo Chico-chica, algo extrañado.
- Muchos habitan este valle, no todos son visibles...


El grupo comenzó a mirar hacia todos lados tratando de captar aquellas presencias, sin éxito. Todos menos Märga, que se estaba empezando a cuestionar si no sería conveniente lanzarle una maldición a la hechicera para que hablara. Luego ya la liberaría... o no... 

- Sería estupendo poder recuperar mi cuerpo, de verdad... -se dirigió Polvo de Galleta a la bruja con voz suplicante.
- Ya lo se... pero antes vuestra meiga tendrá que hacerme un pequeño favor.

Märga la contempló en silencio. ¿Cuál sería la mejor maldición? ¿Una que le hiciera crecer los ojos hasta convertirla en una suerte de criatura más grotesca aún? ¿Una que la convirtiera en la mujer más peluda del mundo?


- ¿Cuál es ese favor? -primera la escucharía, luego ya vería qué haría...

La hechicera se acercó a ella y susurró unas palabras en su oído. Märga la miró anonadada. ¿Pero qué diantres..?

- ¿Y bien? ¿recuperaré mi cuerpo o no? ¡por favor!

- Antes tengo que asimilar esto...
- Perdona, te estoy invadiendo -dijo Pänsy, alejándose de ella.

- No, de nada... -contestó la meiga distraída.
- ¿Qué hay que hacer? ¿puedo hacerlo yo? -preguntó Polvo de Galleta, desesperado. La meiga entendía que quisiera recuperar su cuerpo, pero vaya, la que había salido perdiendo más era ella...
- Märga sabrá qué hacer, no te preocupes -trató de consolarlo Princesa por sorpresa.


Se había quedado de piedra. Pero bueno, si era la única forma de recuperar su cuerpo...

- Ya se ha decidido -informó Pänsy, viendo como su rostro adoptaba un gesto de resignación- pronto volveréis a ser vosotros mismos -sonrió con dulzura.
- Si... bueno chicos, espero que estéis dispuestos a viajar lejos...
- ¿Lejos? ¿cómo de lejos? -quiso saber Km3.

- Êdimbürgh.



Dedicado a Marga, ¡feliz cumpleaños cuqui!

01 octubre 2013

Black Symphony

La cadencia de la melodía de las olas le relajaba. Era un sonido armonioso, uno de los más hermosos que había escuchado en la naturaleza. Kyrien no tenía mar, y cada vez que tenía oportunidad de ver su increíble grandiosidad se quedaba totalmente obnubilado. Le encantaba, no podía escapar de su hechizo.

- ¡Prô! ¡Prôed!
- ¡Dime! -gritó abandonando sus pensamientos.
- ¡Creo que lo he logrado!

Prôed se alejó del océano y antes de que pudiera llegar a donde estaba su compañero las estatuillas comenzaron a brillar y el acantilado a resquebrajarse. Una voz femenina, sensual y siniestra a la vez, les guiaba con su cántico hacia el interior de la cueva. Lêandrö miró a Prôed y ambos se adentraron en aquel oscuro lugar.

Las imágenes se sucedían en sus mentes como si de recuerdos corpóreos se tratasen. Ambos vieron a una mujer, una sacerdotisa, de rostro serio y cuerpo seductor. No podían ver sus ojos, cubiertos por una sombra. Ambos vieron a esa mujer, pero para ambos fue diferente. Solo uno de ellos la veía tal y como era en realidad.
La oscuridad se volvió menos opaca y la claridad les mostró que habían llegado a una amplia sala con varios umbrales unidos por unos caminos de piedra que desembocaban en un círculo, en el que se hallaba la sacerdotisa de sus visiones. La joven hilaba en una rueca y parecía sumida en sus pensamientos, ajena a todo.


Ninguno se atrevía a romper el silencio. La sacerdotisa hilaba, misteriosa.

- ¿Eres nuestra guía? -aventuró Prôed, cuya voz hizo eco por toda la estancia.

Silencio.

- ¿Eres discípula la Diosa? -preguntó Lêandrö, provocando el mismo eco.

Silencio.

Prôed señaló los umbrales e hizo un gesto a su compañero, sugiriéndole que atravesaran alguno de ellos para ver qué ocurría. Sin embargo, el príncipe de los Leonîdas no lo vio ya que estaba mostrándole a la mujer su amuleto. La sacerdotisa no alzó la mirada, pero el rostro de Lêandrö cambió. Prôed se acercó y le mostró a la mujer su anillo de ópalos. La joven tampoco alzó la mirada. Los jóvenes se miraron entre sí y escogieron un umbral cada uno al azar.  


Un paisaje tropical revelaba el lugar en el que nacían las leyendas sobre los Elegidos ~

Un libro de nácar descubría cómo interpretar la brújula de cuarzo para conseguir la flor de cristal índigo ~


Sin que pudieran explicarlo, se encontraron de nuevo ante la sacerdotisa. Ésta sonreía de forma extraña, y no les dio buena espina. La joven, sin dejar de hilar, les miró.


* ^* Burbujas y agua rojiza era lo único que podían ver. Un garfio de hierro se acercó a sus caras y de repente la escena cambió, dejándoles ver cómo la sacerdotisa sacaba una calavera de un gran caldero. La joven rió de forma macabra y lanzó la calavera por los aires con el garfio, de forma que parecía que les iba a golpear en el rostro * ^* 


De repente, se encontraron en una sala a oscuras, tan solo iluminada por una curiosa pirámide en el centro que irradiaba una magnética energía. 

- Es el viaje más raro que he realizado jamás -comentó Prôed.
- ¿Crees que la Gran Diosa quería que viéramos todo esto? -preguntó Lêandrö, pensativo.
- Nunca se sabe... pero somos sus Elegidos, así que...
- Tengo hambre, ¡salgamos de aquí! -interrumpió. 
- ¿Cómo puedes tener hambre en un momento como este?
- Teniéndola... -suspiró el príncipe de los Leonîdas.

La pirámide les atraía sin remedio, y dedujeron que sería la clave para salir de aquel lugar. Lêandrö la tocó, pero no ocurrió nada. 

- ¿¡Cómo la tocas!? ¡podría ser peligroso! -gritó Prôed.
- Ahora si que estás "montando en cólera", jijiji.
- Muy gracioso... -refunfuñó.
- No te enfades socio, creo que deberías tocarla, he tenido una sensación muy curiosa... -le animó Lêandrö.
- ¿Tocármela?
- ¡La pirámide! jajajaja -rió su compañero. 

Ambos posaron sus manos a la vez en la estructura y una fuerte corriente de aire les hizo cerrar los ojos.


Estaban de nuevo en la playa, y la oquedad del acantilado se hallaba cerrada. 

- "Sensaciones curiosas", dice... -repitió Prôed mientras Lêandrö se reía.
- Eres un mal pensando... ¿Qué comemos? ¿pescado?
- No queda otra...

Los jóvenes improvisaron una caña y se pusieron a pescar desde el acantilado, antes de descubrir que podía darse un festín a base de marisco que se encontraba entre las rocas.

- ¡Fíjate que cangrejos más grandes! con unas algas estarán deliciosos.
- ¿Pero tu sabes cocinar? -cuestionó Prôed.
- ¡Ahora verás!

Un rato más tarde, Prôed comprobó que las capacidades culinarias de su compañero le asegurarían comer como un rey a lo largo de su viaje mientras fuesen capaces de encontrar ingredientes. 

- ¡Está buenísimo!
- Muchas gracias, me encanta cocinar. 
- De nada... ahora que estamos llenos deberíamos hablar.
- Dime... -preguntó Lêandrö distraído mientras daba de comer a su caballo.
- Cuando estuvimos en el caldero... o lo que fuera... ¿te fijaste en los símbolos de las paredes?
- Si... pero no los reconocí. Parecían runas antiguas mezcladas con otro tipo de caracteres...
- Algunos parecían Äen, pero transformados... como si los hubiera escrito alguien que no dominaba la lengua...
- ¿Y en cuanto a nuestras visiones?

El silencio se apoderó del lugar, dejando que el sonido del mar acompañase sus pensamientos. Realmente ninguno de los dos creía que debieran revelar su visión al otro. Un simple intercambio de miradas les hizo entender que ambos pensaban lo mismo. 

- Bueno, se hace tarde, lo mejor será pasar la noche aquí y continuar mañana hacia el oeste -propuso Prôed contemplando el atardecer. 
- Lo que tu digas, socio -sonrió su compañero.



Dedicado a Leandro y Pedro, ¡feliz cumpleaños chicos!