27 diciembre 2016

Chulel

Los arqueólogos llevaban horas examinando la cámara concienzudamente pero no habían encontrado nada que pudiera explicar la maldición bajo la cual parecía encontrarse su compañero de expedición.

- ¿Qué piedra preciosa será esta? Parece ámbar...-murmuró una de las chicas acariciando los muros.
- El ámbar es una resina fósil, dudo que sea eso -dijo Pichu.

- A mi me inquietan más éstas imágenes de nativos de otras partes del mundo... ¿Cómo podían conocerlos? -preguntó otra.
- Bueno, el Machu Picchu es una llaqta construida antes del S.XV, para aquel entonces los españoles estaban a punto de descubrir América, pero ya sabemos que otros nativos de otras zonas habían llegado a este lugar mucho antes... -continuó Pichu.
- Ilumínanos... -murmuró el arqueólogo que le caía mal. Pichu fingió no oírle pero le apetecía muchísimo churrascarlo un poco... Como se pusiera tonto...
- ¡Mirad, creo que he encontrado algo!

En uno de los huecos de las paredes la piedra parecía ligeramente erosionada. Uno de los jóvenes introdujo el dedo en un agujero y pegó un grito.

- ¿Qué ocurre? -exclamó Pichu, preocupado.
- ¡He tocado una telaraña! ¡Qué asco!

El grupo rió y el joven al que habían desmayado con la electricidad del pokémon despertó justo en ese instante.

- ¡No toquéis mi tumba!

Pichu se giró rápidamente y le miró a los ojos, que brillaban con un extraño tono dorado, mientras el silencio reinaba en la estancia.

- ¿No debería tener una voz cavernosa o algo así? -susurró casi imperceptiblemente el arqueólogo listillo. Pichu le lanzó una mirada furibunda.
- ¿Quién eres?
- Soy Viracocha, el esplendor originario, Señor Maestro del Mundo.
- Y ya tenemos dos locos en el grupo... -suspiró el joven. Pichu volvió a mirarlo mal.
- Dinos, gran Viracocha, primera divinidad de los peruanos, cuyo culto... supone un concepto de lo abstracto y lo intelectual... solo destinado a la nobleza...
- Deja de andarte por las ramas y leer en el móvil, Pichu ¿Qué quieres? -preguntó el arqueólogo.
- ¿Cómo osas tratarme así? ¡Mi ira os llegará a través de Inti con terribles desgracias! -gritó el chico.

Algunas de las chicas soltaron chillidos de terror y su arqueóloga favorita se acercó al joven.

- Tranquilo... yo soy Pacha Mama, la Madre Tierra... puedes hablar conmigo... -trató de convencerlo.
- Y yo Mama Quilla, esposa de Inti, Madre Luna, madre del firmamento... -dijo otra de las chicas entendiendo a su amiga.

- No reconozco vuestros rostros... -dijo el joven.
- Ahora yo le digo que soy Quetzalcóatl, la Serpiente Emplumada, y busco el Chulel, no te fastidia... -murmuró el listillo- ¡Guerra de deidades!
- Yo soy parte de su corte terrenal de Amautas -afirmó Pichu sin hacerle caso- enseño matemáticas, cosmovisión andina, normas morales, religiosas, históricas...
- El Iluminado, noble Viracocha -dijo el arqueólogo con voz burlona.
- En serio, como sigas así Pichu...
- ¡Pi! -corroboró el pokémon.
- ¡Pichu!

Pichu y el pokémon miraron al joven Viracocha, cuyos ojos parecían desprender electricidad a su vez.

- ¡Pi! ¡chu! ¡pi, pi, pi!
- ¡Mi pequeño amigo!

El pokémon saltó a brazos de Pichu y se escondió en su regazo.

- Habéis atado a uno de vuestros dioses, humanos desagradecidos. Nosotros bendecimos vuestras existencias... ¡Mama Quilla, Pacha Mama! ¡Soltadme!

Nadie sabía qué hacer porque temían cómo pudiera reaccionar aquel joven.

- Estáis bajo un influjo maligno, señor...

No tenía que haber dicho eso.

- ¡Cómo! Mama Quilla, señora de los mares y los vientos, ¿Qué decís? ¡eso es imposible! -dijo el chico mientras intentaba soltarse de sus ataduras- las maldiciones son para los humanos que osan retar a sus dioses y desobedecerlos...
- ¡Pi, pichu!
- ¿Qué hace Chuqui illa en brazos de ese Amauta?
- Chuqui illa... -repitió Pichu.

Quizá eso tenía sentido. El rayo. No, el relámpago. La deidad que controlaba la lluvia, el granizo y los relámpagos. Mediador entre las fuentes de agua y la población...

- Y puede ser que por eso desaparecieran, porque aquella misteriosa enfermedad... -murmuraba en voz baja- tengo que apuntar esto en mi diario... mi tessooro...
- A ver, ¿Quién cree que Pichu debería estar al margen de esta expedición? ¡No está en sus cabales! ¡Vamos! -propuso el arqueólogo listillo.
- Yo no provocaría a un tío que tiene a un Pichu en brazos...
- ¡Atadle! -ordenó Pichu.

Esta vez el resto del grupo le hizo caso y entre todos redujeron al joven arqueólogo, que estaba muy descontento y no entendía nada.

- ¡Seguís a ese lunático! ¡Estáis todos locos!
- Ponedle un bozal, digo... tapadle la boca con un trapo. ¿Y tú qué haces con la mano ahí metida?

Antes de que pudieran reaccionar y sin que nadie lo esperara, el arqueólogo que había encontrado un pequeño agujero en la pared había seguido hurgando en ella hasta abrir un orificio mayor y había dado con algún tipo de mecanismo que parecía un botón. La cámara comenzó a temblar y Viracocha empezó a recitar versos sobre la destrucción de la humanidad que según él le transmitía el conocimiento sobre el futuro de Inti.

- Bien, perfecto. Había una puerta en la cámara y se ha cerrado. A este paso y con todos los que somos nos quedaremos sin oxígeno... pronto.

El arqueólogo optó por no decirle a su jefe que eso era bastante obvio y que para ser "maestro de matemáticas" no tenía mucha idea...

- ¿Y ahora qué hacemos? -preguntó una de las chicas, asustada.
- ¡Que el gran Pichu nos guñliieee! -trató de acabar la frase el arqueólogo con un calcetín en la boca.
- ¿Le habéis metido un calcetín usado? Pobre, tampoco merecía eso... -se compadeció Pichu.
- ¡No! Lo llevaba en la mochila por si llovía, está limpio -respondió el chico que le había tapado la boca.
- ¡Eso ahora no importa! ¿Cómo salimos de aquí? -chilló otra de las chicas con un deje de histerismo en la voz.
- ¡Eh! ¡He encontrado otro botón!

Sin que nadie pudiera evitarlo, el chico presionó la palanca hacia abajo.


Dedicado a Javier, ¡feliz cumpleaños neno!

2 comentarios:

Pichu dijo...

Grande!!!!! Un clásico :) :)

Wherynn dijo...

^^