Hacia unos dias que Jeanpo se habia materializado con las chicas en la epoca presente y se habia adaptado a la nueva forma de vida con inusitada rapidez. Srynna y Wherynn habian decidido comentar en sus respectivas casas que se irian unos cuantos dias de acampada al Parque Azëbera, lo que les proporcionaba algo de tiempo para planear donde ubicar a Jeanpo los proximos meses y hacer que este se acostumbrara poco a poco a su aventura.
- En mis tiempos un par de jovenes yendose al bosque con un hombre no esta muy bien visto... -comento Jeanpo mientras caminaban por el parque buscando un sitio acogedor.
- En nuestra epoca tampoco, pero la gente es muy liberal -respondio Srynna.
- Yo no veo ningun hombre -murmuro Wherynn, que no estuvo muy segura de si su amigo lo habia oido hasta que este le lanzo un certero escupitajo.
- ¡Ese parece un buen sitio!
Srynna señalaba un claro al abrigo de los arces y robles oculto parcialmente por un alto repleto de hojarasca, pues el otoño se acercaba. Wherynn subio al alto para comprobar que todo estuviera en orden seguida de Jeanpo -pues ninguno se fiaba demasiado del criterio de Srynna- y encontro a una pareja en actitud muy romantica al otro lado de la pequeña loma.
- Lo que te decia, muy liberales -dijo Srynna, logrando que la pareja se separara avergonzada y los mirara mal- ¡seguid tranquilos, estaremos al otro lado! -les grito.
- Creo que les has cortado el rollo.
- Estais completamente locas... -comento Jeanpo, que empezo a reunir ramas caidas.
- ¿Que haces?
- ¡Construir un refugio! ¿o me vas a decir que tu sola puedes?
- ¡Yo no, pero Wherynn fijo que si! ¡es muy apañada!
- Tanto no... pero ademas para eso tenemos las tiendas de campaña hombre, no te molestes.
- ¿Las tiendas que?
Las chicas sacaron de sus mochilas -Jeanpo habia reconocido que tenian bastante mas capacidad que un atillo y habia aceptado portar una- algo que a el le parecieron unas mantas enormes con un tacto desagradable y las extendieron por el suelo.
- ¡Ah! eso. Pero necesitamos palos para que no se derrumben.
- Nosotros usamos estos palos de metal, son mas resistentes.
- Bueno... - dijo el joven tratando de doblar uno y casi rompiendolo- algo mas que una rama comun quizas. Esta bien, hagamoslo a vuestro modo.
Tras casi media hora tratando de montar las tiendas a lo Siglo XIII ("¡la media entre el V y el XXI!" como decia Wherynn, sin conseguir que los otros rieran) lograron que quedasen lo bastante bien como para no derrumbarse si hacia viento. Viento no muy fuerte.
- ¡Que bonitas! ¡la roja para nosotras! -exclamo Srynna señalando la mas grande.
- Pues claro, como todo un caballero me quedare con la pequeña -afirmo Jeanpo introduciendose en la verde y comprobando cuan espaciosa era en comparacion con las de su epoca- pero no me hareis dormir en esas cosas tan raras... las "tirillas". Dormire sobre la hojarasca con una manta.
- Esterillas.
- Tanto me da que me da lo mismo.
Wherynn se encogio de hombros riendo y se dirigio hacia una pequeña arboleda en busca del rio, pues creia oir su sonido. El susurro de los arboles, los gritos de Srynna cada vez que veia algo interesante y unos sospechosos ruiditos tras el altozano no la dejaban concentrarse.
- ¿Que es esto? -exclamo Srynna cogiendo algo del suelo.
- ¡Una tonteria, fijo! -grito Wherynn a lo lejos.
- ¿De donde la has sacado? -pregunto Jeanpo con la voz crispada.
- Estaba aqui tirada.
- No puede ser.
El joven se quedo contemplando la piedra con forma extraña y cuando Srynna se la tendio rehuso tocarla.
- ¿Que es?
- Es el simbolo de una "antigua" tribu guerrera, los Nöh.
- ¿Por que lo de "antigua"?
- Son de mi epoca.
La chica no se impresiono lo mas minimo y Wherynn se acerco para ver de que se trataba.
- ¿Que fue?
- He encontrado una piedra de los "No" -pronuncio mal Srynna.
- ¿Si? -bromeo la otra.
- Se llaman "Nöh" y no deberiais reiros. Es el clan mas sanguinario que ha existido.
- ¿Has oido hablar de las armas nucleares? -comento Srynna, a lo que Jeanpo le lanzo una mirada envenenada.
- ¿Que tienen que tanto los temes? -pregunto Wherynn.
- Traen la muerte consigo alla donde vayan y... me temo que hayan llegado a vuestros tiempos.
- ¡Que peliculero! -dijo Wherynn sin poder contenerse.
- Pero solo es una piedra... ¡podria ser un fosil!
- ¿Un que?
- ¡Eso es mio!
Los tres se giraron a la vez para mirar a la persona que habia gritado, que resulto ser la chica de la pareja romantica que habian encontrado anteriormente. El otro aun les miraba mal.
- Ha estado en mi familia desde hace generaciones... es una herencia del Siglo XIX.
- Es del Siglo V -dijo Jeanpo.
- ¿Estudias historia?
- La vivo.
La chica le miro sin comprender y cogio la piedra de manos de Srynna.
- ¿Y por que la llevas encima?
- De adorno, la tenia colgada de este cordon -la chica señalo su cuello- debe de haberseme caido... -dijo mirando de reojo a su novio, que desvio la mirada sonrojandose.
- Ya veo... entonces nada, ¡hasta luego!
Cuando se fueron Srynna miro divertida a Jeanpo.
- ¡Cazatesoros! la vida presente no es tan magica como piensas, me parece.
- No se, a mi no acaba de gustarme...
- Anda, coged una cantimplora y vamos a por agua. Mientras puedes contarnos algo mas acerca de los Nöh -dijo Wherynn y juntos se fueron hacia la arboleda.
Dedicado a Jeanpo, ¡feliz cumpleaños majo!