Gläsgöw. No podia creerselo, desde la perspectiva magica todo se veia increiblemente diferente. Sam le habia dado un pequeño amuleto que le permitia ver toda la magia que la rodeaba -"aunque tu naturaleza ya es muy perceptiva", le habia dicho- y ahora podia observar pequeños seres parecidos a las hadas que danzaban en los charcos al compas de las gotas de lluvia y revoloteaban entre la neblina. Hëktor sonreia por su asombro y la guiaba para que pudiera ver todas las maravillas que escondia aquella magica tierra, unicamente no le gustaba que le diera la mano y le hiciera incesantes preguntas sobre sus gustos, que le parecia la mision, si se lo pasaba bien, su pasado, su presente, su futuro... desde luego que era un guia fiel, incluso demasiado...
- Sârä, ¿a donde nos dirigimos?
- Pero... tu eres mi guia, ¡dimelo tu!
- Eres la Guardiana de Secretos, sabes a donde debes ir.
- ¿Como?
- Busca...
- ... en mi interior, no me digas.
- ¡Si!
- Siempre igual...
Sârägar cerro los ojos instintivamente y para su sorpresa vio dibujado en su mente una especie de plano iluminado por una luz que la guiaba por el camino correcto. Satisfecha y extrañada siguio la ruta marcada en su mente hasta llegar a un muro en uno de los edificios historicos de la ciudad.
- Aqui -señalo.
- Bien. ¿Y ahora?
- No se... -Sârägar cerro los ojos y vio una cerradura oculta en unas rosas talladas -aqui hay algo- cerro los ojos otra vez y vio una llave en el bolsillo del pantalon de Hëktor, ademas de un caramelo y... ¡uff, eso ultimo preferiria no haberlo visto! -dame la llave de tu bolsillo. Hëktor se sonrojo notablemente e intentando parecer natural le tendio la llave. Sârägar la cogio y la introdujo en la cerradura, que se abrio tras forcejear un poco. Ante ambos se abrio la puerta a una sala señorial parcialmente a oscuras en la que habia un señor vestido de negro, que con un rapido movimiento de manos escondio algo en su bolsillo.
- ¿Quienes sois? -pregunto.
- Yo... soy la Guardiana de Secretos.
- ¡Oh! me lo temia... ¿pero por que? ¿que mas os da?
- Si a mi me da igual, en serio... pero... -Sârägar paro un instante y un ojo azul surgio de una improvisada neblina morada sobre las velas que iluminaban la estancia. Seguiria sus instintos- a ellos no les parece bien.
- ¿Por que?
- No quieren decirmelo, pero rompe el Equilibrio de alguna forma...
- ¿El Equilibrio? vaya...
El señor se quedo pensativo y Sârägar miro a Hëktor, que tenia la mano metida en el bolsillo y parecia estar haciendo girar algo. Cuando noto su mirada paro instantaneamente y puso cara inocente. Menudo guia le asignaban...
- Esto es un lujerio... ¡babilonico! no puedo renunciar a ello...
- Debe hacerlo.
- ¿Y tu quien eres para opinar? -pregunto el señor mirando hacia Hëktor.
- Ngômo, guia de la Guardiana.
- La Guardiana se vale por si misma.
- ¡Entregeme el peine! -grito Sârägar perdiendo la paciencia. El señor se la quedo mirando sorprendido por su reaccion y sin pensarlo metio la mano en su bolsillo y le entrego un pequeño peine rojo.
- Perfecto, no podra volver a hacerse cardados... -comento Hëktor alegre.
- Sigo sin entender...
- Rompe el Equilibrio, que es algo que no debe hacerse -afirmo Sârägar cada vez mas convencida de que la mision que Sam le habia encomendado no podia ser real, era demasiado tonta.
Una voluta de niebla morada aparecio delante de ella y la arrastro junto con Hëktor hasta Avebury, donde un sonriente Sam la esperaba.
- Toma... aqui tienes el peine. ¿Pero esto es serio?
- Si, este peine encierra secretos poderosisimos.
- ¿Como cuales? -pregunto Hëktor. Sam le dio una colleja con el peine -¡ay! ¡eso duele!
- No es posible... -dijo la Guardiana.
- Lo es... -respondio Sam, sabiendo que Sârägar le habia leido el pensamiento puesto el mismo se lo habia permitido.
- Increible...
- ¿Pero de que hablais? -pregunto Hëktor, que no se enteraba de nada.
- Calla, Ngômo. Lo siento Sârä... tengo que borrarte los recuerdos.
- ¿Que? ¡no! -grito Hëktor, ¡no queria que le olvidara! aunque eso quizas le diera mas posibilidades...
- Cada mision es una nueva mision... y nos conoceremos una y otra vez, es mas fiable... y complicado -suspiro Sam.
- Entiendo... ¿nos volveremos a ver, entonces? -pregunto Sârägar.
- Por supuesto, eres Guardiana de Secretos y siempre lo seras...
Sârägar se despidio de ambos con sendos abrazos y dejo que Sam le borrara la memoria.
Se desperto y miro a su alrededor. La habitacion de hotel, que ganas tenia de dejarla, ¡era el sitio mas cutre que habia visitado en su vida! pero las vacaciones estaban mereciendo la pena, la visita a Avebury habia estado muy bien, aunque tenia la impresion de que se le olvidaba algo...
Fin.
Dedicado a Saragar, ¡feliz cumpleaños bollu!
- Sârä, ¿a donde nos dirigimos?
- Pero... tu eres mi guia, ¡dimelo tu!
- Eres la Guardiana de Secretos, sabes a donde debes ir.
- ¿Como?
- Busca...
- ... en mi interior, no me digas.
- ¡Si!
- Siempre igual...
Sârägar cerro los ojos instintivamente y para su sorpresa vio dibujado en su mente una especie de plano iluminado por una luz que la guiaba por el camino correcto. Satisfecha y extrañada siguio la ruta marcada en su mente hasta llegar a un muro en uno de los edificios historicos de la ciudad.
- Aqui -señalo.
- Bien. ¿Y ahora?
- No se... -Sârägar cerro los ojos y vio una cerradura oculta en unas rosas talladas -aqui hay algo- cerro los ojos otra vez y vio una llave en el bolsillo del pantalon de Hëktor, ademas de un caramelo y... ¡uff, eso ultimo preferiria no haberlo visto! -dame la llave de tu bolsillo. Hëktor se sonrojo notablemente e intentando parecer natural le tendio la llave. Sârägar la cogio y la introdujo en la cerradura, que se abrio tras forcejear un poco. Ante ambos se abrio la puerta a una sala señorial parcialmente a oscuras en la que habia un señor vestido de negro, que con un rapido movimiento de manos escondio algo en su bolsillo.
- ¿Quienes sois? -pregunto.
- Yo... soy la Guardiana de Secretos.
- ¡Oh! me lo temia... ¿pero por que? ¿que mas os da?
- Si a mi me da igual, en serio... pero... -Sârägar paro un instante y un ojo azul surgio de una improvisada neblina morada sobre las velas que iluminaban la estancia. Seguiria sus instintos- a ellos no les parece bien.
- ¿Por que?
- No quieren decirmelo, pero rompe el Equilibrio de alguna forma...
- ¿El Equilibrio? vaya...
El señor se quedo pensativo y Sârägar miro a Hëktor, que tenia la mano metida en el bolsillo y parecia estar haciendo girar algo. Cuando noto su mirada paro instantaneamente y puso cara inocente. Menudo guia le asignaban...
- Esto es un lujerio... ¡babilonico! no puedo renunciar a ello...
- Debe hacerlo.
- ¿Y tu quien eres para opinar? -pregunto el señor mirando hacia Hëktor.
- Ngômo, guia de la Guardiana.
- La Guardiana se vale por si misma.
- ¡Entregeme el peine! -grito Sârägar perdiendo la paciencia. El señor se la quedo mirando sorprendido por su reaccion y sin pensarlo metio la mano en su bolsillo y le entrego un pequeño peine rojo.
- Perfecto, no podra volver a hacerse cardados... -comento Hëktor alegre.
- Sigo sin entender...
- Rompe el Equilibrio, que es algo que no debe hacerse -afirmo Sârägar cada vez mas convencida de que la mision que Sam le habia encomendado no podia ser real, era demasiado tonta.
Una voluta de niebla morada aparecio delante de ella y la arrastro junto con Hëktor hasta Avebury, donde un sonriente Sam la esperaba.
- Toma... aqui tienes el peine. ¿Pero esto es serio?
- Si, este peine encierra secretos poderosisimos.
- ¿Como cuales? -pregunto Hëktor. Sam le dio una colleja con el peine -¡ay! ¡eso duele!
- No es posible... -dijo la Guardiana.
- Lo es... -respondio Sam, sabiendo que Sârägar le habia leido el pensamiento puesto el mismo se lo habia permitido.
- Increible...
- ¿Pero de que hablais? -pregunto Hëktor, que no se enteraba de nada.
- Calla, Ngômo. Lo siento Sârä... tengo que borrarte los recuerdos.
- ¿Que? ¡no! -grito Hëktor, ¡no queria que le olvidara! aunque eso quizas le diera mas posibilidades...
- Cada mision es una nueva mision... y nos conoceremos una y otra vez, es mas fiable... y complicado -suspiro Sam.
- Entiendo... ¿nos volveremos a ver, entonces? -pregunto Sârägar.
- Por supuesto, eres Guardiana de Secretos y siempre lo seras...
Sârägar se despidio de ambos con sendos abrazos y dejo que Sam le borrara la memoria.
Se desperto y miro a su alrededor. La habitacion de hotel, que ganas tenia de dejarla, ¡era el sitio mas cutre que habia visitado en su vida! pero las vacaciones estaban mereciendo la pena, la visita a Avebury habia estado muy bien, aunque tenia la impresion de que se le olvidaba algo...
Fin.
Dedicado a Saragar, ¡feliz cumpleaños bollu!
No hay comentarios:
Publicar un comentario