Cuando regresaron junto a Yrguv y Mâry, estas hablaban con total normalidad. Nadie diría que la antigua genio estaba bajo una maldición o que Mâry llevaba un colgante en su cuello que impedía que pudieran dañarla. Tenían que liberar a la joven y también la hermosa ciudad de Sÿrmu de las fuerzas del mal. ¡Oh, qué épico! pensó Nälya.
- ¿Y bien? ¿Todo bien? -dijo Yrguv recalcando las palabras cuando se sentaron de nuevo.
- ¿En el baño? -preguntó a su vez Nälya.
- Si... -susurró Shÿla. Ambas intercambiaron una mirada y la genio sonrió a Mâry.
- Entonces lo mejor será que vayamos ya a enfrentarnos con mi prometido... quiero que todo esto acabe de una vez.
Las chicas se levantaron y Mâry trató de hacerle señas a Nälya cuando nadie las miraba. Su amiga solo hizo un leve gesto con la mano para que guardara silencio.
- ¿Cómo sabremos dónde encontrarlo? -preguntó Mâry.
- Creía que las brujas erais capaces de buscar a los demonios... -observó Yrguv.
- Si, pero solo si tenemos algún objeto que le pertenezca o algo relacionado con él... tal vez si me dejases tu cristal...
- ¿Mi cristal?
La genio acarició la piedra que llevaba al cuello y miró fijamente a Mâry.
- ¿El te lo regaló, no? y los cristales están conectados...
"Qué sutil" pronunció Shÿla con los labios. Mâry se sorprendió de que se dirigiera a ella pero supo disimularlo.
- Bueno... vayamos entonces a la habitación, cogeremos el tablero y le buscaremos... -sonrió Yrguv con una sonrisa que a Mâry no le gustó nada. Suerte que llevaba el collar anti-maldiciones...
- ¡Jovencitas! ¿queréis que os lea la fortuna?
Una señora mayor apareció de la nada y las miró una por una.
- Yo... la verdad...
- ¡Dame tu mano, joven!
Sin que pudiera negarse, la señora cogió de la mano a Yrguv.
- Veo un hombre... No es bueno para ti... tendrás que destruir el vínculo que os une. Tu sola. Nadie podrá salvarte. La oscuridad se extiende en el tiempo, pero vivirás momentos felices... Solo si acabas con el mal de tu corazón.
- Lo que usted diga... -respondió Yrguv retirando la mano. Precisamente a nosotras, que sabemos lo que es la auténtica magia... -comentó mientras la señora se alejaba.
Las cuatro se dirigieron hacia sus habitaciones y cuando estaban en el pasillo Shÿla cogió a Yrguv por el hombro.
- Se me olvidó coger las semillas esta mañana... aún están escondidas. ¿Me acompañas a cogerlas?
- Claro... -dudó Yrguv, aunque al ver cómo Shÿla le guiñaba un ojo sonrió. El plan estaba saliendo a la perfección.
Mâry entró junto a Nälya en la estancia procurando no darle la espalda y ésta cerró la puerta rápidamente.
- Resumiendo: Yrguv está hechizada, su prometido quiere robarnos los poderes y hacerse invencible y se supone que Shÿla y yo estamos bajo su mando, pero como ves no es cierto...
- Siempre robándonos los poderes... ¡qué pesados!
- Si, si, ¿qué hacemos? No podremos disimular por mucho más tiempo...
- El libro de las sombras...
- Otro plan. No podemos ir a por el libro, como entenderás.
- ¿No?
- ¡Ah!
Nälya corrió a buscar en su bolso. Ciertamente, habían cogido pociones de teletransporte por si acaso.
- Volveré enseguida, si vienen, entretenlas.
- No vendrán, te estoy embrujando, ya sabes...
Al poco tiempo, Mâry regresó con el libro. Comenzó a pasar las páginas a toda velocidad buscando cualquier conjuro que les pudiese ser útil pero antes de que se dieran cuenta, Yrguv estaba picando a la puerta.
- ¡Escóndelo! -siseó Nälya.
No encontraron ninguna excusa para no abrir, así que las dejaron pasar.
- Bien... ¿vamos allá con el hechizo?
- Si... -titubeó Mâry. No sabía qué hacer.
- ¿Ocurre algo?
- No.
- ¿Quieres mejor consultar el libro?
- ¿Qué..?
Antes de que ninguna pudiera reaccionar, Yrguv lanzó una poción al suelo y la estancia se llenó de oscuridad. Después de varios instantes se despejó y las chicas vieron que la genio había desaparecido y se había llevado el libro consigo.
- ¡¡El libro!! No... no me digais...
- Era su plan desde el principio...
- ¡Robarnos el libro..!
- ¡Malditos demonios! -exclamó Mâry.
- ¡Eh! ¡pero hay una buena señal!
- ¿Ah, si? ¿Y cuál es, Shÿla? -preguntó Nälya, sarcástica.
- Ha podido tocar el libro... por lo tanto no es mala... ya lo dijo la adivina...
- Eso es verdad... la pregunta es, ¿a dónde se lo ha llevado?
Dedicado a María, ¡feliz cumpleaños bollu!
2 comentarios:
Muchas gracias Eva!!
De nada, siempre es un placer :)
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