Año 2009 D.C. Parque Azëbera.
Por fin estaba de regreso en su propia época. Wherynn miró al cielo, donde unas nubes grisáceas se arremolinaban presagiando tormenta. ¿Cuándo había empezado a confiar en aquel Nöh? ¿Podrían cambiar el futuro?
- ¡¡¡Whers!!!
- ¿Srynna?
- ¡¡Wherynn!! ¡Está viva!
El Nöh la miró profundamente, hizo una reverencia y comenzó a alejarse con una ligera sonrisa.
- Piensa en lo que te he dicho...
Wherynn no podía pensar. ¿Cómo se le ocurría?
- ¡¡Whers!! -Srynna apareció entre unos árboles y se abalanzó sobre ella dándole un fuerte abrazo.
- Has estado con tu amiguito el Nöh -dijo Jeanpo con voz acusadora. No podía culparlo.
- A ver... como os lo diría...
- Vamos al campamento, ¡empieza a llover! -chilló Srynna tirando de ambos.
- No volverá a las tiendas hasta que cambie la piedra de sitio -terció Jeanpo.
La joven se sintió muy ofendida.
- Soy el Mapa Cósmico. ¿Crees que Thöw me confiaría sus secretos si no fuera digna de confianza? ¿Qué me dejaría saber dónde está la piedra y protegerla de los Nöh?
- Incluso los grandes magos pueden equivocarse... -susurró el guerrero.
- No conmigo.
Sus palabras quedaron silenciadas por un trueno.
La tormenta estaba siendo más fuerte de lo que ninguno esperaba. El viento había logrado derribar la tienda de Jeanpo, que se refugiaba junto a las chicas en su tienda roja. No parecía que fuera a detenerse en breve y la tensión se respiraba en el ambiente.
- ¿Y bien? ¿Qué te ha contado tu novio?
- Vamos, no seas crío. Está de nuestro lado.
Jeanpo bufó, incrédulo.
- Creía que eras más fácil de engañar que eso... es decir, ¡más difícil!
- No voy a justificarme, pero sé lo que hago. Todo irá bien.
- ¡Claro, yo confío en ella! -dijo Srynna- ¡Nos ha traído magia!
- Si no me crees, quizá sería bueno invocar a Thöw y pedirle discretamente su opinión... -sugirió Wherynn sin saber cómo iba a decirle la verdad sin ponerlos en peligro.
- Perfecto. Srynna, haz los honores.
La chica pronunció una extraña retahíla de palabras y al punto Thöw apareció fuera de la tienda. Corrió la cremallera y Srynna dio unos pequeños grititos al notar las frías gotas de lluvia en su rostro.
- Mis disculpas, señorita.
Mirándolo en profundidad, Thöw compartía rasgos con su hermano. Si bien su nariz era más fina y su cabello más claro y ondulado, sus ojos profundos y sus labios carnosos no dejaban lugar a dudas. Era igual que el Nöh, aunque posera mucho de su padre mago. Thöw se dio cuenta de su mirada y Wherynn solo sonrió. La miró como él lo hacía y dejó que viera algunos de sus pensamientos. Empezaba incluso a resultarle atractivo...
- Me extraña que me hayáis invocado en el preciso instante en que me disponía a venir a veros. Quería contaros los últimos hallazgos sobre los Nöh.
El guerrero miró significativamente a su amiga, que le ignoró por completo.
- Están tratando de invocar a la Quintaesencia para acabar con sus enemigos...
- ¿Lo más puro y lo más perfecto? ¿Cómo? -se asustó Jeanpo.
- Me he perdido... -murmuró Srynna quedamente.
- Tierra, Agua, Aire, Fuego y Éter. La Quinta Esencia -dijo Wherynn- muy medieval todo...
- En Cosmología, la Quinta Esencia es una energía de vacío... -empezó el mago.
- ¡Como un agujero negro! -interrumpió Srynna.
- No, al contrario. Actúa como un campo repulsivo que expande el universo -explicó Wherynn.
- ¿De qué habláis? ¡Dejaos de modernidades! -elevó la voz Jeanpo.
- ¿Mitología? Vale, Éter es un elemento más puro y brillante que el aire, ocupa una región por encima del cielo, viene a ser como la atmósfera...
- ¿Y tú como sabes tanto? -preguntó Jeanpo.
- Yo leo.
Srynna soltó una carcajada recordando una serie de TV y logró que Jeanpo se enfureciese.
- ¿Y qué van a hacer los Nôh con eso?
- ¡Cuándo lo pronunciarás bien! -se desesperó Jeanpo.
- ¡Qué me olvides! Cuéntanos, Thöw -pidió Srynna.
El mago miró a Wherynn por un instante y esta juraría que le guiñó un ojo.
- Destruir, obviamente. Cuando el cielo se derrumbe sobre la tierra solo el Mapa Cósmico, la Reina de la Destrucción y el Guerrero podrán salvar este mundo. Junto a un poderoso mago.
- Tú.
Todos miraron a Wherynn, que se arrepintió de sus palabras.
- Quiero decir... Tú, quién si no... No conocemos muchos magos por esta época y eso...
- Wherynn se está aliando con los Nöh -dijo Jeanpo.
La joven se sintió traicionada.
- No lo creo... El Mapa Cósmico nunca nos traicionaría.
- ¿Y yo soy la Reina de la Destrucción? -preguntó Srynna, orgullosa de si misma.
- No, lo soy yo si te parece, y tu el guerrero... -se burló Jeanpo.
- Si que estoy con un Nöh... el mismo que nos dejó la nota de la ardilla cotilla.
Thöw se pudo inmediatamente en pie haciendo que la tienda se balanceara violentamente. Ninguno se había dado cuenta de que la tormenta había cesado y el viento solo susurraba entre los árboles.
- Cuéntamelo todo.
El mago se había puesto muy serio y Wherynn le desafiaba con la mirada.
- Nunca.
Jeanpo le dio un codazo a Srynna. No era tiempo de bromear.
- Me refiero, Wherynn es perfectamente confiable. El Nöh buenorro solo nos da pistas... -comentó Srynna.
- ¿Qué? -preguntó Thöw, entre confundido y furioso.
- A ella. Les vi hablando. Esta muy, muy potente... ¡Se parece a ti!
La joven se quedó sin respiración por un instante.
- ¿¿Nos viste juntos?? -cambió rápidamente de tema.
- Para que luego digáis que soy dramática y no se guardar secretos... -presumió la chica.
- ¿Quién dice eso? ¿Qué pasa? -Jeanpo se enfurecía más por momentos.
- ¿Se... parece a mi..? -musitó el mago.
- ¿Thöw..?
Nunca le habían visto tan vulnerable. Miraba por doquier como si tratase de ver más allá de la tienda, en su mente y en el exterior al mismo tiempo, como si acabara de descubrir o entender algo de suma importancia.
- Habla con tu abuelo...
El mago la miró intensamente y un escalofrío recorrió la espalda de la chica. Realmente nunca se había dado cuenta del poder hipnótico de sus ojos.
- Ve al conciliábulo, tienes que saber... tienes que entender...
- ¿Qué sabes tú? -preguntó con un cierto tono amenazador que le pareció sexy. Realmente estaba perdiendo el norte. ¡Maldito Nöh!
- Tu solo ve y así podré demostrar que soy digna de confianza para todos. Espero no estar equivocándome, errar sería fatal...
- ¡Qué épico! -suspiró Srynna, que no se enteraba de nada.
- Voy a ir, porque uno... No perdáis de vista la piedra y si la Quintaesencia apareciera, invocadme. No podéis enfrentarla solos. Tú te vienes conmigo -dijo cogiendo a Wherynn de la mano.
- ¿Qué? ¿Yo?
- Si conoces a ese Nöh tendrás que decírselo al gremio. Quiero que veas por ti misma lo que los Nöh serían capaces de lograr con un Mapa Cósmico en su poder.
- ¡A mi no me amenase! -se revolvió ella- ¡Que confíes en mi!
- ¡No es por eso!
- Ve, Whers, será lo mejor para todos. Conoce a esos hechiceros y cuéntaselo todo.
- ¡Cambiaremos el destino! -se maravilló Srynna pensando en hazañas épicas y mágicas.
- No, os olvidarán en cuanto os conozcan, como vosotros olvidaréis a vuestros... ¡Vamos!
Sin que pudiera hacer nada y escuchando los gritos de asombro de Srynna, los dos se desaparecieron.
Wherynn contemplaba su mano en la oscuridad. Nunca se había fijado con detalle en todas las constelaciones y líneas que la sangre marcaba en su palma y que guiaban los designios de aquella aventura en la que se habían metido sin buscarlo. ¿Cómo habían llegado tan lejos siendo los elegidos?
- Abre los ojos y guarda silencio.
El guerrero miró significativamente a su amiga, que le ignoró por completo.
- Están tratando de invocar a la Quintaesencia para acabar con sus enemigos...
- ¿Lo más puro y lo más perfecto? ¿Cómo? -se asustó Jeanpo.
- Me he perdido... -murmuró Srynna quedamente.
- Tierra, Agua, Aire, Fuego y Éter. La Quinta Esencia -dijo Wherynn- muy medieval todo...
- En Cosmología, la Quinta Esencia es una energía de vacío... -empezó el mago.
- ¡Como un agujero negro! -interrumpió Srynna.
- No, al contrario. Actúa como un campo repulsivo que expande el universo -explicó Wherynn.
- ¿De qué habláis? ¡Dejaos de modernidades! -elevó la voz Jeanpo.
- ¿Mitología? Vale, Éter es un elemento más puro y brillante que el aire, ocupa una región por encima del cielo, viene a ser como la atmósfera...
- ¿Y tú como sabes tanto? -preguntó Jeanpo.
- Yo leo.
Srynna soltó una carcajada recordando una serie de TV y logró que Jeanpo se enfureciese.
- ¿Y qué van a hacer los Nôh con eso?
- ¡Cuándo lo pronunciarás bien! -se desesperó Jeanpo.
- ¡Qué me olvides! Cuéntanos, Thöw -pidió Srynna.
El mago miró a Wherynn por un instante y esta juraría que le guiñó un ojo.
- Destruir, obviamente. Cuando el cielo se derrumbe sobre la tierra solo el Mapa Cósmico, la Reina de la Destrucción y el Guerrero podrán salvar este mundo. Junto a un poderoso mago.
- Tú.
Todos miraron a Wherynn, que se arrepintió de sus palabras.
- Quiero decir... Tú, quién si no... No conocemos muchos magos por esta época y eso...
- Wherynn se está aliando con los Nöh -dijo Jeanpo.
La joven se sintió traicionada.
- No lo creo... El Mapa Cósmico nunca nos traicionaría.
- ¿Y yo soy la Reina de la Destrucción? -preguntó Srynna, orgullosa de si misma.
- No, lo soy yo si te parece, y tu el guerrero... -se burló Jeanpo.
- Si que estoy con un Nöh... el mismo que nos dejó la nota de la ardilla cotilla.
Thöw se pudo inmediatamente en pie haciendo que la tienda se balanceara violentamente. Ninguno se había dado cuenta de que la tormenta había cesado y el viento solo susurraba entre los árboles.
- Cuéntamelo todo.
El mago se había puesto muy serio y Wherynn le desafiaba con la mirada.
- Nunca.
Jeanpo le dio un codazo a Srynna. No era tiempo de bromear.
- Me refiero, Wherynn es perfectamente confiable. El Nöh buenorro solo nos da pistas... -comentó Srynna.
- ¿Qué? -preguntó Thöw, entre confundido y furioso.
- A ella. Les vi hablando. Esta muy, muy potente... ¡Se parece a ti!
La joven se quedó sin respiración por un instante.
- ¿¿Nos viste juntos?? -cambió rápidamente de tema.
- Para que luego digáis que soy dramática y no se guardar secretos... -presumió la chica.
- ¿Quién dice eso? ¿Qué pasa? -Jeanpo se enfurecía más por momentos.
- ¿Se... parece a mi..? -musitó el mago.
- ¿Thöw..?
Nunca le habían visto tan vulnerable. Miraba por doquier como si tratase de ver más allá de la tienda, en su mente y en el exterior al mismo tiempo, como si acabara de descubrir o entender algo de suma importancia.
- Habla con tu abuelo...
El mago la miró intensamente y un escalofrío recorrió la espalda de la chica. Realmente nunca se había dado cuenta del poder hipnótico de sus ojos.
- Ve al conciliábulo, tienes que saber... tienes que entender...
- ¿Qué sabes tú? -preguntó con un cierto tono amenazador que le pareció sexy. Realmente estaba perdiendo el norte. ¡Maldito Nöh!
- Tu solo ve y así podré demostrar que soy digna de confianza para todos. Espero no estar equivocándome, errar sería fatal...
- ¡Qué épico! -suspiró Srynna, que no se enteraba de nada.
- Voy a ir, porque uno... No perdáis de vista la piedra y si la Quintaesencia apareciera, invocadme. No podéis enfrentarla solos. Tú te vienes conmigo -dijo cogiendo a Wherynn de la mano.
- ¿Qué? ¿Yo?
- Si conoces a ese Nöh tendrás que decírselo al gremio. Quiero que veas por ti misma lo que los Nöh serían capaces de lograr con un Mapa Cósmico en su poder.
- ¡A mi no me amenase! -se revolvió ella- ¡Que confíes en mi!
- ¡No es por eso!
- Ve, Whers, será lo mejor para todos. Conoce a esos hechiceros y cuéntaselo todo.
- ¡Cambiaremos el destino! -se maravilló Srynna pensando en hazañas épicas y mágicas.
- No, os olvidarán en cuanto os conozcan, como vosotros olvidaréis a vuestros... ¡Vamos!
Sin que pudiera hacer nada y escuchando los gritos de asombro de Srynna, los dos se desaparecieron.
Wherynn contemplaba su mano en la oscuridad. Nunca se había fijado con detalle en todas las constelaciones y líneas que la sangre marcaba en su palma y que guiaban los designios de aquella aventura en la que se habían metido sin buscarlo. ¿Cómo habían llegado tan lejos siendo los elegidos?
- Abre los ojos y guarda silencio.
Dedicado a Jeanpo, ¡feliz cumpleaños neno!
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